Mónica Randall: "Yo creo que absolutamente feliz no se puede ser, exceptuando si eres totalmente gilipollas"
Aimar Bretos entrevista a la actriz Mónica Randall
Las entrevistas de Aimar | Mónica Randall
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Madrid
Con más de cuarenta películas a sus espaldas, obras de teatro y programas de televisión, la histórica actriz Mónica Randall recibe este viernes 26 de enero el Premio Feroz de Honor que concede la prensa cinematográfica de este país. En 'Hora 25' hablamos con ella sobre su carrera, su vida y lo que significa este premio para ella.
La entrevista en los estudios centrales de la 'Cadena SER' le trae muchos recuerdos a la actriz: "Cuando he llegado al portal me ha venido un flash de la primera vez que estuve aquí. Era un portal con hierros, como gris oscuro, hace muchos años. Vine a un programa de Joaquín Prats. Parece que esté hablando de la reencarnación anterior, por dios", rememora Randall. Nos cuenta que a ella le hace mucha ilusión el Feroz de Honor porque "quiere decir que no has pasado en balde por la vida. Alguien cuando has pasado te ha visto, te ha retenido la imagen, a lo mejor ha retenido algo que has dicho, has dejado algo bueno que de repente un grupo de personas dicen: 'ah, esta actriz'. Además, es un premio de honor, con lo cual estoy segura que creen que tengo honor y eso me importa muchísimo".
Mónica Randall piensa que su carrera ha sido un poco irregular. "A lo mejor no la he amado lo suficiente. Le debería haber entregado más de lo que lo he hecho. Me he distraído viajando. He viajado mucho". La actriz también piensa que ha sido irregular por su aspecto: "yo tenía un aspecto no muy del tiempo que me tocó vivir. Era una mujer como sofisticada y no era el tiempo de sofisticaciones en nuestro país en aquella época. Tenía como un punto distante. Iba siempre muy elegante, muy puesta, muy perfecta, cuidando siempre el vestuario. No era demasiado al uso y eso no creo que haya sido bueno para mi carrera, porque no había un tipo de cine para ese tipo de mujeres así".
La pasión por viajar
En la vida de Mónica Randall no todo ha sido rodar. La actriz catalana nos cuenta que ha estado en más de noventa países, más de medio mundo. "Yo he viajado mucho sola porque el viajero viaja solo. Como mejor se conoce el mundo, como mejor se ve, como más te empapas, ves a la gente es cuando vas solo. Yo me acuerdo un día en México, que estuve un mes sola, y de repente me acordé de que era la temporada de las mariposas monarca. Era en otro estado, pero me fui, cogí un avión y me fui a ver las mariposas monarca. Eso, si vas acompañado, te dicen: 'pero qué dices de las mariposas, se te va la cabeza un poco con las mariposas'. Y no se puede hacer", recuerda Randall.
El lugar más extraño en el que la han llegado a reconocer está en Paraguay. Así lo contaba Randall: "Un día en una ciudad medio delincuencial de Paraguay. Se trata de la ciudad que antes se llamaba Puerto Stroessner. Era como de noche. Había una bombilla al fondo de la calle, que dije: 'Dios mío'. Pero como había unos puestecillos a la derecha, pensé que no había ningún peligro. Paso y oigo: 'Oh, Mónica Randall'. Era uno de los que vendía, un indio que había estado en España, que me conocía de España y se había trasladado a Puerto Stroessner a vender. Pero la actriz recuerda otra anécdota muy divertida de sus viajes por el mundo: "En la pobre Siria, maravilloso país que han destrozado, pasaba mucho por una zona y yo llevaba entonces el pelo tirante y con una cola de caballo atado. Entonces, oigo a lo lejos: 'Oh, Isabela la Pantoja'. Y dije: 'Dios mío', esa soy yo, porque lo vi clarísimo. Y cada vez que pasaba el de la tienda me lo gritaba como un loco".
Italia, Cinecittà y su nombre artístico
Al margen de los lugares que ha conocido viajando, Aimar Bretos le pregunta a la actriz por el mejor sitio en el que ha rodado. Así respondía Mónica: "Ha sido en Italia. Rodé una película de agentes secretos. Fuimos a la zona de Porto Santo Stefano a rodar, una costa maravillosa. Recuerdo un atardecer precioso, porque además tenía yo un novio romano encantador, con el que incluso pensé casarme durante tres o cuatro meses, al quinto ya se me quitó de la cabeza. Ese atardecer estuvo muy bien".
Randall llegó a rodar en los míticos estudios italianos de 'Cinecittà': "Estaban en ruina cuando yo llegué. Yo era una cinéfila absoluta. Entonces, 'Cinecittà' era una cosa mítica para una cinéfila de aquellas épocas. Entré y siempre te imaginas el esplendor, pero había ya una decrepitud, los pasillos eran con esa estructura fascista de pasillos largos... Era como decadente, no había casi nadie, un mundo frío, pero tenía mi camerino en Cinecittà. Mirabas y pensabas: 'ojo, por aquí ha pasado Fellini, cuidado. Por aquí ha pasado Marcello. Estemos atentos".
