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Un barrio verde frente a la alerta roja

Recorremos el vecindario de Lanxmeer en la ciudad neerlandesa de Culemborg, cuyos habitantes reutilizan su energía o el agua para vivir en un entorno totalmente respetuoso con el medio ambiente que no acelere el cambio climático

Vista del barrio de Lanxmeer en Culemborg (Países Bajos) / Antonio Martín Blanco

Culemborg

Culemborg es una ciudad más como tantas de los Países Bajos. Pocos habitantes, ambiente tranquilo, buena comunicación con otras ciudades por tren y carretera y, como el resto del país, sin apenas ninguna elevación en el horizonte. Pero hay algo que la diferencia no ya del resto de municipios del país, sino de casi la totalidad de localidades de Europa: su distrito ecológico. En pleno corazón de esta localidad de 28.000 habitantes nos topamos con Lanxmeer, un vecindario de algo menos de 300 viviendas cuyos vecinos llevan a gala su vida cotidiana respetuosa con el medio ambiente.

Nos dejamos llevar por Félix van de Laar, uno de los residentes y guía oficial del barrio. Su sonrisa es contagiosa y es, de lejos, el neerlandés con la vestimenta más alegre que nos hemos encontrado durante nuestro viaje por Países Bajos. Él vincula esa alegría con su forma de vida, si bien los primeros pasos por Lanxmeer nos llevan más a pensar que estamos ante un decorado algo inquietante. No hay ni un coche, los jardines están cuidados con mimo, ni un papel en el suelo, cortinas abiertas que nos dejan ver salones donde distinguimos a perros o gatos, y una amabilidad casi excesiva en cada ciclista que se cruza en nuestro camino.

Uno de los vecinos nos indica que suele jugar al ajedrez en un tablero dispuesto con las baldosas del suelo al tiempo que Félix nos lleva de jardín en jardín. "Los jardines son comunitarios, los dueños de las casas se comprometen a cuidar de todos ellos y a darles una personalidad propia", nos explica, al tiempo que vemos espacios con bancos, fuentes y el permanente color verde de la hierba mojada.

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Lanxmeer nació a mediados de los años 90 como un proyecto para revitalizar los terrenos situados frente a la estación de tren de Culemborg y crear en ellos un vecindario capaz de sostenerse a sí mismo sin contaminación y basado en la energía renovable . Los coches están prohibidos en el interior del barrio, aunque sí hay aparcamientos en distintos puntos de entrada y se han dispuesto distintos sistemas de canalización, recogida y reciclaje del agua de lluvia.

Eso sí, para formar parte del club ecológico hay que entrar en una asociación que gestiona todo el barrio. Y en el paraíso verde a veces hay también discusiones. "Mis vecinos quieren poder aparcar su coche en la entrada de la calle, los denuncié, pero he perdido. Es lo que hay", nos dice Félix sin perder la sonrisa.

Una de las viviendas del barrio de Lanxmeer en Culemborg (Países Bajos)

Una de las viviendas del barrio de Lanxmeer en Culemborg (Países Bajos) / Antonio Martín Blanco

Sistemas eficientes para el calor y el agua potable

Cada residente separa los residuos de papel, plástico, alimentos y restos de poda, los cuales se dejan en contenedores en la calle o subterráneos. La electricidad la obtienen por la labor de una cooperativa comprometida con la generación de energía verde basada sobre todo en proyectos de generación de energía solar colectiva. Las casas e invernaderos se han diseñado además para aprovechar al máximo la luz solar y los vecinos deben someterse a una monitorización cada cierto tiempo para comprobar que no sobrepasan la demanda energética sostenible.

Las aguas residuales procedentes de cocinas y baños se reutilizan para la calefacción colectiva y para la producción de biogás, mientras que las no residuales se depuran en el propio barrio para volver a ser utilizadas. También se han creado por todo el barrio canales, que llaman wadis utilizando una palabra árabe, para que el agua de lluvia se filtre y alimente el suelo. Si las lluvias son muy fuertes, el agua de los tejados y aceras se acumula en estanques para desperdiciar la menor cantidad posible. En varios tejados vemos que los residentes han decidido dejar crecer la hierba.

