Fernando Reinares, autor de '11-M. Pudo evitarse': "Hubieran sonado todas las alarmas si se hubieran cruzado los datos"
Aimar Bretos entrevista a Fernando Reinares, investigador y experto en seguridad, autor del libro '11-M, pudo evitarse"
Madrid
¿Y si se pudiera haber hecho algo más para que no se produjesen los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid? '11M, pudo evitarse', así se titula el nuevo libro del investigador y experto en seguridad Fernando Reinares. Veinte años después del atentado que removió los cimientos emocionales y sociales de nuestro país, 'Hora 25' habla con uno de los mayores expertos de España sobre terrorismo para conocer qué pudo fallar.
Las entrevistas de Aimar | Fernando Reinares
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11-M y Operación Dátil
La primera pregunta es clara y directa: ¿Los atentados del 11-M pudieron evitarse? La respuesta de Fernando Reinares no es menos clara ni directa: "Decididamente sí. Pudieron evitarse. Porque, en primer lugar, buena parte de los terroristas eran conocidos por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y, en particular, por la unidad que llevaba los asuntos de terrorismo internacional dentro de la Comisaría General de Información del Cuerpo Nacional de Policía desde dos, tres, cuatro, cinco e incluso más años antes de que se produjeran los atentados de Madrid. También había un individuo que era conocido de la Guardia Civil y del Centro Nacional de Inteligencia tiempo antes de los atentados del 11 de marzo".
Y continúa: "Esto obedece al hecho de que en noviembre del año 2001 se llevó a cabo una muy importante operación policial contra el terrorismo yihadista en España, la Operación Dátil. Los individuos que iniciaron el proceso de formación de lo que finalmente fue la red terrorista del 11 de marzo eran individuos que no habían podido ser detenidos en el marco de la Operación Dátil, pero formaban parte o eran allegados de la célula de Abu Dahdah, la célula que Al Qaeda tuvo en España desde 1994 hasta noviembre del año 2001. La Operación Dátil hubo que precipitarla, en un momento en el que España no se caracterizaba precisamente por perseguir yihadistas, una vez que existió evidencia suficiente de las conexiones que esta célula de Al Qaeda en España dirigida por un individuo de origen sirio conocido como Abu Dahdah tenía con la célula de Hamburgo a la que pertenecían los terroristas del 11 de septiembre.
Así terminaba de explicar Reinares la Operación Dátil: "En la primera fase, en la principal, son detenidos la mayoría de sus integrantes. Pero aquellos que habían sido incorporados en los últimos años, que estaban más bien en la periferia, con la legislación de la época, pensada para ETA y para el concepto de miembro y colaborador, no pudieron ser detenidos porque la Policía y los Jueces no coincidían en que eso fuera suficiente evidencia incriminatoria. Con la legislación de hoy por supuesto hubieran sido detenidos más que de sobra. Lo que ocurrió es que una serie de individuos siguieron en libertad, pero en lugar de fugarse de España o de abandonar sus actividades, lo que hicieron fue empezar a reunirse siguiendo instrucciones para constituir una célula operativa para vengarse de España".
Pistas y descoordinación
Un confidente, entre finales de 2003 y los primeros días de 2004, informó a la UDYCO (Unidad de Drogas y Crimen Organizado) sobre "magrebíes que traficaban con droga y hablaban de atentar en trenes". ¿Por qué no se investigó esa pista? "No se cruzó la información, ni dentro del Cuerpo Nacional de Policía ni entre el Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil, que hubiera permitido identificar a otros individuos. Hubieran sonado todas las alarmas si se hubieran cruzado los datos", responde el investigador.
¿Negligencia o mala suerte? "A los policías que continuaban investigando a los ex miembros de la célula de Abu Dahdah y lo hacían con ahínco y tesón, sin que la legislación les ayudara, sin que fiscales y jueces de la Audiencia Nacional entendieran entonces la amenaza del terrorismo yihadista, lo que les ocurrió fue que ignoraron el efecto bumerán. Nunca se les pasó por la cabeza que aquellos individuos que ellos seguían investigando estuvieran preparando una venganza contra España por la Operación Dátil", concluye Reinares.
