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Las claves de unos Goya diversos, abiertos y reivindicativos

El cine de cada temporada habla del estado de un país, de los asuntos que preocupan, de los debates que se abren y de las cuestiones pendientes por abordar. Detrás de los focos, hay precariedad, incertidumbre y, en esta edición, protestas contra los abusos de poder y la violencia contra las mujeres

Las claves de unos Goya abiertos, diversos y reivindicativos

Madrid

El cine es un reflejo de la sociedad y la sociedad, un reflejo del cine. Lo que quiere decir que ambos se retroalimentan. El mundo ha acabado comprando formas de vida que nos ha mostrado el cine americano, pero al mismo tiempo los problemas que vivimos como sociedad acaban por reflejarse en la gran pantalla. Y hay veces incluso en que el cine acerca y soluciona conflictos que la política no sabe cómo enmendar. 20.000 especies de abejas es una de esas películas que va por delante de los debates.

Ópera prima de Estíbaliz Urresola, sigue en la senda de ese llamado nuevo cine español que abre miradas y que desde el realismo se centra en lo íntimo y lo cotidiano, como es el día a día de las infancias trans. Su estreno en Berlín, donde ganó premio la joven actriz Sofía Otero, se producía al tiempo que se aprobaba la Ley Trans. "El cine va por delante de la política muchas veces. Yo estaba preparada para lo peor, me ha sorprendido muy gratamente ver la recepción que ha tenido, pero eso es gracias a que en la sociedad en paralelo se estaba produciendo ya un diálogo", defendía la autora en nuestras Conversaciones de Goyas.

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De la lucha de los colectivos LGTBIQ habla una de las comedias de este año, Te estoy amando locamente, de Alejandro Marín, un canto festivo a la memoria queer y la reivindicación de unos derechos que cada cierto tiempo se cuestionan. En el año en el que ha vuelto la censura, donde gobiernos de PP y Vox han cancelado obras por su contenido LGTBIQ, por ser feministas o por hablar de memoria histórica, curiosamente uno de los fenómenos en los cines ha sido El maestro que prometió el mar, historia sobre el genocidio a los maestros republicanos durante la guerra y el franquismo que demuestra que a la sociedad le interesa el pasado y que las fosas siguen en muchos casos cerradas. "Me parece importante esta película y ha llegado en un momento adecuado, en un momento donde hay mucha crispación política y donde se están yendo las cosas a unos extremos que me parecen, no digo peligrosos, pero sí poco sanos. Que de pronto se hable de lo que pasó en la Guerra Civil, que de pronto se recuerde lo que pasó con los maestros y las maestras y que se recuerden que hay miles de personas todavía en fosas comunes, creo que es importante", explica la actriz Luisa Gavasa, quien ha expresado en esta temporada que un país sin memoria es un país sin honor.

De memoria, personal y colectiva, y de qué puede hacer el cine para contarlo, versa otra de las películas del año, Cerrar los ojos, acontecimiento cinéfilo del año. Es la vuelta de un cineasta único, Víctor Erice, décadas después con la actriz con la que comenzó, Ana Torrent. "Me conoce mucho y yo le conozco mucho. Entonces yo sabía muy bien ese abandonarse al misterio, yo sabía muy bien qué parte de mí quería que yo mostrara, qué Ana quería que estuviera ahí. Ha sido una experiencia muy emocional estar trabajando con Víctor Erice, que son palabras mayores como director, y ser conscientes de que está rodando una película después de 30 años, me venía casi mi vida entera. Todo el rodaje estuve en una nube. No me podía creer que estaba rodando con él una película 50 años después, fue muy mágico", recordaba la actriz.

Especial Goyas 2024 | Mesa de intérpretes: Patricia López Arnaiz, Luisa Gavasa, Hugo Silva, Juan Carlos Vellido y Janet Novás

El cine nos enseña a sobrevivir, dice Erice en su película. Algo que secunda otro de los directores nominados, David Trueba con Saben aquell, sobre la vida del humorista Eugenio. El cine, el humor, el espectáculo como única arma para sobrevivir a los dolores de la vida. Incluso al duelo. "Es importante el famoso pero es importante la persona que está a su lado, que ha convivido con él. La película es una historia de amor entre dos personas que se ayudaron". En la ficción también se refugia Malena Alterio, una taxista de barrio que crea una vida paralela en Que nadie duerma a ritmo de Puccini. "La soledad está presente en esta sociedad frenética en donde parece que estamos muy conectados, pero en realidad no lo estamos. Lo bonito del personaje también es que no se compadece de ella misma y que es una mujer 'echada palante' y decide tomar las riendas de su vida", cuenta la intérprete de un personaje con el que ya ha ganado el Forqué y el Feroz.

