Vivir sin Mbappé teniendo a Mbappé
El PSG se prepara para la salida de su estrella centrando su futuro en el proyecto Luis Enrique, al que no descartan ofrecer la renovación
Kylian Mbappé anota un gol con el PSG ante la Real Sociedad / David Ramos
San Sebastián
Mbappé es una empresa dentro de un club. El séquito de trabajadores y familiares que le rodean después de cada partido obligan al PSG a organizar un dispositivo de seguridad permanente que blinde a su estrella ante cualquier fan o periodista que quiera acercarse. El documental que están grabando sobre Mbappé tendrá en exclusiva su adiós a Francia y el más que probable sí al Real Madrid, rumor que sus íntimos amigos alimentan día a día. Para el club parisino es muy duro perder a su mejor jugador y al menos quieren controlar los tiempos para ser ellos los que digan cuándo y cómo saldrá del Parque de los Príncipes. Según explican en privado, Mbappé tiene un pacto con ellos: comunicarles que ha firmado con otro club en el momento que eso ocurra. Esto todavía no lo ha hecho el delantero francés según explicaron a la Cadena SER en la caótica zona mixta del estadio fuentes oficiales.
El partido del galo fue perfecto. Con una puesta en escena a la altura de las grandes estrellas de la historia, su sola presencia infundía respeto entre los jugadores de Imanol y hacía que los hinchas locales aguantaran la respiración. Sus carreras a campo abierto parecían un partido entre Quinto ‘A’ y Segundo ‘B’ en el patio del colegio. Se le veía feliz, presionando por orden de Luis Enrique una salida de balón de Remiro en el minuto 80 con la clasificación ya finiquitada, y dirigiéndose con el puño en alto a los ultras del PSG tras el segundo gol, en un guiño que dice mucho porque serán ellos los que hagan más o menos ruido con su marcha.
La euforia por el triunfo en Anoeta era evidente. Luis Campos se abrazaba con todo el mundo una hora después de haber terminado el encuentro ante la Real Sociedad, contento por haber logrado pasar y más feliz aún por haber acertado con el entrenador el pasado verano. En el club parisino alucinan con Luis Enrique. Creen que ha mejorado al equipo dotándole de un estilo propio, su apuesta por los jóvenes concuerda con las inversiones realizadas por la entidad y encima tiene la autoridad de cuestionar a Mbappé llegado el momento, algo que les produjo algún dolor de cabeza la última semana pero que a la larga es bueno para todos, apuntan. La actuación de Zaïre-Emery y Vitinha en San Sebastián refuerza la idea de armar un modelo en base a una idea y no a una constelación de estrellas.
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Es muy pronto para adelantar noticias que no se han producido, el cruce de cuartos será otro reto mayúsculo para este PSG en construcción, pero cuando preguntas por el interés de Deco en Luis Enrique responden que no descartan ofrecerle la renovación al técnico asturiano. Al igual que le ocurría a Lucho en la RFEF, su mala educación ante los medios de comunicación contrasta con su excelente trabajo en la banda, y eso pesa más en la cabeza de Al-Khelaifi que sus broncas en la sala de prensa. Un club en permanente construcción necesita un director de orquesta permanente, y creen haberlo encontrado. Si su vuelta a Barcelona ya se daba por imposible antes de 2025 porque Luis Enrique cumple los contratos, los presagios a largo plazo tampoco son halagüeños para el Barça porque los cataríes le quieren en Francia muchos años. Superada la barrera de los octavos nadie cuestiona que seguirá la próxima temporada, con la esperanza de un proyecto a largo plazo que acorte el camino hacia la gloria europea.
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