Masacre
"Las palabras han tenido que nombrar a lo largo de la historia la crueldad, tan antigua como la humanidad"
Masacre
Madrid
Las palabras han tenido que nombrar a lo largo de la historia la crueldad, tan antigua como la humanidad. Y como la brutalidad se ha sofisticado, la lengua ha tenido que precisar. Hoy hablamos de dos matanzas históricas, una palabra que entró ya en el primer diccionario para nombrar, por antonomasia, la tradición de sacrificar cerdos para nuestro alimento, y, por extensión, el destrozo humano que deja una batalla. Algo semejante sucedió con la palabra carnicería, usada coloquialmente para referirnos a una matanza de personas.
Pero esa polisemia en la que es difusa la frontera entre lo humano y lo animal hizo que la lengua buscase otros términos. Y así importamos del francés en los años 20 del siglo pasado las palabras masacre y masacrar, que en origen era sinónimo de matar, pero evolucionó más tarde para nombrar específicamente la matanza de personas indefensas en un ataque armado. María Moliner lo expresó con menos y más contundentes palabras: "Matanza salvaje de personas". Esas palabras se asentaron en el diccionario ya a finales del siglo XX, en 1984. Para entonces, ya teníamos registrada la palabra genocidio, para nombrar "el exterminio de un grupo social por motivos raciales, religiosos o políticos". Y más tarde llegó holocausto, acuñada por historiadores en los años 50 y popularizada en los 80 por una serie de televisión para nombrar el "exterminio de judíos y otros grupos humanos en la Alemania nazi".
MASACRE | La palabra del día de Isaías Lafuente