Que nadie duerma es una película coescrita por Clara Roquet, lo mismo que Creatura, dirigida por Elena Martín, donde se habla del tabú del deseo feminno. Un tema que está en Un amor, de Isabel Coixet, adaptación de la novela de Sara Mesa. "Admitir que tu corazón te dice una cosa, tu cabeza te dice otra y tu coño te dice otra son cosas que tenemos que admitir. Y que eso también nos conduce a situaciones que preferiríamos no asumir. El problema del deseo femenino y cuando uno lo muestra de esa manera es que las mujeres pagamos un precio por el deseo siempre, yo lo calcularía en el triple que un hombre", responde la directora sobre esta historia que muestra los machismos y las violencias a las que nos enfrentamos las mujeres en la sociedad, incluso en aquellos ámbitos donde ya pensamos que están erradicadas. Los hombres deconstruidos a veces también tienen lo suyo, como decía Hugo Silva de los falsos aliados. "Todos como sociedad somos un poco como mi personaje, a veces porque seguimos esa corriente narcisista. Estoy muy orgulloso de haber hecho un personaje que sea tan hez, creo que que hay algo de labor social porque si alguien de repente ve la película, dice hostia, este tío me recuerda a Pepito, a Manolito, a tal, que mande al carajo directamente a Pepito, Manolito, a tal. Es lo mejor que se puede hacer, de verdad, con un narcisista de este tipo", recomienda el actor.

Y la violencia de género queda reflejada en Bajo Terapia, película de Gerardo Herrero, con la que está nominado Juan Carlos Vellido en actor de reparto. "Hay demasiados hombres que todavía tienen esos patrones educativos y que tanto daño hacen sobre todo a las mujeres. Nos ha tocado contar esa parte de la historia que hay que contar, que visibilizar. Y ese es una de los grandes premios que nos podemos llevar. Tener la sensación de que las historias que estamos contando puedan servir para algo, no solo para ser espectadores de una cosa, de un espectáculo, sino que haya algo que trascienda, que pueda llegar a a modificar", explica el intérprete.

Especial Goyas 2024 | Mesa de intérpretes (II): María Vázquez, Alberto Ammann, Enric Auquer, Manolo Solo, Ana Torrent y Àlex Brendemühl

Ha sido un año diverso, en cuanto estilos, propuestas y temáticas. Hay actores de origen asiático nominados, hay intérpretes no binarios. Hay actrices en torno a los setenta, como Ane Gabarain o Luisa Gavasa, y jóvenes que debutan por primera vez. Hay también personas con diversidad funcional como Brianeitor. "A mí me han dado la libertad que se le daba a cualquier niño que no tuviera una enfermedad. Creo que la película puede ayudar a reflejar esto, que no hay que prohibir, que somos gente que tenemos dificultades, pero eso no quita que no tengamos derecho a vivir la vida y a disfrutarla como cualquier otra persona", celebra el actor de Campeonex. 2024 también ha sido un año donde ha brillado y demostrado su fortaleza el cine de animación con tres títulos imprescindibles. Dispararon al pianista, de Fernando Trueba y El sueño de la sultana, de Isabel Herguera, y la nominada al Oscar Robot Dreams, de Pablo Berger. "La animación no es un género, un género es la comedia, el drama, el musical, la animación es un medio para contar historias", reivindica el director.

Nuestro cine no ha ido tan mal en taquilla, ha estado en Cannes, Venecia, San Sebastián, Berlín. Pero no es fácil sacar todo esto adelante. Sigue siendo una industria frágil siempre al borde un ataque de nervios y con muchos retos pendientes ¿Qué le preocupa al cine español?

- Al final la mayoría somos obreros y obreras de pico y pala, muchos no llegan a fin de mes, dice María Vázquez

- La mayoría no pueden elegir personajes, no pueden elegir proyectos, y no hablemos de técnicos y técnicas, le responde Manolo Solo

- Por eso no hay que normalizar las cosas, hay que quejarse ¿por qué no pedir el día del cumpleaños de un hijo? ¿Por qué es tan raro que un artista diga esas cosas? Empecemos a hablar de esos temas para que todos y todas podamos convivir con lo familiar y lo profesional, tenemos que ser terrenales, mundanos y no pasa nada, concluye la actriz gallega nominada por Matria.

