Feijóo respira tranquilo en Galicia y sale reforzado en el PP, por si alguien le estaba esperando

En Galicia son muchos los que han dormido poco. Pero entre los que han dormido poco hay algunos, muchos, que han dormido especialmente tranquilos. Al PP al final la noche le salió redonda. Después de unos cuantos días con el susto en el cuerpo y conteniendo la respiración, por lo que decían las encuestas y por algunos errores propios en la campaña, resulta que al final nada estaba tan abierto como los números previos hacían pensar. El PP en Galicia, ya sin Alberto Núñez Feijóo y con un candidato, Alfonso Rueda, que no generaba excesivo entusiasmo, sigue teniendo una fuerza indiscutible. No solo revalidó de manera holgada la mayoría absoluta, sino que lo hizo con más votos de los que había tenido en la anterior convocatoria autonómica. Galicia es territorio del PP. En Galicia, Alberto Núñez Feijóo mantiene y aumenta su poder territorial y aquí lo hace sin haber permitido la entrada de la ultraderecha, por lo que confirma también su singularidad en un contexto, no solo español, también europeo, en el que la extrema derecha es una seria amenaza. Feijóo respira tranquilo en Galicia y sale reforzado en su partido por si alguien le estaba esperando. Histórico el resultado del Bloque Nacionalista Galego, nunca había recibido tantos votos, nunca había tenido tantos escaños, y nunca tanto había servido para tan poco. Su ascenso, conseguido a fuerza de trabajo, día a día, a pie de calle enfrentándose a los problemas cotidianos de los gallegos y sin perder presencia las señas identitarias ha sido imparable, pero el fracaso del resto de fuerzas de la izquierda le han impedido acariciar, siquiera, la presidencia de la Xunta. Y es que solo de fracaso rotundo se puede calificar la derrota del PSOE, incapaz de haber tejido un proyecto ilusionante. Y no vale escudarse en el auge del BNG. El PSOE, lo hemos visto elección tras elección, no tiene estrategia territorial alguna, salvo en Cataluña, donde parece fiarlo todo, pero solo con Cataluña no se mantiene la hegemonía. La debilidad parlamentaria de Pedro Sánchez tiene un espejo fuera del Congreso con su debilidad territorial. Debería empezar a reaccionar si quiere, como dice, que la legislatura sea larga. Ayer ni en las palabras del candidato gallego, José Ramón Gómez Besteiro, ni en el tuit del presidente del Gobierno se observó autocrítica alguna. Y batacazo también de Yolanda Díaz, que jugaba en casa, que apostó por su mujer de confianza como candidata, y que no obtuvo representación alguna, lo que confirma la dificultad de esta formación para su implantación territorial. La coalición del Gobierno sale seriamente dañada de estos comicios, de los 75 escaños que tiene el Parlamento Gallego, solo obtienen 9, los del PSOE, en su peor resultado histórico. Desde hoy el PP y Alberto Núñez Feijóo tienen más fuerza desde la oposición en Madrid, desde hoy la coalición que gobierna en Madrid, tiene más debilidades. En Galicia empieza una nueva etapa, con Rueda presidente y con un BNG que, en la oposición, ha conseguido devorar al resto de la izquierda con un trabajo serio e incansable. Nueva etapa en Galicia, nueva etapa también en Madrid.

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Feijóo respira tranquilo en Galicia y sale reforzado en el PP, por si alguien le estaba esperando

Solo de fracaso rotundo se puede calificar la derrota del PSOE, incapaz de haber tejido un proyecto ilusionante

Àngels Barceló

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