Los beneficios de los 10.000 pasos diarios: qué hay de mito y qué de realidad
Este número se ha establecido como la cantidad objetivo sin ningún apoyo de la comunidad científica
Las preguntas de Burque | ¿Sumas 10.000 pasos al día? ¿Y cuántos helados de yogur griego?
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Madrid
Los rastreadores de actividad han cifrado en 10.000 los pasos que una persona debe dar a lo largo de un día. Esta cifra, a la que no todo el mundo puede llegar, tiene su origen en una campaña de marketing japonesa en la que se promocionaba un podómetro que sonaba al llegar a dicha cantidad y que no contaba con ningún respaldo científico. No obstante, la mayoría de la población ha asumido este número como el ideal gracias, en parte, a los relojes inteligentes y a los rastreadores de actividad.
Miguel del Valle es el presidente de la Sociedad Española de Medicina del Deporte (SEMED) y ha pasado por los micrófonos de A vivir para disipar las dudas en torno a si los 10.000 pasos son la cifra ideal o no. "No existe un protocolo ni un consenso que nos diga cual es el número de pasos adecuado. Lo importante es hacer ejercicio físico. Vale más siempre hacer 8000 pasos que no hacer ninguno. Al final, el ejercicio tiene un efecto sumatorio", explica Del Valle.
Ante la pregunta de si es positivo o no el uso de estos relojes o pulseras, Del Valle responde que "cumplen una función muy importante porque crean adherencia". Las notificaciones que ilustran con datos reales una mejora de la condición física generan satisfacción y, por tanto, una mayor implicación por parte del usuario.
Los 10.000 pasos son un mantra que surge sin ninguna base científica, pero que refuerzan de forma positiva porque estimulan a las personas más sedentarias. Al tener capacidad de registro, se puede realizar una monitorización del ejercicio con tan solo levantar el brazo y desbloquear el reloj. Del Valle concluye que "mientras no nos pasemos, cualquier tipo de ejercicio siempre es positivo".