Adelantar al enemigo con información: la inteligencia artificial como arma de guerra
Una de las tecnologías más avanzadas a nivel mundial ya se emplea en los conflictos para identificar objetivos militares y localizar al enemigo en el campo de batalla
Adelantar al enemigo con información: la inteligencia artificial como arma de guerra
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Madrid
El panorama estratégico de las guerras está cambiando a nivel mundial. Si bien la Segunda Guerra Mundial se caracterizó por emplear las armas de formas novedosas y por el protagonismo de la aviación y ejércitos de infantería, los conflictos del siglo XXI le abren la puerta a un nuevo tipo de tecnología: la inteligencia artificial. Utilizada a lo largo del último año en distintos ámbitos de la cultura o la educación, la IA ha logrado colarse también en las estrategias de los distintos ejércitos alrededor del mundo.
"Tenemos más información que nunca", explica Juan Chulilla, cofundador de Red Team Shield, una empresa dedicada a la defensa. "Pero si no se procesa nos ahogamos en datos. Ahí es donde entra la inteligencia artificial". Su papel en los conflictos, analiza Chulilla, "es, de toda la información en bruto, discriminar la información útil".
En la actualidad son varios los ejércitos que utilizan esta tecnología para desarrollar su actividad en el campo de batalla, aunque probablemente los más evolucionados sean los de Ucrania e Israel. La guerra entre Moscú y Kiev ha permitido a las tropas de Zelenski convertirse en uno de los ejércitos más capacitados en estrategias en las que la tecnología juega un papel clave. "Una de las ventajas de las fuerzas armadas ucranianas es su conjunto de sistemas, siendo el más importante el Delta", afirma Chulilla. "Lo que hace es generar una visión completa y lo más parecida a tiempo real del lugar en el que están las fuerzas ajenas y qué eventos significativos están ocurriendo. No tiene precedentes".
Pero Ucrania no es la única. El ejército de Israel desarrolla desde hace años un sistema, conocido como Lavender, que utilizan para identificar objetivos de Hamás en la Franja de Gaza. El sistema, que tiene tan solo un 10% de error, está controlado por inteligencia artificial y las fuerzas israelíes lo utilizaron durante las primeras semanas de la guerra para marcar a 37.000 palestinos como objetivos humanos.
Información sí, armas no
Aún así, y a pesar de los temores por la amenaza que supone esta tecnología, por el momento la IA solo se utiliza en la guerra como herramienta para trabajar la información, tanto propia como del enemigo, y aprovecharse de ella. "Inteligencia, ciberguerra, propaganda", apunta Jesús Manuel Pérez Triana, experto en armamento. "En esos tres campos podemos anticipar ya el uso de inteligencia artificial. También en la creación de vídeos o audios falsos que se usen en campañas de desinformación".
Y si bien todavía no se emplea para desarrollar drones que puedan matar de forma autónoma, estos sí empiezan a ser una realidad en otros ámbitos. En junio del año pasado, un dron manejado por IA "mató" a su entrenador virtual. La prueba supuso un precedente que alentó el mes de noviembre una reunión entre varios diplomáticos en la sede de la ONU en Nueva York para debatir los límites que se le debe imponer a esta tecnología.
Dentro de este contexto los expertos alertan de que, si bien estamos a tiempo de evitar que esta inteligencia llegue a las armas, minimizar lo que el humano puede hacer es un error. "Es tal la obsesión con esta tecnología, que se ha llegado a infravalorar las capacidades que tenemos los seres humanos para rellenar las líneas de puntos, para entender con información insuficiente el contexto...", señala Chulilla. "Y a veces nos equivocamos, pero no nos olvidemos, la inteligencia artificial también comete errores. Sacar al ser humano de la ecuación es un error". Un error, coinciden Chulilla y Pérez Triana, que implicaría saltos enormes en los próximos conflictos armados.