La revolución de los precarios: la Generación Z se planta ante las malas condiciones laborales

Madrid

A Brittney Peach le despidieron el 12 de enero de este año. Y en lugar de guardar ese momento para el ámbito privado, decidió desafiar al personal de recursos humanos, grabarlo y subirlo a TikTok. Su video acumula más de 3 millones de visualizaciones. Es lo que se conoce como Quit-Tok, dejar un trabajo y grabarlo. Este tipo de contenido acumula millones de visitas y miles de mensajes de apoyo. Es el último desafío de la Generación Z a un mercado de trabajo que muchas veces no cumple sus expectativas de salario, tiempo y vida. Peach fue despedida de la tecnológica Cloudfare, y ha abierto un agujero reputacional de tal calibre que el presidente del gigante tecnológico ha tenido que disculparse, por lo que admite como una “falta de humanidad” en el despido y un error de la compañía.

La generación Z son aquellas personas que no tienen más de 26 años. Jóvenes que han crecido junto a la expansión de Internet y Google, que apenas recuerdan el mundo antes de que se convirtiera en digital. Es una generación que la gran mayoría de su vida consciente ha vivido en una crisis: la financiera, el COVID-19 y la inflación. La generación que les precede, los milenials, fueron la generación a la que se les negó lo prometido. Son más pobres y tienen menos expectativas de las que les prometieron si estudiaban. Ahora los Z empiezan a descreerse del trabajo y bajarlo del altar que ocupa en la sociedad.

Los datos avalan este descreimiento. La renta media por unidad de consumo de los hogares en los que el sustentador principal es una persona entre 16 y 29 años (se calcula según el número y características de los miembros del hogar) se sitúa en torno a 16.000 euros anuales, un 15% menos que la media de los hogares. Esa menor renta es hasta un 40% por debajo de la media en el caso de los hogares cuyo sustentador principal es un joven sin formación superior (11.000 euros anuales). Además, tarda más que las generaciones anteriores en lograr el nivel salarial medio típico de cualquier profesión. Mientras la cohorte nacida en 1955 alcanzó la base de cotización media a los 27 años, los nacidos en 1985 todavía no la alcanzaron con 34 años.

Los más jóvenes tardan más que las generaciones anteriores en lograr el nivel salarial medio típico de cualquier profesión. Mientras los nacidos en 1955 alcanzaron la base de cotización media a los 27 años, los nacidos en 1985 todavía no la alcanzaron con 34 años. Según un estudio de Randstad, un 38% de los centenials afirman haber dejado un trabajo que no encajaba con su vida personal. Además, los trabajos que suponen un freno para disfrutar de una vida en condiciones son cada vez peor vistos. Tanto es así que un 58% de los encuestados, con edades entre los 18 y los 24 años, confiesa que sería capaz de dejar un trabajo si no le garantiza esa calidad de vida.

Javier Martín, director de Talento en Randstad España, apunta a que en este fenómeno hay una mezcla de varios fenómenos. "Por un lado hay una reflexión sobre qué es el trabajo, para ellos es algo más que una forma de ganarse la vida, y, por tanto, las empresas tenemos que promover ese entorno de respeto y de comunicación bidireccional", asegura Martín. "Despidos como [el de Peach] no favorecen a nadie, ni a la empresa, que luego tiene que salir a dar explicaciones y recibe un daño reputacional, ni para el empleado que pone en riesgo su empleabilidad", sentencia.

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