Una oyente de 'Hoy por Hoy' emociona a Sastre y a todos con su historia: "Yo no perdono"
"Me escribió una perorata tremenda, larguísima, disculpándose por todo lo que había pasado"
Madrid
La RAE define perdonar como "remisión de la pena merecida, de la ofensa recibida o de alguna deuda u obligación pendiente". Sobre esta acción, tan cotidiana y a la vez tan complicada de ejecutar según la situación, han hablado este miércoles en Hoy por Hoy. José Luis Sastre ha dado paso a los oyentes para que sean ellos los que le cuenten sus propias historias sobre el perdón y lo que piensa sobre este gesto. Y Cristina, una mujer malagueña, ha dejado sin palabras al estudio al narrar su reflexión de por qué no ha querido perdonar a una persona que le hizo mucho daño.
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"Quería compartir con vosotros la vez que me han pedido perdón que más trabajo me ha costado y que me ha hecho reflexionar sobre lo que significaba y sobre las implicaciones del perdón y de perdonar. Tengo 48 años y fui una de las 'afortunadas' de la época del instituto, esta en la que no existía el bullying, se llamaba 'te ha tocado', y durante cuatro años sufrí todo tipo de denigraciones, humillaciones y, bueno, sobrevives a eso ignorándolo, olvidándolo... Estabais hablando del poder anestésico del perdón y es un poco así", ha empezado explicando.
Su historia, que sucedió en la adolescencia y tenía metida en un cajón, volvió a reabrirle viejas heridas unos 20 años después de que sucediera. "Una persona me localizó por redes sociales y me escribió una perorata tremenda, larguísima, disculpándose por todo lo que había pasado, pidiéndome perdón y pidiendo que, por favor, en algún momento yo lo perdonara", añade.
Esto le hizo mucho daño, pero tomó una firme posición al respecto. "A mí aquello me revolvió muchísimo, me hizo llorar muchísimo, pero al final también me hizo reír muchísimo y conseguí con la dignidad que me quedaba y la entereza que me quedaba contestarle de una manera como me sentí. Le dije que yo no era un cura, que si quería perdón que llamara un cura", afirma ante la sorpresa de Sastre, poco antes de detallar sus motivos.
"Tenía la sensación de que si yo le perdonaba a él era muy indulgente y que cada uno tenía que aprender a vivir. Yo tenía que aprender a vivir con lo que me habían hecho y él tendría que llevar su vida y aprender a vivir con la conciencia cierta de lo que había hecho y que, por lo tanto, para mí perdonar a esa persona simplemente era, no sé, cómo darle una pátina de suavidad en su vida para que se perdonara el mismo. Creo que hay cosas que no hay que perdonarse sobre todo para que no la volvamos a hacer", explica.
Sastre ha querido conocer cómo se sintió esta mujer al tomar esa decisión y no lo ha dudado ni un segundo. "Estoy muy liberada. Completamente liberada porque además yo estoy muy liberada también de lo que es el concepto confesional judío-cristiano del perdón. No me sentí peor persona y no sentí que luego fuera ir a ningún infierno. Yo ya había estado allí por lo que me sentí muy bien", ha concluido.