Acento

Madrid

Hoy queremos poner el acento en la quinta acepción de la palabra acento, la que se refiere a las particularidades fonéticas y rítmicas que caracterizan el habla de un territorio. El acento, que llega del latín, es un calco de la palabra de raíz griega prosodia. Etimológicamente significan lo mismo, lo que se aproxima o acompaña al canto. Y es que los acentos dotan de una musicalidad propia a palabras compartidas.

Los andaluces, que hoy celebran su día, siempre han reivindicado su acento, sus múltiples acentos, porque entre el oriente y el occidente andaluces existen más matices y más marcados que entre el castellano del norte y del sur de la vieja Castilla. Y han tenido que defender su acento propio frente a la caricaturización o el desprecio general, incluso el académico. Hasta hace 40 años el diccionario definía el seseo o el ceceo como pronunciaciones desviadas “por defecto orgánico o por vicio”. Alguien debió de percibir el cariz despectivo y suprimió esa consideración al darse cuenta de que no podía haber tanto vicioso o tarado a ambos lados del Atlántico. Porque Andalucía no solo fue la puerta de entrada de miles de palabras que nos llegaron del árabe y enriquecieron nuestro idioma, su acento fue además la simiente del español que se habla en América, que viajó con un puñado de navegantes andaluces y fue generador, a su vez, de otros muchos acentos. De otros muchos asentos, podríamos decir hoy...