El VAR, el 'procés' y las cloacas

Cualquiera que se tome la molestia de elegir bien las palabras para explicarse sabrá que no es lo mismo lo importante que lo llamativo, tampoco es igual lo relevante que lo anecdótico y aunque de algún tema se hable mucho, y de otro más bien poco, eso no significa que el segundo sea menos trascendente. Hoy, por ejemplo… bueno, desde ayer a media tarde miles y miles de conversaciones, y titulares de periódico, y minutos de radio y televisión -ya no digamos las redes sociales- se dedican a analizar –y a opinar sobre- si el árbitro favoreció al Real Madrid en el partido contra el Almería. Es un debate nacional, parece una cuestión de estado, en la que, más o menos como ocurre en la política, los colores de cada uno y los prejuicios dificultan cualquier acercamiento racional al asunto. Pero, bueno, al final esto es fútbol, ¿no? que no digo que no tenga peso; que lo tiene. Pero a mí me llama mucho la atención que tanto ruido alrededor de decisiones deportivas, estas u otras, contraste con el eco, digamos limitado que está teniendo la llamada «Operación Cataluña» en la que existen muchos indicios, y muy sólidos, de que un gobierno democrático -el de Mariano Rajoy- utilizó medios y recursos ilegales para combatir a adversarios políticos, en este caso ligados al independentismo catalán. Ya hace tiempo que se van acumulando evidencias que le confieren a este escándalo una gravedad mayúscula. Los últimos los publican estos días «El diario.es» y «La Vanguardia» y hoy, por fin, la fiscalía ha decidido abrir una investigación. que ha costado lo suyo porque aquí el VAR no ha actuado con la rapidez y la minuciosidad de ayer en el Bernabéu. Con lo cual la pregunta, lo digo así modestamente, es: contra los del «procés», ¿vale todo?, ¿o valía todo?, ¿es por eso que las revelaciones sobre espionajes policiales, falsedades periodísticas, campañas de desprestigio, decisiones judiciales… digamos que chocantes, no han tenido el eco de un gol o de un penalti correcta o incorrectamente anulados? Miren, yo, personalmente, me pongo el primero y lo he dicho públicamente en más de una ocasión, no profeso ninguna simpatía por quienes nos metieron –a Cataluña y al conjunto de España- en un lío descomunal que todavía dura. Y que ha envenenado muchas cosas, incluidas relaciones personales, pero, ni ellos fueron los únicos responsables; ni es de recibo mirar hacia otro lado y pasar del «a por ellos», al «que se jodan». En fin, si algún día queremos de verdad superar todo esto no será porque quienes ahora son decisivos con sus votos en el congreso se comporten como si fueran los amos del universo. Pero tampoco ignorando que un estado democrático -todo presunto, que diría aquel- optó por saltarse la ley a la torera. Y esto creo que es mucho más serio que ganar o perder una liga, que ganar o perder un partido.