Veinteañeros ahorrando para su jubilación: así es la realidad de los jóvenes que no confían en recibir una pensión
Pensar en ahorrar de cara a la jubilación cuando se tienen 20 años nos puede parecer extraño, pero a medida que se ha ido extendiendo la idea de que las pensiones públicas, como hoy las conocemos, tienen fecha de caducidad
Veinteañeros ahorrando para su jubilación: así es la realidad de los jóvenes que no confían en recibir una pensión
Hemos hecho el ejercicio de reunir a un grupo de jóvenes que tienen capacidad de ahorro y nos han contado cómo lo hacen, cuánto se arriesgan, cuál es su objetivo y cómo ven el futuro de las pensiones. Luis, Alba, Rafa y Carlos tienen entre 25 y 30 años, estudios superiores y trabajo. Tres viven en pareja y eso les ha facilitado emanciparse antes de tiempo, del tiempo que marcan las estadísticas en este país. El más joven, Luis, sigue en casa de sus padres y se define como un ahorrador pasivo porque, de momento, guarda el dinero, pero no lo mueve. Reconoce que desde pequeño metía en la hucha una parte del dinero que le daban como paga. Ahora, nos cuenta, desde que empezó a trabajar hace algo más de un año, tiene una capacidad de ahorro importante porque sigue viviendo en casa de sus padres. "Yo me veo, nos dice, como un ahorrador conservador, en este momento estoy mirando la posibilidad de comprar letras del tesoro porque asumes poco riesgo. A mi me llama la atención lo de arriesgar pero no con mi dinero". Los otros tres han decidido hacer su hucha a base de inversiones. Rafa y Alba reconocen que una de las razones que les mueve es hacerse un colchón económico de cara a la jubilación. De momento, los dos han optado por los fondos de inversión, aunque pueden ser más arriesgados, que por los planes de jubilación.
La razón que lleva a estos veinteañeros a destinar un porcentaje fijo de su salario mensual no es sólo la jubilación. Para Rafa uno de sus objetivos es la compra de una vivienda y piensa también en otros acontecimientos para los que va a necesitar una cantidad importante de dinero como una boda o la formación de una familia. Carlos, el mayor del grupo, el único con hipoteca, se define como "un inversor extremadamente arriesgado porque, en su opinión, cuanto más riesgo asumes más rentabilidad puedes conseguir. Aunque hay que tener estómago para ver como tu cartera pierde un 50 o un 60% en un año, puede pasar". El objetivo de Carlos es "tener dinero, conseguir un colchón lo suficientemente grande como para que si un día decido dejar de trabajar o cambiar de trabajo que eso no me suponga ningún problema".
Las pensiones ya no serán como hasta ahora
Con más o menos dudas, los cuatro están convencidos de que las pensiones públicas ya no serán tal y como las conocemos hoy dentro de 40 años cuando a ellos les toque retirarse. Luis confía en cobrar una pensión, aunque sea mínima, y añade que lo más evidente es que la generación de hace cuarenta años no tenía tantas dudas sobre su futuro como las que tenemos nosotros hoy. En opinión de Rafa, el sistema público, tal y como funciona hoy en día, no se va a sostener. "Es lógica pura, señala, a no ser que se machaque a impuestos y a cuotas a los que se encuentran ahora en activo. Esto derivará en un sistema mixto en el que cada uno tendrá que tener obligatoriamente una iniciativa propia de inversión privada de cara a la jubilación". Es más o menos lo que piensan Alba y Carlos, aunque este último añade que seguirá habiendo pensiones porque es un suicidio para cualquier gobierno recortarlas o eliminarlas, lo normal es que no se reduzcan pero que la inflación se las coman. "Yo creo que dentro de cuarenta años, que es cuando me tocará jubilarme a mí, la pensión te dará para un mínimo de subsistencia pero no para mantener el nivel de vida al que estaremos acostumbrados. Viajar, salir a comer a un restaurante, etc, eso con una pensión publica creo que no se va a poder hacer dentro de unos años".