Santa Eulària, un reducto de paz en Ibiza

Madrid

A solo unos días de la llegada de la primavera, con la Semana Santa a la vuelta de la esquina y la cabeza ya enfocada en planes para las vacaciones de verano, el cuerpo ya piensa en descansar y divertirse, ya sea en solitario, en pareja, en familia o con amigos. Desde el Ayuntamiento de Santa Eulària del Riu, en la envidiable isla balear de Ibiza, tienen una propuesta vacacional difícilmente rechazable.

Los responsables de la promoción turística del municipio, situado en la parte oriental de la isla, han pasado unos días en Madrid para subrayar que no todo en la isla blanca es grandes discotecas, fiestas nocturnas y turismo de lujo. Su alcaldesa, Carmen Ferrer, está convencida de que quien elija su localidad para unos días de desconexión se encontrará un reducto de paz en mitad de Ibiza en el poder disfrutar de sus playas, su mar y sus deportes náuticos, su naturaleza, con rutas a pie, en bici y a caballo, y un sinfín de actividades culturales, además de una gastronomía local con la que también disfrutar.

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En Santa Eulària han dado una vuelta al modelo turístico que impera en la costa oeste de la isla, la de las espectaculares puestas de sol por el mar, los hoteles de gran lujo y el turismo de masas. Su apuesta es el slow life, un turismo tranquilo, calmado y diverso en su veintena de playas de aguas cristalinas y fondos de posidonias, la planta esencial del Mediterráneo.

La oferta gastronómica es otra de las apuestas de la oferta de ocio en Santa Eulària, localidad en la que se puede elegir entre 250 restaurantes. Para facilitar la tarea al visitante, el Ayuntamiento ha seleccionado 40 de ellos en los que poder disfrutar de una comida típicamente ibicenca.

Nada de lo anterior sería posible sin un alojamiento donde descansar de la intensa actividad turística. La localidad dispone de grandes hoteles al estilo del lujo de Ibiza, pero el plan recomendado en este caso pasa por alojarse en alguno de hoteles con encanto de menos de 30 habitaciones de los que dispone la zona.

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Playas y calas

En Santa Eulària hay playas y calas para todos los gustos. Arenales vírgenes o a pie del núcleo urbano. Para amigos de las calitas íntimas y para los que prefieren disponer de todos los servicios. Para pasear o para actividades acuáticas; para familias, parejas y solitarios, Son 46 kilómetros de litoral a lo largo del cual se localizan orillas salvajes y las zonas turísticas de Es Figueral, Cala Llenya, Cala Llonga, S’Argamassa, Es Canar, Siesta y Santa Eulària. Un amplio abanico de calas y playas donde encontrar restaurantes sofisticados y chiringuitos de los de toda la vida, rincones marineros perfectos para los bañistas que huyen del bullicio e incluso alguna orilla de tradición nudista.

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La buena mesa

Es sencillo disfrutar de buena mesa y mantel cuando una tierra fértil como la ibicenca acerca a la mesa y al mercado carnes locales, pescados y verduras y frutas de temporada, embutidos como la sobrasada, la botifarra, el botifarró y el llamado ventre farcit (vientre relleno), el cual se elabora cocinando durante varias horas un estómago de cerdo relleno con lomo picado, especias y pimienta. La comida local está presente en los establecimientos singulares seleccionados por Turismo de Santa Eulària:

Santa Eulària des Riu: Can Xarc, Capricho Ibiza, CBcB Marina Santa Eulalia, Celler Can Pere, El Naranjo, Es Mirador des Port, Es Terral, Estel by Can Curreu, Grill Sa Brasa, La Sidrería Sidrastur, Le 27, Le Comptoir, Lilau Ibiza, Maymanta, Nativo, Project Social Bar & Kitchen, Rincón de Pepe, Sa Carbonería Ibiza, Sa Finca, Sal Marina, Serendipity Ibiza y Skuma.

