El chef detrás de las salsas picantes de 'A las bravas': "Cuando pica a estos niveles, que sepa a algo es un reto"

Madrid

Cada semana, el cómico y presentador Raúl Pérez pone a prueba de picante a cada uno de sus entrevistados en los estudios de la Cadena SER. Ernesto Sevilla, Samantha Hudson o Sergio Dalma han sido algunos de los valientes que se han enfrentado a las 8 salsas elegidas cuidadosamente para hacer llorar a cualquiera que las pruebe. Fernando Bayo, director del programa de consumo Código de Barras, y Carlos Cano, a cargo de Gastro SER, no han querido ser menos y se han enfrentado a 4 de las salsas más picantes del programa. "Cuando pica a estos niveles, que sepa a algo es un reto", ha augurado Txitxo, el responsable del restaurante Kitchen 154, proveedor oficial del aderezo.

Las bravas son, junto a la tortilla de patata o la ensaladilla rusa, uno de los aperitivos españoles por antonomasia, y, aunque muchos de ellos acierten con la elaboración, muchos otros ofrecen una versión muy alejada de la original. "Es fácil encontrar unas buenas bravas, pero también es fácil encontrar unas bravas horribles: patatas fritas con kétchup y mayonesa. Eso sigue existiendo desgraciadamente", ha afirmado Carlos Cano.

Las cuatro salsas, elegidas en orden ascendente, han sido las protagonistas del encuentro. Un mole mexicano con chiles ahumados, una salsa holandesa muy avinagrada, una salsa secreta original del restaurante y la salsa Scorpion, que ha desatado un momento de risas y lloros entre los catadores. "Es la versión bestia de un habanero. Tiene un toque de capsaicina en extracto", ha podido pronunciar Txitxo, que ha recomendado beber un vaso de leche a los afectados: "Lo mejor para el picante es la caseína, todos los derivados lácteos". "¿Estáis seguros de que la leche funciona?", ha respondido Fernando Bayo con la cara encendida.

Raúl Pérez ha aprovechado para recordar los inicios del programa más picante de la Cadena SER: "Esto viene de un programa de Estados Unidos en el que consumen alitas con picante, y nosotros quisimos hacer nuestra versión castiza. Unas buenas patatas bravas, que apetecen siempre, mezcladas con el picante, creo que es una combinación súper explosiva, perfecta". Pérez ha confesado que su cuerpo se ha ido habituando al picante con el tiempo: "Se desarrolla cierta inmunidad, el cuerpo se acopla, se habitúa".

Edu González, autodenominado bravista a cargo del blog 'Bravas Barcelona', y con 2.000 bravas probadas a sus espaldas, ha querido dejar una recomendación en el programa sobre los mejores sitios en los que comer unas patatas bravas en España: "Señor Vermut y Bar Tomás Sarriá, en Barcelona, Bar Ricardo en Valencia, y Bar Docamar y Taberna y media en Madrid: "Es una especie de buñuelo con una salsa brutal", ha explicado el experto sobre el último local.

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