Anthony Fauci, el científico que se enfrentó a Trump y camina con seis guardaespaldas: "Tanto una pandemia como el enfrentamiento político son peligrosos para la vida humana"
El rostro científico de Estados Unidos frente a la crisis del sida en los noventa y frente al covid, en 2020, imagina junto a Javier del Pino en '2124' cómo será el mundo dentro de cien años: no tiene buenas noticias
En 2020, durante un breve lapso de tiempo, pareció que la voz cascada de Anthony Fauci iba a ser capaz de contrarrestar la estupidez científica de Donald Trump y la desnortada respuesta de su administración frente a la pandemia de covid. Pero fue un espejismo. El presidente de los Estados Unidos se cansó pronto de las matizaciones de aquel viejo científico y siguió firme en el propósito de conducir a su país por la senda de la desinformación, la ignorancia de los datos y la politización de asuntos como el uso de las mascarillas o la vacunación.
Fauci, el descendiente de italianos de Brooklyn que había asesorado ya a seis presidentes, no se rindió. Siguió haciéndolo con Trump hasta que este dejó la Casa Blanca y lo hizo también con Joe Biden hasta diciembre de 2022, cuando abandonó el Centro Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas después de 38 años dirigiéndolo. Desde esa posición, en los años noventa del siglo XX, coordinó la respuesta de su país a la crisis del sida y desde esa posición dio forma también a la respuesta de otras enfermedades como el ébola o el zika.
Sabe, pues, de lo que habla cuando se refiere a los efectos de la desinformación sobre la salud de las personas y también sobre la salud de las democracias. Obligado a caminar por la calle acompañado de seis guardaespaldas que lo protegen del atentado de un negacionista o un antivacunas, este científico de 83 años insiste en que hay que perseverar en la tarea de convencer a todos aquellos que nos rodeen de la importancia de "ceñirse a los hechos", ya que ignorar la verdad científica provoca muertes y "debilita el tejido social".
Al pensar en el mundo dentro de 100 años, Fauci esquiva a la vez el catastrofismo y el optimismo: "El sentimiento antivacunas que emergió con fuerza durante el COVID se está colando ahora también en algunas de las vacunas infantiles que han protegido históricamente a nuestros niños de enfermedades graves; si esas ideas ganan terreno, será una tragedia y sufriremos un retroceso de décadas".
E01 | ¿Cómo seremos dentro de 100 años?
Le traslado la pregunta que nos hacíamos al principio. Si pensamos en el mundo dentro de 100 años, ¿tenemos que imaginar un mundo asolado por nuevas pandemias
Creo que la respuesta a eso es: definitivamente sí. El único problema es que si contemplamos la historia de la civilización, antes incluso de que empiece la historia sobre la que hay registros, siempre hemos tenido pandemias. La plaga de Atenas. La peste bubónica en el siglo XIV. En 1918 la epidemia de gripe que mató entre 50 y 100 millones de personas en todo el mundo. Y en los últimos cuatro años esta histórica pandemia de COVID. Así que sabemos que siempre ha habido pandemias. Sigue habiéndolas ahora mismo. Seguimos en medio de una pandemia, no estamos en la parte más severa, pero el COVID aún existe. Así que, en respuesta a su pregunta: ¿tendremos pandemias en el futuro? La respuesta es absolutamente sí. Ahora, el problema es que no podemos predecir exactamente cuándo ocurrirán, hay que estar continuamente preparado para responder de una forma muy rápida y adecuada. Eso se hace difícil porque no sabes cuándo será la siguiente, a veces no es fácil mantener el apoyo, y la atención, y el esfuerzo de estar preparado para algo que no sabes cuándo va a ocurrir. Ahí está lo difícil.
Usted se ha enfrentado a Donald Trump, ha sido insultado por promover el uso de mascarillas, por convencer a los americanos de que hay que vacunarse… de hecho todavía hoy se mueve por Washington con 6 guardaespaldas… ¿Cree que en el futuro a los científicos les costará más y más convencer a la población de que un virus es real, de que una pandemia puede acabar con la vida?
Me temo que la respuesta a eso es que sí porque, como probablemente usted ya sepa, y puede que en España haya de esto, no lo sé, porque no estoy muy familiarizado con la situación en España, pero en Estados Unidos hay un creciente sentimiento anti científico, una desconfianza de la ciencia, se le ha perdido el respeto. Así que me temo que si esta tendencia continúa será mucho más difícil para los científicos hacer su trabajo y que sea aceptado por el público general.
Entonces los hechos, los datos científicos… dejarán de ser relevantes, porque la gente optará por no creérselos…
Es verdad. Uno de los problemas que estamos viendo en Estados Unidos es que hay una cantidad considerable de mala información y de desinformación. Y la desinformación significa que hay gente negando o distorsionando los hechos deliberadamente. Cuando eso ocurre la verdad no significa nada. Y cuando la verdad no significa nada entonces es el tejido social en sí lo que se debilita. Y esa es una de las cosas que estamos viendo, desgraciadamente, en este país. Está lo que yo suelo llamar la normalización de las falsedades. Con normalización de falsedades me refiero a que un segmento sustancial de la población no cree en cosas que son claramente evidentes y que están documentadas. Sencillamente las niegan, y no las creen. Y eso lo vemos a veces en los niveles más altos del gobierno, vemos la negación de unos hechos existentes. Eso es muy peligroso. Y yo creo que mina la democracia, la debilita.
