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Así es la casa más solitaria del mundo: en una isla minúscula, rodeada de animales salvajes y alejada de la civilización

La construyeron en 1953 y por ella han pasado varios habitantes

Elliðaey, una isla pequeña de Islandia. / PFE

Madrid

¿Alguna vez has querido alejarte de todo? ¿Vivir en un lugar sin ruidos, sin tráfico, incluso sin que haya vecinos a tu alrededor? No son muchas, pero todavía quedan algunos lugares del mundo en los que es posible aislarse de verdad y en uno de ellos se sitúa la casa más solitaria del mundo. No tiene ni una sola vivienda a su alrededor. Tampoco hay ningún tipo de servicio cerca de ella: ni centros de salud, ni supermercados... Está ubicada en una pequeña isla y su historia es muy peculiar.

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En el Atlántico, a pocos kilómetros de la costa islandesa, se encuentra la pequeña isla de Elliðaey. Se trata de un territorio que pertenece a un archipiélago de Islandia, se ubica al sur del país y que se extiende unas 45 hectáreas de ancho. En ella solo hay una vivienda en pie, la más solitaria del mundo y que lleva en ese territorio, prácticamente salvaje, desde 1953. La construyeron en ese año una asociación de cazadores y desde entonces ha servido como refugio tanto para ellos como para los biólogos que estudian la zona o para los pescadores que la empleaban en caso de emergencia.

La casa es de un considerable tamaño, aunque actualmente nadie vive de forma fija en ella y por ese motivo no tiene ni luz ni agua corriente. Aun así, la vivienda por dentro es acogedora y bastante funcional, incluso está adaptada a las complicadas condiciones climáticas del país, que pueden ser extremas, especialmente en los meses de invierno. Las paredes son de madera y tiene unas grandes ventanas con vistas al mar. Dentro de ella incluso dispone de una sauna para sobrellevar mejor las bajas temperaturas.

Sin embargo, y a pesar de que hay esta vivienda, en ella no suele vivir nadie de forma permanente, solo de manera puntual. La isla sigue desierta de humanos y, por el contrario, sirve como el refugio de muchas especies animales, especialmente de aves, como el frailecillo.

Para llegar a esta minúscula isla las opciones son limitadas. No está situada muy lejos de la costa sur de Islandia, pero no hay servicios que lleguen allí con frecuencia. En cualquier caso, tiene que hacerse mediante un medio marítimo. Una vez llegados a la isla, tampoco es fácil acceder a la casa. Hay que subir por un acantilado que no todo el mundo puede escalar, ya que no hay nada urbanizado en ella.

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