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La Fiscalía pide dos años y medio de cárcel para Rubiales por el beso no consentido a Jenni Hermoso

El Ministerio Público acusa al expresidente de la RFEF de los delitos de agresión sexual y coacciones a la futbolista. La fiscal también solicita año y medio de cárcel por coacciones para el exseleccionador femenino, Jorge Vilda; el exdirector de marketing, Rubén Rivera; y el director de la selección, Albert Luque

Fotografía de archivo del expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales. / Sergio Pérez (EFE)

Madrid

La Fiscalía de la Audiencia Nacional ha presentado este miércoles su escrito mediante el que solicita la apertura de juicio oral por el beso no consentido a la jugadora de la selección femenina de fútbol, Jenni Hermoso, durante la celebración del mundial el pasado mes de agosto.

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La teniente fiscal Marta Durántez, que rubrica el texto, reclama dos años y medio de cárcel para Luis Rubiales. Un año por un delito de agresión sexual y año y medio más por coacciones. La fiscal también pide que sean condenados a año y medio de cárcel por coacciones el exseleccionador nacional femenino, Jorge Vilda; el exdirector de marketing, Rubén Rivera; y el director de la selección, Albert Luque.

El Ministerio público también reclama que Rubiales indemnice de forma directa a Hermoso con 50.000 euros, y que de forma solidaria junto a los otros acusados abone otros 50.000 a la futbolista.

Los seis días de "hostigamiento" a Jenni Hermoso

En su escrito, la fiscal afirma que cuando estaba teniendo lugar la celebración por la victoria el pasado 20 de agosto, Luis Rubiales "sujetó la cabeza de la jugadora con ambas manos y de forma sorpresiva y sin consentimiento ni aceptación" de Hermoso, le dio un beso en los labios.

A partir de ese momento, Luis Rubiales, "ante las consecuencias que le podían acarrear", actuó "en connivencia" con el resto de acusados para ejercer "constantes y reiterados" actos de presión sobre la jugadora y también a través de su familia y amistades para que "públicamente justificara y aprobara" el beso que le dio en contra de su voluntad.

Asevera la fiscal en su escrito que Jennifer Hermoso sufrió por ello una "situación de hostigamiento que le impidió desarrollar su vida en paz, tranquilidad y libremente".

Presiones continuas a la jugadora y su familia

La fiscal Marta Durántez relata en su escrito las maniobras de presión. Sostiene que "inmediatamente" tras la entrega de las medallas, Luis Rubiales quiso quedarse a solas con Jenni Hermoso en el vestuario, instándola ya entonces a que realizara "una declaración pública" en la que aceptara "el beso recibido".

Más tarde, cuando la expedición ya regresaba en el autobús hacia el aeropuerto, "se le obligó a bajar precipitadamente para que suscribiera una nota de prensa" redactada por el equipo de comunicación de la RFEF "por orden de Luis Rubiales", sobre la que Hermoso "no había tenido ninguna intervención".

Pasado un tiempo y cuando regresaban de Australia a España, Luis Rubiales se dirigió de nuevo a la futbolista para que accediese a una "manifestación pública conjunta" cuando el vuelo hiciera escala en Doha, a lo que la jugador "se negó una vez más", expresando su "hartazgo y malestar" con Rubiales por las "presiones ejercidas".

Las coacciones del equipo de Rubiales e intento de amaño del Comité de Integridad

La fiscal relata que ante la negativa "reiterada" de Jenni Hermoso a ceder a las pretensiones de Rubiales, el expresidente de la Federación mantuvo "conversaciones con su equipo de confianza", quienes decidieron "utilizar otra vía" de presión, utilizando "a los familiares" de la jugadora que viajaban en el mismo vuelo.

En este sentido, según la descripción del Ministerio Público, el exseleccionador Jorge Vilda conversó con el hermano de Hermoso y le advirtió de que si la jugadora no accedía a participar en un vídeo para justificar el beso, tendría "consecuencias negativas tanto en lo personal como en su carrera" profesional.

Una vez llegaron a Madrid, las jugadoras se marcharon a Ibiza de vacaciones. Allí, según narra la fiscal, el exdirector de marketing, Rubén Rivera, insistió de forma "reiterada y persistente" para que Hermoso hablase con el Comité de Integridad de la RFEF y exculpase a Rubiales. Porque el entonces presidente de la Federación había ordenado al Comité de Integridad que elaborase un informe con el que pretendía zanjar la polémica, pero para ello era necesaria la declaración favorable de la futbolista. Esta se negó, pidiendo a Rivera en reiteradas ocasiones que no quería acceder a sus pretensiones y que la dejase en paz.

El intento de soborno de Luque y sus acusaciones a la futbolista

Pero Rivera no solo presionó a víctima directa, siempre según el relato de la fiscal, sino que también lo intentó a través de su amiga y acompañante en Ibiza, Ana E., a quien trató de convencerla para que hablase con el director de la selección, Albert Luque.

El director de la selección, "de acuerdo con Rubiales", también trató de "doblegar la voluntad" de Hermoso, valiéndose de la "buena relación personal" que mantenía con la jugadora.

Para ello, Luque se trasladó a Ibiza, personándose en el hotel de la selección femenina e "intentando obligar" a Jennifer a hablar con él, aunque ella se negó. Al no poder conversar directamente, envió varios WhatsApp a la jugadora y a su amiga. En primer lugar insinuó que si cooperaba, ella podría obtener un puesto en la Federación cuando se retirase. Y al no poder convencerla, acusó a Hermoso de ser una "mala persona", le deseó que se encontrase "muy sola en la vida" y le dijo que se "alegraría si eso sucediera".

La fiscal Durántez manifiesta en su escrito que el "hostigamiento de los acusados" solo cesó cuando Luis Rubiales fue suspendido provisionalmente por la FIFA el 26 de agosto de 2023.