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La ayuda de los padres en los deberes escolares es contraproducente si se limita al control

Un macro estudio concluye que la implicación familiar en las tareas sólo es positiva cuando favorece la autonomía

Los padres getafenses podrán solicitar a un cuidador profesional para sus hijos durante unas horas mientras hacen gestiones. / Juan Algar

Madrid

El mayor estudio mundial sobre los deberes escolares concluye que la ayuda de los padres es contraproducente si se limita a controlar el tiempo o si directamente hacen las tareas de sus hijos. El estudio lo han elaborado científicos de las universidades de Misisipi (EEUU), Bohai (China), Oviedo y del Centro de Neurociencia Cognitiva y Cerebral (Liaoning, China), basado en el análisis de investigaciones de los últimos treinta años, con casi 380.000 participantes.

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Los autores concluyen que en general la ayuda de los padres puede acabar siendo negativa o nula, en el mejor de los casos, porque se centra justo en lo que no hay que hacer: "Lo que no deben hacer (padres y madres) es limitarse a controlar, a conductas de control, control del tiempo, a si están haciendo los deberes, si han terminado de hacerlos...o incluso de hacerles o explicarles ellos los deberes", afirma José Carlos Núñez, catedrático de psicología de la educación en la universidad de Oviedo, que es uno de los autores.

Empezar en Primaria

Sí se detecta un efecto positivo cuando los padres favorecen la autonomía de sus hijos y se ayuda a los alumnos a organizarse el tiempo y el espacio, a gestionar el estrés y a automotivarse. "Lo que debemos hacer es ayudarle a que vayan aprendiendo, lo importante que es hacer esto", incide Núñez. "El problema que veo yo es que los padres no hemos nacido sabiendo hacer esto. Desde mi punto de vista lo que haría falta es formar a los padres para ayudar a sus hijos en la autonomía", destaca. Es importante que esa actitud se favorezca desde las primeras etapas, desde primaria: "Si no lo hacemos, entonces algunos niños llegarán a la ESO sin desarrollar esas competencias de autonomía. Muchas veces es culpa nuestra, de los padres, porque queremos hacer las cosas a nuestros hijos o por nuestros hijos y no debemos a hacer eso".

¿Deberes obligatorios, sí o no?

Este catedrático también aboga por estrechar la relación entre familia y escuela para garantizar el éxito escolar y defiende los deberes, en su justa medida, como un buen termómetro a la hora de detectar problemas de aprendizaje: "Es la oportunidad que tiene un alumno para demostrar al profesor en qué punto está. Como entiende lo que ha estado explicando y , por lo tanto, si el profesor sabe en qué punto está podrá ayudarle. No todos los alumnos comprenden las cosas de la misma manera o van al mismo en el aprendizaje. Por lo tanto, si tú haces los deberes de tu hijo, la información que llega al profesor es lo que tú sabes, lo que tú haces y no tu hijo".

Problemas emocionales

Otra de sus conclusiones es la importancia de ir a las causas cuando un alumno se empieza a quedar atrás y que en bastantes ocasiones tiene razones emocionales: "Muchas veces no es por una necesidad de refuerzo. Generalmente, los niños tienen suficiente capacidad para entender las cosas que se están trabajando en el aula. Unos más rápido y otros tardan un poco más. Pero hay otras variables que probablemente están influyendo cuando un alumno se queda rezagado y ahí es donde hay que actuar. Muchas veces envías a tu hijo a refuerzo y sigue igual porque no es ahí donde está el problema. Hay que estar muy pendiente para detectar que algo está pasando y hacerlo pronto".