"Si hay que retroceder, se retrocede": Maruja Torres, sin filtros sobre la nueva decisión educativa de PP y Vox en Baleares

Madrid

Hay que celebrar que, por fin, una buena noticia nos alumbra por la mañana. Empieza a aplicarse, aunque tímidamente, el Plan de Estudios Definitivo de Vox y de su distraído socio, el Partido Popular.

Al derogar en Balears la prohibición de que los menores asistan a, no sé cómo decirlo sin emocionarme, nuestra Fiesta Nacional, lograrán alejar a nuestras criaturas de mariconadas y bollereces, forjando su carácter en la contemplación del recio enfrentamiento entre el Hombre de Verdad, bien peludo y posiblemente tuerto, y seguro que con medias rosas, y el Noble Animal llamado toro bravo, criado para perecer ante los representantes de la Raza. Ay.

Sin embargo, me parece poco. Tienen que obligar a los niños y a las niñas, en especial de las clases necesitadas y desigualizadas, a que acudan forzosamente y, a ser posible, a diario, o al menos una vez por semana, a una corrida completa, y así hasta ponerlos a trabajar a los catorce años, como mucho. Porque si hay que retroceder, se retrocede. En los ruedos, en torno a la Fiesta, cuajarán generaciones de camareros, camareras, limpiadores, limpiadoras, repartidores, repartidoras y aspirantes a oficios varios de similar dedicación y estipendio. ¡Imaginadlo! ¡Volverán los limpiabotas y las costureras a domicilio!

Podremos devolver a sus países a los miles de inmigrantes que ahora nos ayudan y que aspiran, como hemos hecho muchos, al ascensor social. Todos los peores empleos estarán ocupados por españoles y españolas de verdad. Y ahí, para siempre.

En fin, el sueño de una vida. Plan de Estudios Más Cornadas da el Hambre.