El verdadero nombre de la actriz es Aurora Julià. Su nombre artístico, Mónica Randall, nace allí en Italia: "En Italia me dijeron que mi apellido no podía ser por confundirse con un nombre propio italiano que es Julia y se les parecía. En aquella época, en las películas del oeste fiero estas que hacía yo, a los directores y a las actrices les cambiaban el nombre. Entonces me trajeron una lista como con quince apellidos y apareció este Randall con dos eles al final y era como Sabadell. Me pareció que tenía un toque español, una cosa catalana con las dos eles. Entonces, Aurora Randall era mucha erre y como yo admiraba mucho a Monica Vitti, me puse Mónica por Monica Vitti. No suena mal, ¿verdad?". Solo los amigos de toda la vida la siguen llamando Aurora.
Los actores de antes y los de ahora
Nos cuenta la actriz que el personaje suyo que más ha calado ha sido la Mercè de 'La escopeta nacional', pero que otro que recuerda también con mucho cariño es el de Paulina de 'Cría cuervos...' de Carlos Saura. "Aquello fue lo más parecido que tuvimos en España a la Nouvelle Vague. En aquellos tiempos era muy difícil estar fuera y salir fuera y que la gente viera las películas. 'Cría cuervos...' estuvo un año en París. Un día iba por los Campos Elíseos y un señor me dijo si yo era la actriz de 'Cría cuervos...'. Me llamó la atención que un señor me reconociera yendo por los Campos Elíseos. Fíjate tú después los éxitos internacionales que han tenido luego nuestros actrices y actores: Penélope, Javier, Carmen Maura...", cuenta Randall.
La diferencia que existe entre los actores de ahora y los de antes es que "ahora tienen la posibilidad de que les vea el mundo. Si tu arte no tiene difusión, es menor. Si eres un gran actor, pero no sales de Almendralejo, pongamos por caso, qué importa. Los actores de ahora tienen difusión y la compensación debe ser enorme. Yo estoy encantada con el Feroz de Honor, pero imagínate tú que te den el Oscar. Pero, por ejemplo, Penélope se ha quedado tan normal porque es una chica que ha asimilado su tiempo histórico y son gente encantadora, pero tienen un Oscar".
Mónica Randall nos cuenta que todavía no tiene escrito el discurso de agradecimiento para cuando recoja mañana viernes el Premio Feroz de Honor. Ella prefiere improvisar en base a lo que sienta en el momento, pero sí que tiene un cometido que cumplir: "He de decir una palabra clave que no la voy a decir ahora. Se la dedico a unos amigos míos, para que sepan que me acuerdo de ellos, pero no la voy a decir ahora porque pierde la gracia".
El valle de Ordesa y la felicidad
Los últimos momentos de la entrevista se vuelven más íntimos. Aimar pregunta a Mónica por el tiempo que hace que no pasea a pie por el valle de Ordesa en Huesca y así contestaba la actriz: "Me estás tocando la parte sensible. Estás ahondando en la yaga. Estás muy informado. Yo creo que tendría un año y medio. Desde entonces... Creo que con un ataque de celos brutal porque había nacido un primo mío de la misma edad y mamá estaba encantada viendo al niño. Con lo cual, yo, que era hija única, sobrina única y nieta única, llego a Aragón y parece ser que perdí el apetito, tuvo que venir papá de emergencia porque la niña no comía por un ataque de celos por mi primo. Dios mío. Es la mitad de mi vida, Aragón. Es una tierra a la que quiero muchísimo".
¿Es Mónica Randall feliz? "Yo creo que absolutamente feliz no se puede ser, exceptuando si eres totalmente gilipollas", zanja la actriz. Y continúa: "Ser feliz o ser desgraciado depende un poco de la cabecita que tenga uno. Hay que asumir la vida de uno. Es decir, si pretendes estar en un tiempo histórico que no te toca, en una edad que no te toca y en una vida que no te toca, muy mal. Lo inteligente es asumir en el punto en el que estás, que la vida te ha llevado o porque te ha llevado la vida o porque tú has conducido tu vida ahí. Porque me acuerdo un día que me decía Carlos Saura, me había peleado yo con una pareja, y me dijo Carlos Saura: 'tú lo que quieres es estar sola, ¿no te das cuenta de que estás conduciendo tu vida para vivir sola?'. Me acuerdo mucho de esa frase. Tenía razón este amigo mío".
Josema Jiménez
Periodista de Sanlúcar de Barrameda. Trabajo en la Cadena SER desde 2018. Antes en Hoy por Hoy, ahora...