Mejorar la escuela

Madrid

Hay que mejorar en la escuela, porque es el presente y sobre todo, el futuro. Así parece haberlo entendido el mundo político. El fin de semana, el presidente del Gobierno anunciaba un plan de refuerzo en Matemáticas y Lectura/comprensión lectora, los dos agujeros negros de nuestro sistema de enseñanza. Se pensó para primaria. Ahora el plan se extenderá a todo el bachillerato. Si todos nos conjurásemos para hablar de los problemas reales y cómo resolverlos, en vez de los asuntos inventados y cómo empeorarlos, iríamos mejor.

También parece positiva la idea de reducir o limitar el móvil en las escuelas. Hoy la ha aprobado el Consejo Escolar, y como ahí hay muchos especialistas, es de suponer que debería ser eficaz. Lo que sí sabemos los padres y abuelos es que excesivas dosis de móvil desconcentran a los chavales, a veces los aíslan, y les hacen vivir al menos en parte en un mundo irreal. Eso no puede ser bueno. Pero tampoco debe serlo nuestro comportamiento como adultos, al estar todo el día colgados del telefonillo. A lo mejor eso no da muy buen ejemplo a los jóvenes. Cuantas más pruebas se hagan sobre el efecto de esta medida, mejor.

Y que el PP asegure que se preocupa de la educación debería ser positivo. Propone una medida que este comentarista ignora si es interesante o no, lo siento. Pero no parece muy sagaz su procedimiento: en vez de llevarla a la Conferencia sectorial de Educación, lo que daría lugar a discutirla bien y en su caso aplicarla en todas partes si es tan buena, se trata de una instrucción que la dirección del partido imparte a sus consejeros autonómicos del ramo. No se antoja muy sabio meter el remo de la polarización también en la escuela.