Me pregunto entonces qué es más peligroso para la vida humana a largo plazo: ¿una pandemia, o el enfrentamiento político que puede provocar esa pandemia?
Pues creo que las dos cosas son peligrosas. No creo que puedan compararse y decidir que una es más peligrosa que la otra. Creo que lo bueno sería que no existiera ninguna de las dos, que fuéramos capaces de evitar, o al menos responder adecuadamente a pandemias, al mismo tiempo que tenemos un sistema político que reconozca la diversidad de opiniones. Es decir, quieres ver una diversidad de opiniones porque en cada país y en todo el mundo existe una diversidad de personas. Pero lo que no quieres es una división profunda en virtud de la cual gente con ideologías diferentes deje de interactuar entre sí y empiecen a relacionarse desde la hostilidad. Y nuevamente me refiero a mi propio país. Ahora mismo hay una división política en Estados Unidos como no he visto en mi vida. Y yo soy una persona bastante mayor.
¿Entiende a los negacionistas? Usted que luchó contra el SIDA en su día, que ha sido el mayor impulsor de la vacunación contra el Covid… ¿ha intentado entender las razones por las que un tipo con aparente sentido común se convierte de repente en un anti-vacunas?
Es muy difícil de explicar. Creo que las diferencias políticas, diferencias políticas muy intensas, y muy profundas, llevan a las personas a tomar decisiones que parecen irracionales. Si observas los datos sobre la eficacia de las vacunas, si comparas los gráficos que muestran que las hospitalizaciones y las muertes entre los no vacunados con los de los vacunados, está muy claro que hay una cifra abrumadora de personas que mueren de COVID entre los no vacunados, frente a los vacunados. Pero, como dice, es difícil explicar cómo una persona racional no es capaz de ver algo así. De modo que no tengo una respuesta fácil, más allá de que la división, la división política, es tan profunda en algunas personas que eso les lleva a tomar malas decisiones llevados por esa ideología política.
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Si imaginamos entonces ese futuro dentro de 100 años… los científicos posiblemente tardarán mucho menos todavía en lograr nuevas vacunas contra las nuevas pandemias, pero les costará mucho más convencer a la gente para que se vacune… habrá una mayor separación entre la ciencia y la humanidad…
Sí, eso me preocupa. Me preocupa que vaya a peor. De hecho, lo que estamos empezando a ver es que el sentimiento anti vacuna que emergió con fuerza básicamente durante el COVID se está colando ahora también en algunas de las vacunas infantiles que han protegido históricamente a nuestros niños de enfermedades graves como el sarampión o la polio. Estamos empezando a ver en Estados Unidos una disminución en las vacunas contra enfermedades que han estado notablemente bien controladas, porque se vacunaba a los niños cuando iban al colegio. Ahora tenemos algunos padres que están en ese grupo antivacunas que no quieren vacunar a sus hijos contra enfermedades comunes de la infancia, cosa que realmente sería una tragedia. Que los niños sufran enfermedades que sabemos que son definitivamente evitables gracias a estas vacunas que llevamos décadas y décadas poniéndoles a los niños.
Cómo epidemiólogo, con su capacidad para desarrollar modelos matemáticos de expansión… si el negacionismo sigue creciendo de manera exponencial, la gente que opta por no vacunarse, y que por tanto no contribuye a frenar la expansión de un virus… ¿esa gente puede acabar poniendo en peligro el futuro de la humanidad?
Bueno, no creo que suponga el fin de la vida humana, pero sí un retroceso de décadas. Mire, cuando yo era un niño, hace muchos años, yo nací en 1940, no teníamos vacuna contra la polio ni contra el sarampión ni contra muchas de esas enfermedades. Y los niños, incluso en un país rico como Estados Unidos, sufrían, y algunos incluso morían de enfermedades que les segaban la vida y no les dejaban vivir una vida completa y normal. No queremos volver a eso si la gente deja de vacunarse. Así que tenemos que seguir intentando educar a la gente sobre por qué es tan importante que vacunen a sus hijos. E incluso si eres adulto, también hay vacunas que tienen que ponerse los adultos. No hay que rendirse. Tenemos que seguir intentando convencer a la gente de cuál es la información correcta.
Decía antes que usted ha tenido que enfrentarse desde la ciencia a alguien como Donald Trump, que seguramente piensa que sabe más de ciencia que usted… Dado que todos tenemos que enfrentarnos no a Trump, pero sí a un cuñado negacionista, ¿cómo hablamos con él, qué le decimos?
Pues tienen que seguir intentando convencerles de lo que son los hechos y de por qué es importante ceñirse a los hechos. Quiero decir, no es ningún secreto que durante la administración Trump se produjo una negación de hechos como que las mascarillas son muy importantes y de que es necesario vacunarse. Y desgraciadamente no hubo un liderazgo en lo más alto dando ejemplo al pueblo americano, y esa es la razón por la que muchos americanos vieron que el líder máximo no llevaba mascarilla y no se vacunaba, o se vacunaban pero no promocionaban las vacunas y muchas personas siguieron esa directriz y fue todo muy lamentable. No es fácil responder a cómo enfrentarse a eso.