Gracia Querejeta: "Tengo tantos miedos que los nuevos acaban echando a los viejos para hacerse hueco"

Madrid

Creció entre conversaciones de cine (su padre, Elías Querejeta, es uno de los mejores sinónimos vinculados al cine documental) y sin embargo tardó en decidirse a seguir los pasos tan marcadamente esbozados en casa. Fue antes actriz, o al menos hizo una película de niña, pero curiosamente no pudo aburrirse más. Ya entonces descubrió que, en todo caso, lo verdaderamente apasionante no era actuar, sino mirar a quienes lo hacían. Observar la realidad a través del visor de una cámara.

Es en esa mirada en la que se explica todo lo que vino después. Maribel Verdú, una de sus actrices fetiche, asegura siempre que lo mejor de trabajar a sus órdenes es que sus películas hablan siempre de cosas que te pueden pasar a ti, con las que te vas a poder identificar en algún momento: la manifestación de un cine real. Asuntos tan reales como su catálogo de miedos, que la convierten en una gran coleccionista de ellos. De hecho Querejeta asegura que tiene tantos que "los nuevos miedos acaban echando fuera de la cabeza a los viejos para hacerse hueco". Y añade que en su top de temores "siempre va a estar la hipocondría, porque como la joroba, no hay médico que la cure. De hecho un día le dije a mi amigo Luis Alegre que se viniera a casa a comer y lo dejé allí solo comiendo porque yo me fui al hospital creyendo que me estaba quedando ciega. Directora de cine y me estaba quedando ciega. Después fui al hospital, me dijeron que no era nada y regresé a casa de nuevo".

Temor a la hipocondría, al paso del tiempo y a las distancias. Recientemente ha rodado en México, donde ha estado tres meses y antes de viajar allí se puso en manos de un psicólogo. "Al miedo racional de ir lejos, a dejar aquí a tu hijo, aunque ya es mayor, o a mi madre, sentía las distancias. Antes de ir me pasaba todo el tiempo mirando los vuelos de Madrid a México y de México a Madrid. Es un miedo a sentirme aislada".

Otras de sus obsesiones tienen que ver con la música. Desde pequeña por el cantante de Los Bravos, Mike Kennedy. "Él nunca lo supo. Luego tuve hace muchos años un novio que lo conocía y me trajo un autógrafo suyo. Ahora he sabido por un artículo reciente de El País que está en una residencia, ya con ochenta y pico años. Cuando me enteré sentí el primer deseo de ir a verlo". La otra figura musical es Rocío Jurado, de quien hizo un biopic. "Es una persona que me atrapó desde el primer día que la conocí. Rocío Jurado tenía un gran talento para controlar su medio, para ser una estrella sin ir de estrella, una voz increíble que conocemos todos y tenía finalmente esa cosa que tiene muy poca gente que es el magnetismo, un misterio. Casi más que una folclórica, era una cantante de ópera".

Ahora Gracia Querejeta está inmersa en dos proyectos. Una serie, "Olimpia", sobre la vida real de una narcotraficante española y la adaptación de la novela de Rosa Montero, "La buena suerte". "Al leerla nunca pensé en ella como una película. El productor Gerardo Herrero, me propuso llevarla al cine. La verdad es que pasé mucho miedo, pero después de elaborar un guion y al presentársela Rosa Montero todo fue muy bien. De esta historia me interesa plantearme hasta cuándo una madre puede seguir queriendo a su hijo cuando este se ha convertido en un ser abyecto e incluso en un asesino". De nuevo la mirada en vidas y sucesos que podrían ser los nuestros.

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