Niu Blau: Niu Blau

Es Canar y Cala Nova: Aiyanna Ibiza, Donde Marian y Miguel, Marvent y Uttopia Ibiza.

Santa Gertrudis: Can Caus, Can Mimosa y Musset.

Carretera de Sant Joan: Can Pau, Es Caliu y Oleoteca Ses Escoles.

Sant Carles y Cala Llenya: Can Pep, Casa Kica y Hotel Rural & Spa Can Curreu.

Cala Llonga: Amante Ibiza, La’Era y The Wild Asparagus.

Jesús y Puig d’en Valls: Agroturismo Can Arabí, Cala Bonita, Hotel Rural Xereca y Salsitas.

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Naturaleza

La costa este ibicenca no son solo playas, hay una multitud de posibilidades en actividades al aire libre con propuestas para todos y que también se pueden disfrutar durante los meses de otoño, invierno y primavera, cuando la isla muestra su ritmo más natural y sosegado. En Santa Eulària hay disponibles para el turista 14 rutas de senderismo para disfrutar de una actividad saludable entre los aromas del campo mediterráneo, la arquitectura tradicional y los sonidos de la naturaleza. Todos los recorridos tienen trazado circular y la mayoría son de nivel medio y bajo. Destacables entre las 14 rutas son la Ruta del Río y la Gran Ruta, que con un total de 65 kilómetros es ideal para hacer en bicicleta.

Floclore: el ball pagès

En un viaje a Santa Eulària no puede faltar la asistencia a la danza tradicional de Ibiza, el ball pagès. Se trata de un baile de cortejo con siglos de antigüedad en fiestas patronales: la mujer baila hierática en torno al hombre manteniendo la mirada fija al suelo mientras con pasos cortos y delicados describe círculos a su alrededor. En frente, su pareja da grandes saltos y toca unas castañuelas de gran tamaño, las castanyoles, tratando de llamar su atención y demostrando su fuerza y hombría.

Los bailes payeses permiten admirar los trajes que las mujeres y hombres del campo lucían antiguamente en los días festivos. En la vestimenta femenina, el traje de fiesta puede ser blanco, azul, verde o marrón, y adquiere amplitud a base de capas de enaguas. En este traje, destaca por encima de todo la llamada emprendada, una joya extraordinaria de origen antiquísimo que está formada por un vistoso conjunto de collares y cordoncillos elaborados en oro o en plata y coral que cubre su pecho y del que cuelga un relicario con la imagen de una virgen. Durante los festejos o en las representaciones ofrecidas en los meses de verano, también es común que las mujeres luzcan en sus dedos la anellada, un conjunto de anillos de oro que tradicionalmente eran regalados por el novio al momento de su compromiso y que, según la riqueza de la familia, podían llegar a sumar hasta 24 anillos.

Por su parte, el traje tradicional masculino que verás durante las celebraciones de verano está formado por camisa y pantalón de color blanco, fajín rojo, pañuelo de seda al cuello, un gorro de fieltro, y un chaleco adornado con botonadura colgante de plata. En el traje tradicional de invierno, el pantalón es de color negro y se añade una chaquetilla corta del mismo color. Tanto el hombre como la mujer calzan espardenyes, un tesoro artesanal realizado con pita y esparto.

De los mercadillos hippies a las actividades del mar

Otra de las recomendaciones en un viaje a la zona es visitar los distintos mercadillos hippies que comenzaron a instalarse en los años 60. Es Canar, en la actualidad es el mercadillo más grande de la isla y congrega a miles de turistas los miércoles, desde abril a octubre. El otro mercadillo famoso de Ibiza es Las Dalias Ibiza, que se celebra a las afueras de Sant Carles todos los sábados del año así como las noches del domingo, lunes y martes de verano.

La oferta de ocio náutico es muy variada, desde rutas de buceo y esnórquel a paseos en kayak y excusiones en barco con fondo de cristal. (Consultar la Guía de Actividades del Mar, disponible en PDF para su descarga).

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