"Hay deberes buenos y malos": una experta en educación analiza las grandes cargas de trabajo que afrontan los menores tras la escuela
Hablamos con varios oyentes sobre los deberes de los más pequeños y los expertos opinan sobre el sistema educativo
"Hay deberes buenos y malos": una experta en educación analiza las grandes cargas de trabajo que afrontan los menores tras la escuela
Las tareas de la escuela son cada vez más una obligación para los padres. Los niños llegan con tal cantidad de deberes de clase que son incapaces de gestionar cómo y cuándo hacerlos. La nueva modalidad de aprendizaje basado en proyectos ha liberado de las largas horas de estudio frente a los libros a los más pequeños, ya que aprenden a investigar y exponer en público lo aprendido. Sin embargo, esto mismo obliga a los padres a sentarse junto a los más pequeños para ayudarlos a crear la cartulina o la presentación que harán al día siguiente.
Varios oyentes han querido asomarse a La Ventana para compartir su experiencia como "ayudantes" de su hijo en los deberes: "Intento acompañar, no organizar, pero sí es verdad que muchas veces no da tiempo. Los críos van muy apurados porque, si se pegan 3 horas al día en los estudios, ¿Cuándo tienen el momento para el deporte o a incluso aburrirse?", explica Ana de Valencia.
Por su parte, Laura desde Sevilla indica cómo se siente su hijo ante tantos deberes: "Ayer estuvimos prácticamente dos horas, tengo que estar a su lado porque él solo se agobia y es imposible que lo haga por si solo". De hecho, Bibiana Regueiro, psicopedagoga de formación e investigadora en el campo de los deberes escolares en la Universidad de Santiago de Compostela, explica: "Hay deberes buenos y malos. Los deberes son un arma muy poderosa pero de doble filo, bien usada efectivamente tiene múltiples beneficios pero si se usan mal pueden tener consecuencias muy graves. Puede generar altos niveles de ansiedad en niños tan pequeños".
"Deberes sí, siempre y cuando sean en su justa medida y bien diseñados. En su contrario, no"
Según un informe PISA realizado a jóvenes de 15 años, en el año 2018 los estudiantes españoles dedicaban más de 18 horas a la semana a deberes, a estudiar y a clases particulares. Según Adela Molina, periodista de Cadena SER y experta en educación: "La ayuda de las familias para hacer los deberes acababa siendo contraproducente", pero al ser tantas las tareas a realizar es esencial la coordinación de un adulto para que puedan motivarse.
El ministerio de Educación llegó a prohibirlos hasta en cuatro ocasiones, la última en 1984 bajo el gobierno de Felipe González, cuando se mandó una circular a los padres pero sin ningún éxito. Y en 2016 la Confederación de padres de la Escuela Pública Ceapa convocó una huelga contra las tareas escolares los findes de semana.
Regueiro opina que antes de crear un debate sobre los deberes hay que sentar las bases en cuanto a la definición de tarea: "¿Qué son los deberes escolares? Lo que el profesor preescribe a los alumnos para que hagan en su casa, pero ¿y las horas de estudio? No ¿Y las clases extraescolares? Tampoco". Y explica que estos deben de ser progresivos con respecto a la edad. Un niño de primero de primaria debería de estar unos 10 minutos realizando actividades, y uno de sexto al rededor de 60 minutos. "Están tan sobrecargados de tareas extraescolares que no saben en qué día viven. Deberes sí, siempre y cuando sean en su justa medida y bien diseñados. En su contrario, no".
Eugeny es profesor de primaria e indica que la clave de todo se encuentra en la gestión conjunta de los profesores: "La coordinación entre profesorado es fundamental. Que los distintos profesores que entran en un aula sepan medir las tareas para que haya un equilibrio razonable sin pasarse toda una tarde cara a los libros", y defiende la necesidad de los deberes para el correcto desarrollo de los jóvenes: "Para mí es fundamental, es la creación de un hábito. Porque cuando lleguen a la adolescencia ya lo han aprendido".