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Ciencia y tecnología

La NASA lanza el mayor satélite para vigilar la contaminación del aire y el mar

Con una inversión de casi 900 millones de euros, el PACE es un supersatélite que podrá controlar desde el espacio, por ejemplo, el avance de los grandes incendios forestales o de las mareas negras, enviando a la Tierra imágenes con una resolución nunca vista hasta ahora.

Fotografía cedida por la NASA de un boceto representativo que muestra al satélite espacial Plancton, Aerosoles, Nubes y Ecosistemas Oceánicos (PACE, por sus siglas en inglés) mientras orbita sobre la tierra. / Cortesía (EFE)

Madrid

El nuevo y gran satélite de teleobservación de la NASA, el PACE, se encuentra ya listo para su lanzamiento a bordo de un cohete de la empresa Space X y el despegue se realizará este miércoles, a las 7:30 de la mañana, hora española.

Si todos sus equipos funcionan bien, su misión será histórica, porque va a vigilar la "salud de nuestro planeta", desde la zona más profunda de los océanos a las nubes más altas, que transportan las sustancias tóxicas que emiten los millones de coches que, cada día invaden las ciudades de todo el mundo.

Por lo tanto, con la puesta en órbita de PACE, será mucho más fácil detectar las emisiones tóxicas de las empresas o los países que más contaminan, como acaba de explicar a la Cadena SER una de las mejores científicas que trabaja en esta misión, la española Violeta San Juan, oceanógrafa del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA.

Vigilancia oceánica

Los océanos representan el 70% de nuestro planeta. Sin embargo, el ser humano solo ha explorado apenas el 5% de los mares.

Y esto significa que el 95% de las regiones oceánicas son desconocidas y analizar, precisamente, lo que ocurre en esta inmensa región azul de la Tierra es uno de los grandes objetivos del nuevo supersatélite PACE.

Porque, como nos explica esta científica española de la NASA, "el océano es, en realidad, el mayor pulmón de la Tierra porque su plancton produce más del 50% del oxígeno que respiramos los seres vivos".

"No sólo proporciona los alimentos que comemos y el aire que respiramos, sino que también ayuda a regular el clima", explica la oceanógrafa Violeta San Juan, por esa razón, las mediciones del nuevo satélite PACE de la NASA serán también fundamentales para poder luchar contra el cambio climático.

En este campo, PACE seguirá desde el espacio el movimiento de las grandes masas del fitoplancton submarino, que son organismos microscópicos que son la base de la cadena alimentaria de todas las especies marinas, como los peces o las ballenas.

Control de la contaminación

Desde una altura de 676 kilómetros y durante 3 años, otro de los grandes objetivos de PACE será controlar las "mareas negras" o la proliferación de algas peligrosas que pueden contaminar una enorme extensión de playas y costas de nuestro planeta, donde viven ahora millones de personas.

Su seguimiento diario de las nubes ayudará también a predecir los catastróficos efectos de los huracanes y las fuertes tormentas, como las temidas "gotas frías" que afectan al mar Mediterráneo

Además, los equipos de PACE vigilarán los altos índices de contaminación que se respiran ahora las personas que viven en grandes ciudades, como Nueva York, Londres, Milán o Madrid.

De esta manera, PACE puede determinar dónde están los "puntos críticos" de mala calidad del aire o, mejor aún, dónde estarán en un plazo de varios días.

Y esto incluirá un seguimiento especial de la "calima", las enormes cantidades de polvo procedente del Sáhara, que, cada cierto tiempo, invade la atmósfera de países como España y que puede generar graves problemas de salud al ser inhalado por nuestros pulmones.

Javier Gregori

Periodista especializado en ciencia y medio ambiente....