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Fotocopias de seres humanos y bebés a la carta: ¿Ciencia ficción o realidad?

La clonación animal se está investigando desde hace décadas y lo que empezó con la oveja Dolly, y ha evolucionado ahora hasta el macaco Retro, está más cerca de llegar a los seres humanos. Ya no sólo nos preguntamos si es posible fotocopiar un ser humano, sino ¿para qué?

Reportaje EP110 | Bebés a la carta: ¿ciencia o ciencia ficción?

Parece ciencia ficción, pero en algunos laboratorios no lo es. Ya se han clonado animales muy parecidos a los seres humanos y se han creado embriones de personas sin óvulos, esperma o útero. La clonación y la modificación genética son procesos que están desafiando a la ética y a la legislación vigente hasta ahora, pero, como cualquier avance o experimentación científica, tiene ventajas y peligros.

Nadie ha dicho que fuese sencillo, de hecho, la clonación en primates es un proceso muy complicado y con poca probabilidad de éxito, de hecho, a penas supera el 1% de viabilidad. La profesora de Ingeniería Genética en la Universidad CEU San Pablo, Silvia Martín, explica que, para que el proceso sea exitoso, es necesario utilizar “un gran número de embriones”.

Un grupo de investigadores chinos ha perfeccionado la técnica para producir macacos idénticos. Crearon 113 embriones. Transfirieron 11 a siete hombres. Consiguieron 2 gestaciones, pero un único nacimiento, el de Retro, el macho de macacos Rhesus que ha vivido más de dos años. Pero, ¿qué pasa si aplicamos esta técnica en humanos? ¿Cuán difícil sería clonarnos? Silvia Martín responde que esto es inaceptable desde el punto de vista ético porque implicaría usar a muchísimas mujeres gestantes en la fase de experimentación. Centenares, incluso miles.

Imagen de archivo de varios macacos rhesus

Imagen de archivo de varios macacos rhesus / Suraj Saigal

Llegados a este punto, la doctora en Psicología e investigadora de la Universidad Autónoma de Barcelona, Sònia Darbra, ponía varias pregunta encima de la mesa “¿por qué queremos clonar a una persona?, ¿para seleccionar al bebé?”. Darbra lleva más de 20 años impartiendo docencia en Genética de la conducta y Psicogenética y explica que los “los genes sin ambiente no son nada”. “Los gemelos idénticos son clones”, explica, “vienen de una única célula que, muy al principio, del estado embrionario se divide y da lugar a dos bebés”.

Con este ejemplo, la investigadora intenta explicar qué efecto puede tener la clonación hipotética de seres humanos en el carácter y la personalidad. Pasaría como con los gemelos idénticos, que aunque sean "dos gotas de agua físicamente”, son muy distintos en el carácter y la personalidad. Por eso, reafirma, “los genes sin ambiente no son nada”.

Si éticamente es “inaceptable” y psicológicamente deja un escenario incierto, ¿para qué se investiga con esta técnica? La experta en ingeniería genética del CEU comenta que la clonación de animales “ha servido para comprender en proceso de desarrollo embrionario desde el momento de la fecundación y ha servido para ayudar a parejas con problemas de fertilidad”.

Episodio 110 | 'Fotocopiar' seres humanos ¿será posible?

Bebés a la carta

Un experimento nos lleva a otro. En un laboratorio ya se ha creado un embrión sin esperma, óvulo y, además, fuera del útero. Se hizo con células madre. Aquí hablamos también de modificación y edición genética. La legislación internacional prohíbe que este tipo de embriones humanos realizados "in vitro" no pasen la barrera de los primeros 14 días. Lo que quiere evitar es que se puedan crear “bebés a la carta”.

“La modificación genética en humanos es inaceptable”, sentencia la genetista Silvia Martín, “debería reservarse para la edición de celular somáticas, es decir, utilizar esta técnica para pacientes que tienen problemas graves, hemofilia, u otro tipo de enfermedades genéticas graves que no tienen terapia ni tratamiento”, añadía.

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Ese, por tanto, es el beneficio de esta experimentación. Pero hay que tener en cuanta también la utilización que se hace de los animales para llevar a cabo la investigación. Jordi Gispert, de la ONG ADDA, asegura que “es un método que implica dolor a animales inocentes porque al final lo que hace es incrementar el negocio de la experimentación con animales, en el que se usan más de 100.000.000 de animales a nivel mundial cada año.

En resumen, estamos ante un escenario prometedor para la ciencia, pero siempre va a depender de las manos que lo usen, con qué finalidad. En función de eso, será un avance o un peligro. De momento este escenario no es una realidad, pero tampoco ciencia ficción.

Yilian Ayala

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