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¿Qué es la tosferina? Síntomas, cómo se contagia y tratamiento de la enfermedad

Los casos de tosferina ya doblan a los 2.211 producidos en 2023; entre ellos, el de un lactante que murió porque su madre no estaba vacunada

El brote de tosferina de Guadalajara ha afectado sobre todo a menores de entre 5 y 13 años. / Halfpoint Images

El brote de tosferina de Guadalajara ha afectado sobre todo a menores de entre 5 y 13 años.

España atraviesa el peor brote de tosferina registrado en los últimos años. Según un informe del Instituto de Salud Carlos III, 2023 terminó con 2.211 personas afectadas por esta infección respiratoria, entre las cuales se incluía un lactante de apenas un mes de vida que murió porque su madre no se vacunó durante el embarazo. El panorama en 2024 no es nada halagüeño; la Asociación Española de Pediatría alerta de que, en lo que va de año, ya van más de 4.000 casos, casi el doble que el año pasado.

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Sin ir más lejos, el pasado mes de febrero, la Dirección General de Salud Pública de Castilla-La Mancha confirmó la aparición de un brote de tosferina en Guadalajara con 137 afectados. La Consejería de Sanidad informó de que la mayoría de los afectados eran menores de entre cinco y 13 años, si bien había también seis adultos con la misma sintomatología. Fuera de región manchega, se detectaron dos casos más en la Comunidad de Madrid.

¿Qué es la tosferina?

La tosferina, también conocida como pertussis, es una enfermedad infecciosa que resulta muy contagiosa y que suele afectar a los menores de corta edad. Esta afección está causada por la bacteria bordatella pertusis, que se expande por vía respiratoria y que puede resultar incluso letal en el caso de los lactantes no vacunados, así como las personas inmunodeprimidas y también las mujeres embarazadas.

Tal y como apunta la Clínica Mayo, antes de que se desarrollara la vacuna, la tosferina era considerada una enfermedad de la infancia. Ahora, afecta principalmente a los niños que no han completado el esquema de vacunación y a los adolescentes y adultos que han perdido la inmunidad. "Las muertes asociadas a la tosferina son muy poco frecuentes, pero ocurren frecuentemente en bebés. Por eso es tan importante que las mujeres embarazadas, y otras personas que van a tener contacto directo con el bebé, se vacunen contra la tos ferina", apunta el citado servicio médico.

¿Cuáles son los síntomas de la tosferina?

Los síntomas de la tosferina se presentan en el paciente enfermo en dos fases. En la primera de ella, los síntomas son bastante similares a los que puede provocar un catarro o una gripe, tan propias de esta época del año. En este momento del desarrollo de la dolencia, el paciente notará:

  • Moqueo
  • Congestión nasal.
  • Ojos enrojecidos o llorosos.
  • Fiebre.
  • Tos.

Los síntomas se agravan a partir de la segunda semana, cuando el enfermo tiende a padecer unos ataques de tos "rápidos, violentos e incontrolables", tal y como señala la Consejería de Sanidad Manchega. La tos seca y el malestar general suelen persistir y empeorar con el paso de los días. Las complicaciones que se pueden presentar incluyen la afectación del sistema nervioso y cardiaco. Entre los síntomas más frecuentes de esta segunda fase de la enfermedad se encuentran:

  • Vómitos.
  • Rostro enrojecido o azulado.
  • Fatiga extrema.
  • Sonido silbante y chillón agudo al inhalar el aire.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) avisan de que la recuperación de la tosferina puede ser lenta. "La tos se vuelve más leve y menos frecuente a medida que mejora", explican. "Los accesos de tos podrían parar por un tiempo, pero pueden volver si presenta otras infecciones respiratorias. También pueden volver por muchos meses después de que comenzó la enfermedad", añaden.

Tratamiento de la tosferina

Los expertos insisten en que la medida de prevención más efectiva contra la tosferina es la vacunación. La dispensación de esta vacuna está incluida, de hecho, en el calendario vacunal oficial y la recomendación del Ministerio de Sanidad es que las mujeres embarazadas reciban también una dosis de refuerzo entre las semanas 27 y 36 de gestación (preferiblemente entre las semanas 28 y 32). Además, será necesario poner una nueva vacuna con cada nuevo embarazo, independientemente de cuando se haya producido este.

Una vez que la enfermedad ya se ha contraído, los profesionales de atención médica suelen tratar la tosferina con antibióticos. Es muy importante tratarla de forma temprana, antes de que comiencen los accesos de tos, coinciden los expertos. De esta manera, la enfermedad que se cursará no será tan grave y se ayudará a prevenir la transmisión de las bacterias.

"Comenzar el tratamiento después de tres semanas de enfermedad probablemente no ayude, aunque la mayoría de las personas todavía tendrán síntomas. Para ese momento, su cuerpo ha eliminado las bacterias, pero los síntomas todavía existen debido al daño ya producido en su cuerpo", señalan los CDC. En el caso del brote de Castilla-La Mancha, las autoridades realizaron un estudio de contacto (familiares, escolares y extraescolares) y se recomendó aplicar la quimioprofilaxis y completar la vacunación en caso de que proceda.

 
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