Once días antes del atentado, la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil para en la carretera de Burgos al Chino, uno de los terroristas del 11M. Le da el alto por circular a una velocidad superior a la permitida, con un coche robado, con placas de matrícula falsas, con un pasaporte falso, sin documentación del coche y, sin embargo, lo dejan proseguir con la marcha sin que se cotejaran los antecedentes del conductor ni los del coche que conducía. ¿Fue la última oportunidad que dejamos escapar para evitar los atentados? "No se trasladó la información. Quizá si hubiera sido otra unidad de la Guardia Civil, las cosas hubieran sido diferentes, pero era la unidad de Tráfico y por lo que sea, y no lo puedo explicar del todo bien, esa información no se trasladó a otros ámbitos del cuerpo y tampoco se cruzó con la que existía en relación con los contactos que estos individuos iban a tener después en Madrid que se referían a explosivos que trasladarían a la casa de Morata de Tajuña, la base operativa del grupo", reflexionaba Fernando Reinares.
¿Qué hemos aprendido?
Nos preguntamos si merece la pena o si es justo hacer sangre ahora sobre todo lo que no se hizo bien antes. El experto en terrorismo lo deja muy claro: "Yo no he hecho mi trabajo con la voluntad de hacer sangre, sino pensando que tanta polémica en relación con los atentados, tanta división política, tanta fractura social, habían impedido una reflexión serena, rigurosa, sobre lo que falló. Estamos ante un fallo policial, sí, pero facilitado por una legislación insuficiente, por la escasa disposición de fiscales y jueces de la Audiencia Nacional a encausar a yihadistas, por un CNI que todavía no tenía el terrorismo yihadista como parte de su mandato, facilitado por entornos favorables que encontraron los yihadistas en las comunidades musulmanas en algunas zonas de Madrid o de Valencia y que, en conjunto, nos permiten incluso hablar de un fallo sistémico. Pero lo importante es hacer una reflexión que explique qué es lo que falló en cada elemento del sistema español de lucha contra el terrorismo y valorar la medida en la cual, veinte años después, esto era una asignatura pendiente, en qué se ha avanzado en la línea correcta y qué queda todavía por desarrollar".
"Reducir a cero la probabilidad de que ocurran atentados es imposible, pero se puede hacer mucho para evitar que ocurran grandes atentados. En esa línea, en los últimos veinte años se ha avanzado mucho", sentencia Fernando Reinares. "Hemos incrementado las capacidades de información e inteligencia policial, tanto en términos de recursos humanos como de capacidades analíticas propiamente dichas. Y en mayo de 2004 se toma la decisión de crear el Centro Nacional de Coordinación Antiterrorista en el que Policía, Guardia Civil y CNI iban a colaborar conjuntamente en el análisis y la valoración de la amenaza y a la hora de llevar a cabo adecuadamente las investigaciones en curso. Ese centro funciona bien".
Reinares nos habla del resto de cosas que han mejorado y las carencias que hemos suplido, entre ellas las legislativas. Un año y ocho meses antes del 11M, la Unión Europea instó a sus Estados miembros, mediante una decisión marco que entró en vigor el 13 de junio de 2002, a que introdujesen en sus respectivas legislaciones nacionales una serie de medidas para actualizar la lucha contra el terrorismo después de los atentados del 11S, es decir, pensando en el terrorismo yihadista. España no las incluyó hasta 2010.
La coordinación internacional también falló. Así contaba Reinares el particularmente lacerante caso de Said Berraj, uno de los terroristas del 11-M: "España, para disponer de mayor evidencia incriminatoria, pidió a las autoridades de Turquía, a través de una comisión rogatoria, que corroboraran una información relativa al tránsito de este individuo por Turquía hacia Irán y de allí hacia Afganistán. Turquía se tomó año y medio aproximadamente con esta petición, siendo la resolución del tema muy triste: a la Unidad Central de Información Exterior el resultado de la comisión rogatoria que le permitió ir a detener a Said Berraj le llegó el 10 de marzo del año 2004. El día antes. Cuando fueron a detenerlo a su casa el piso estaba vacío, había trasladado a su familia con allegados en el sur de España y él estaba preparándose para los atentados del día siguiente".
Amenazas actuales y teorías de la conspiración
Ahora mismo, más que la amenaza de los lobos solitarios, que también, lo que más preocupa a Fernando Reinares son los actos de terrorismo planificados por células o redes que tengan algún enlace con el mando central de organizaciones yihadistas como Al-Qaeda o Estado Islámico. Para terminar, sale en la conversación las teorías de la conspiración acerca de los atentados de Barcelona y Cambrils, en Cataluña, del año 2017: "Las teorías de la conspiración en general están basadas en la ignorancia. Es que no han leído el sumario, no conocen bien los contenidos, ni siquiera los informes de los Mossos d'Esquadra".
Josema Jiménez
Periodista de Sanlúcar de Barrameda. Trabajo en la Cadena SER desde 2018. Antes en Hoy por Hoy, ahora...