El puño arriba de Vera Fauna
Gentrificación, ciudades que son sartenes, vivir del trabajo y la amistad: los sevillanos dejan claras sus ideas en el aniversario de su disco 'Los años mejores' en la sala Independance de Madrid
Los años mejores cumplió un año de vida, y con ello, sus creadores, los sevillanos Vera Fauna, se pasaron por la capital española. Concretamente por la sala Independance en el ciclo Inverfest, donde todos sus seguidores madrileños —o a los que por trabajo, estudios o simplemente la vida les ha llevado Madrid— bailaron al son de su estilo apesadumbrado pero colorista que se mezcló con ritmo de psicodelia, potenciado en directo por las teclas de Álex, último en llegar, que se ha convertido en la columna vertebral de la banda. Un directo disfrutón en el que incluso hay tonos reggae y, sobre todo, mucho mensaje. Kike Suárez, guitarra y voz del grupo, pronto tomó la palabra para lamentar la "vida rara" donde hay un genocidio y las ciudades se están convirtiendo en auténticas sartenes. Y es que, aparte de que el mismo día del concierto (pleno enero) hacía como si fuese primavera, todo lo que pasa a nuestro alrededor achicharra a toda una generación. Pero sus canciones invitan a seguir adelante, sobre todo por su actitud: "Nuestra música es vuestra".
Para entonces ya habían sonado Al dolor y Voy temblando. De una canción que habla de estar en horas bajas a otra que narra la pasión por encontrarse con tu amor. "Por la calle Rodrigo pa' verme contigo voy temblando", dice. Y es que quién no ha sentido esas mariposas en el estómago alguna vez. Los sevillanos hablan de eso, de su generación, de lo bueno y de lo malo, siempre con ese punto de nostalgia de, como dice el título de su segundo trabajo, Los años mejores. A veces es mejor recordar cosas pasadas, volver a ese sitio o ese recuerdo de cuando fuimos felices, pese a que las cosas de la vida también vayan apretando. Como recuerdo del pasado, está Colorada, una versión al mítico hit de Papá Levante, pero como problema que oprime, la canción que le siguió en el setlist, Candelaria. Un golpe de realidad que trata de la gentrificación y de ver cómo el turismo y otros aspectos acaban echándote del centro de Sevilla (o de cualquier gran ciudad). "Sevilla se está convirtiendo en una sartén que nos quema el culo cada vez más porque se está volviendo cada vez más inhabitable", dijo Kike sobre este tema en una entrevista en Fuego y Chinchetas.
La incertidumbre es la palabra clave de todo lo que ellos explican en su primer disco, Dudas y flores, que salió en 2020 días antes de la pandemia. Pero también hay esperanza, como en Cobre, de donde se percibe ese aliento con el "no tienes que temer, saldrá" que retumbó en la sala Independance de Madrid, donde segundos después el vocalista de la banda se paseó entre el público para cantar con ellos Casa Carreras. "Quiero dedicárselo a todos y ojalá se pueda cumplir el convenio (laboral) para que la gente pueda vivir del trabajo", exclamó. Una canción crítica con el sistema actual que brinca con lo chic, lo vintage, el amor por lo cutre y el empresario buen rollo pero seguimos viviendo con salarios "tristes". Entre abrazos con viejos conocidos y compañeros del sello Ernie Records como los integrantes de Camellos, presentes en la sala, Kike hizo bajarse hasta el suelo a todos con ese estribillo pegadizo de "cinco minutos más".
Kike, emocionado, se arrimó a los suyos, Javi Blanco (guitarra), Jaime Sobrino (bajo y voz), Juanlu Romero (batería) y Álex Fernández (teclista y última incorporación)—y lo dijeron muy claro: "Nuestro pegamento es la amistad"— para arrancarse con Mira lo que tengo. Un tema fraternal en el que Jaime también canta y mezcla las expectativas frustradas con las victorias personales. Del "mira lo que tengo, para la edad que tengo", al "yo quiero a mis chavales, que cerremos bares y ganemos los partidos como Mágico González". Si alguien no se había venido arriba hasta entonces, tuvo que hacerlo en ese momento con un solo de bajo espectacular que cerró el tema. El punto reggae se coló con Tres primaveras y todo saltó por los aires con Los naranjos, su tema más reconocido. Pero también hubo momento para cantarle el Cumpleaños feliz a ese Los años mejores que nació hacía un año y disfrutar de No quiero nada y Espuma ante de los bises que dio paso al "sistema de capitalización del tiempo" que es Martes, esta vez sin Kiko Veneno, un trocito de algo nuevo que saldrá donde destaca ese sentido "echo de menos tu voz" que Kike cantó con la mano en el corazón y la guinda con la pesarosa Peso pluma que incide en lo duro de la vida: lo caro que está el alquiler, lo que cuesta llenar la nevera (elemento clave en la portada del segundo LP) y esa frase de "el trabajo dignifica" a la que aún seguimos buscando el significado. Un concierto que fue una montaña rusa de emociones pero que relata a la perfección el sentir del que estuvo allí.
Íñigo Renedo
Redactor de deportes en la Cadena SER y forma...