Construir montañas rusas: el reto de garantizar la seguridad absoluta

Madrid

Cuando Alberto Sanfeliu dice que es “constructor de montañas rusas”, sabe que despierta la sorpresa del que escucha. Sanfeliu, CEO de ABC Rides, ha sido ingeniero de proyectos de este tipo de atracciones durante una década en Intamin, una de las empresas líderes en construcción de estas atracciones a nivel mundial. Es, entre otras cosas, la compañía creadora de la primera montaña rusa con caída libre o de la más veloz del mundo, la Formula Rossa (Ferrari World, Abu Dhabi), que alcanza una velocidad de 240 km/h y mantiene su "título" desde 2010.

Tras una década en el sector, Sanfeliu habla de este como un entorno muy vocacional, en el que algunos de los trabajadores han sido apasionados del tema desde niños. “Hay quien incluso se va de vacaciones a probar montañas rusas”, reconoce. La combinación de diferentes tipos de estructura y la introducción de efectos especiales permiten que sea una industria con frecuentes innovaciones, donde diseñadores, pero también ingenieros, buscan ideas diferentes de manera constante.

"Las montañas rusas están diseñadas para llevarte a los límites", explica el ingeniero. Aun así, la normativa que rodea a su oficio es exhaustiva y busca que el riesgo se quede solamente en la percepción y sensación de los visitantes. Gracias al uso de muñecos (dummies), la existencia de normativas y la superación de múltiples pruebas, la seguridad está garantizada incluso en el momento en el que los ingenieros la estrenan antes de su apertura al público: “Probar tu atracción por primera vez es un lujo”, cuenta.