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"No es la Barceloneta", bromea Félix cuando le comentamos que de momento es un proyecto no demasiado numeroso, aunque luego nos explica que alrededor del barrio están creciendo las instalaciones educativas, ya que habitantes de la zona lo ven como un lugar ideal para que crezcan sus hijos.

Lanxmeer cuenta con su propia granja, en la que nos cuentan entre risas que lo que les falta es poder producir cítricos como en España. El ambiente húmedo y con la lluvia constante no es precisamente semejante al del Mediterráneo, pero aún así la mayor parte de frutas, verduras y productos como el queso que se consumen en el vecindario proceden del trabajo de los agricultores y ganaderos del propio barrio.

Vida comunitaria

El barrio no obstante no es ajeno al paso del tiempo. Los años en los que se fundó eran previos a la explosión de Internet y en los últimos años ha aumentado de forma generalizada la criminalidad en los Países Bajos, que aún así sigue siendo uno de los países más seguros del mundo. Por ello, los nuevos vecinos que llegan a Lanxmeer son más precavidos que los primeros residentes.

"Ahora ponen estas vallas", dice Félix señalando a algunos muros de madera que separan los jardines de las casas de nueva construcción. "Antes no había, podemos visitar los jardines unos de otros. Intentamos explicarles cuál es la filosofía del barrio, pero tampoco nos dedicamos a vigilar lo que hace cada uno", reconoce.

Una ciclista nos reprende sin miramientos por ocupar medio metro de la calzada. "Los holandeses somos muy directos", nos dice nuestro guía. A nuestro alrededor hay un montón de ventanas sin persianas y nadie más en la calle. Es inevitable tener la sensación de ser observados como forasteros por los residentes del distrito ecológico. Félix nos señala un edificio en el que los habitantes han de tener por obligación más de 45 años. A cierta distancia un río atraviesa el barrio. "Este próximo fin de semana los que quieran unirse serán bienvenidos a colaborar en la limpieza del cauce".

Jardín comunal en Lanxmeer, Culemborg (Países Bajos)

Jardín comunal en Lanxmeer, Culemborg (Países Bajos) / Antonio Martín Blanco

Impacto del cambio climático en Países Bajos

Prácticamente ningún país de Europa se libra de los efectos del calentamiento global, y los Países Bajos no son una excepción. Según los datos de la Agencia Internacional de la Energía, la temperatura media anual en el país ha aumentado casi dos grados y medio entre 1901 y la actualidad, lo que se nota especialmente en los últimos cinco años, en los que el país ha experimentado veranos especialmente cálidos.

Al calor se suma el mayor peligro que afronta esta nación europea: el incremento del nivel del mar y las inundaciones. Estas últimas también están aumentando en volumen ya que la precipitación anual ha aumentado más de un 20% en el último siglo. Las autoridades neerlandesas han ido construyendo distintas barreras para evitar la amenaza del mar, pero la propia agencia meteorológica neerlandesa ha advertido ya de que si no se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero el nivel del mar en la costa puede aumentar más de un metro en el año 2100 en comparación con el inicio de este siglo.

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El gobierno mantiene como objetivo conseguir una cuota cero de emisiones de gases contaminantes en 2050. Hasta el momento ha logrado cumplir con una sentencia del Tribunal Supremo del país que le obligó en 2019 a reducir hasta un 25% sus emisiones de CO2 en relación con las registradas en 1990.

Aún así, los expertos de la agencia meteorológica siguen advirtiendo de que el país va camino de seguir sufriendo veranos más parecidos a los de España o Italia que a los tradicionales en el norte de Europa. El proyecto urbanístico de Lanxmeer es un pequeño grano de arena que intenta contribuir al muro de contención del cambio climático. Félix apunta al impacto del calor en España como un aviso para todo el continente: "Vosotros sabéis bien lo que son las sequías y aquí tenemos que aprender a combatirlas".

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Antonio Martín

Antonio Martín

Redactor de la sección de Internacional. Se incorporó a la Cadena SER en 2005 y desde entonces ha formado...

 
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