La precariedad laboral sigue siendo uno de los grandes problemas, como da cuenta el estudio de AISGE que desvela que el 77% de los intérpretes ingresa al año menos de 12.000 euros, que el paro en la profesión alcanza el 14%, mientras que el 48% de los actores no llega a los 3.000 euros al año, una situación que genera vulnerabilidad en los artistas y hace que mucho estén bajo el umbral de la pobreza consintiendo prácticas abusivas por parte de productores y plataformas. "Si un productor trata de abusar hay que decirlo y no tener miedo a quedarse en la calle. No se queda uno en la calle. Hay que decirlo, la dignidad está por encima. Lo único que hay que hacer es luchar. Decir no. Estamos nosotros detrás para defenderos. No hagáis de esto algo individual y solitario", instaba Emilio Gutiérrez Caba a sus compañeros.

Especial Goyas 2024 | Mesa de directores: J.A. Bayona, Isabel Coixet, David Trueba y Estíbaliz Urresola

La precariedad también mira el cine, uno de los cortos nominados, Aunque es de noche, cuenta el día a día de los niños que viven en la Cañada Real en Madrid, ya llevan seis inviernos sin luz, o la Matria de Álvaro Gago reflejando la desigualdad de clase y de género de las mujeres gallegas. Eso nos lleva a la conciliación, que afecta sobre todo a las mujeres en la industria y sigue siendo un problema sin resolver, y los hombres también empiezan a hablar de ello. "Hago lo que me apasiona, lo que me gusta. Pero el precio es alto también. No vamos a llorar porque somos gente privilegiada que hacemos lo que nos apasiona. Pero sí que es un temazo la conciliación y cada vez se está hablando más también porque, yo lo he notado a veces y me ha pasado en Francia, de decir, bueno, tú hablas mucho de tu familia. Sí, sí, hablo de mis críos porque estoy pensando en ellos. Si estoy rodando aquí, estoy en París, pero estoy pensando en ellos. Es como que no eres muy artista si hablas de tu familia, tienes que ser un ente libre y artista solo, parece que no puedes tener una vida personal", desvela de su experiencia en el país vecino Àlex Brendemühl.

La fragilidad genera desigualdades y está relacionada con otro de los temas que en estas últimas semanas ha atravesado a la industria y que demuestra que el cine es igual que la sociedad. Hablamos del #SeAcabó, y las acusaciones de tres mujeres contra el cineasta Carlos Vermut. "No somos conscientes de lo difícil que es alzar la voz y hablar. Es importante no tratarlo como un caso aislado, el centro es una cuestión estructural y hay mucho trabajo en nuestra industria para ver qué hay que cambiar y preguntarse porqué estas víctimas de violencia su única salida es acudir a los medios. Eso es porque la industria no se está haciendo cargo desde dentro", decía la directora Elena Martín en los Feroz sumándose a esa petición de trabajar por ambientes menos tóxicos, más igualitarios y que no se basen en las relaciones de poder del patriarcado.

Esa idea de repensarnos, de trabajar en horizontalidad y generando otras dinámicas vertebra 'La sociedad de la nieve', la superproducción favorita en esta edición. La película de Bayona, nominada a dos Oscar y uno de los contenidos más vistos en Netflix, es una oda al compañerismo, al cuidado y a ayudarse entre todos sin intentar sacar nada a cambio. "Es una manera también de reivindicar esta historia, de luchar contra este relato de los ganadores y del heroísmo entendido desde esta cosa machirula del guerrero. En esta película yo recuerdo que le decía al actor, tienes que aprender, tienes que aprender a morir, tienes que aprender a llorar, tienes que aprender a dejarte cuidar, que eso es una forma también de darle sentido al otro", relata orgullos J.A. Bayona de una película que podría ser la primera de plataformas que gana un Goya. Todo un cambio en una industria que sigue sin conseguir el equilibrio entre cines, taquilla y streaming. La Ley del Cine será otro de los retos que deberá blindar a las producciones independientes para que la diversidad y la potencia del cine español dentro y fuera de nuestro país esté asegurada y siga hablando de nosotros y de nuestras vidas. Eso simbolizan los maestros de ceremonias de esta edición, Ana Belén y los Javis, una unión que ya es un mensaje para toda la industria.

La quiniela de los Premios Goya