Hora 25Las entrevistas de Aimar
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Albert Esteve, demógrafo: "Aunque todas las parejas jóvenes de Castilla y León tuvieran dos hijos, aún se perdería población durante 92 años"

Aimar Bretos entrevista al demógrafo Albert Esteve

Las entrevistas de Aimar | Albert Esteve

Madrid

Las transformaciones sociales, económicas y políticas tienen su reflejo en la configuración de las poblaciones. Para entender cómo han evolucionado demográficamente nuestras sociedades y el aspecto que tendrán en el futuro hablamos en 'Hora 25' con Albert Esteve, demógrafo e investigador, director del Centro de Estudios Demográficos-CED y director de Investigación en el Departamento de Sociología de la UAB.

¿Cómo será la sociedad española dentro de 50 años? "Más numerosa de lo que es ahora, un poco más mayor de lo que es ahora y más diversa de lo que es ahora. Estas tres características como mínimo, desde el punto de vista demográfico, parecen bastante seguras. Las personas que habitarán este país habrán nacido en países distintos y tendrán antecedentes culturales, maneras de ver la vida condicionadas por estas vivencias personales", responde Esteve. Y así describe el perfil demográfico en 2024: "Ahora tenemos una población con una edad media por encima de los cuarenta y pico de años, con muy pocos hijos, con una creciente población mayor de bastante buena salud y que va ganando salud con los años, con la excepción del covid, y una población que está creciendo demográficamente mucho gracias especialmente a la inmigración internacional. Estamos con un saldo neto anual cercano al medio millón de personas".

Respecto al resto de Europa "somos un país a la vanguardia del cambio demográfico", nos cuenta Albert Esteve. "Tenemos buenas noticias. Tenemos una de las esperanzas de vida más altas del planeta, lo que significa que las personas que nacen en este país, se crían, se educan, van al médico, etc., viven casi 83 años en promedio y más que en otros países como Dinamarca o Suecia, que podríamos pensar que son los referentes. Es verdad que también tenemos relativamente pocos hijos, menos que en algunos de los países ricos, aunque ahora en estos países como Suecia o Dinamarca también está cayendo la fecundidad y se van pareciendo a nosotros cada vez más. Y el impacto de la inmigración ha sido muy intenso y concentrado en el tiempo y esto es una característica que no se ha dado en ningún otro país. En la magnitud y en el periodo de tiempo tan breve, no. Desde los años 2000 ha sido especialmente remarcable. Algún colega había calculado que llegaron incluso más gente entre el 2000 y el 2007 a España que a Estados Unidos".

Migraciones interiores y la España vaciada

"La magnitud con la que la gente se movió del campo a la ciudad en los años 50 y 60 no lo hemos vuelto a ver. Parte de la razón por la cual hoy en día los pueblos pequeños están perdiendo población, no es tanto porque se vayan, que también, sino porque la gente está envejeciendo y, claro, se mueren un día. Los españoles somos de movernos poco, de cambiar poco de provincia. Hay polos de atracción como Madrid o Barcelona, pero nuestras tasas de movilidad interna son relativamente bajas comparadas con, por ejemplo, EE.UU. y otros lugares", nos dice el demógrafo.

Y continúa: "La famosa España vaciada, si uno mira las pirámides de edad de estos municipios, hay municipios que tienen unas estructuras muy, muy envejecidas. A nosotros nos pidieron hacer un cálculo una vez: si consiguiéramos el milagro de que en Castilla y León, por ejemplo, todas las parejas jóvenes se quedaran en los pueblos y todas las parejas tuvieran dos hijos en promedio, un escenario ficticio, cuántos años todavía estarían perdiendo población estos municipios pequeños... Nos salía como 92 años. Si queremos que haya hijos de aquí a treinta años, tendrán que nacer las madres y los padres hoy para dejarles treinta años, que estudien y tal y llegue un día en el que puedan tener hijos".

Familias y modos de vida

Nos preguntamos ahora cómo será una familia tipo en España dentro de 50 años. Esto es lo que decía Albert Esteve: "Estamos asistiendo a un proceso de desestandarización de lo que es una familia típica. Hay mucha heterogeneidad, cada vez más, en cómo la gente se organiza las vidas. Nosotros ya sabemos que un 30% de las mujeres nacidas en 1975 no va a ser madre y de hombres un porcentaje todavía más alto. Entonces, claro, no es lo mismo vivir cien años con hijos que sin hijos. Vamos a asistir a las primeras generaciones que se harán mayores con unas trayectorias familiares muy distintas a lo que ha sido lo habitual durante muchas décadas. Veremos cómo se organizan".

Para el demógrafo, evidentemente, estos cambios condicionan el tipo de sociedad: "Por ejemplo, el tamaño medio del hogar está cayendo incluso sin que creciera la población. No es lo mismo si hay un millón de personas que están dispuestas a vivir en grupos de cuatro, en grupos de dos o en grupos de uno. En grupos de uno, imagínate: necesitas un millón de viviendas. Todos estos cambios están alterando la demanda residencial, por ejemplo. El hecho de que la gente tenga que compartir o compartir hasta una edad que no hubiera deseado o quedarse a vivir en casa de sus padres... Ya se están viendo adaptaciones al hecho de que una persona de 25 años hoy es muy distinta a una persona de 25 años en 1975, que probablemente ya llevaba cinco años casado, ya tenía un pisito, le faltaba poco por pagar porque las hipotecas eran cortas... En fin, se está moviendo".

Igualdad y demografía

Los mayores niveles de igualdad, que por fortuna hemos conseguido, tienen también consecuencias en la evolución demográfica: "Los mercados matrimoniales se están alterando. En parte hay un desapego a lo que es la institución de relación de pareja larga, los hijos nacen en el seno de una pareja más o menos estable y los criterios de búsqueda del mercado matrimonial también se han ido alterando: el cambio del papel de la mujer en el mercado laboral, hombres y mujeres buscan un perfil parecido, el hecho de que las mujeres salen ahora de la universidad en mayor número que los hombres, hay gente que incluso dice que hay un déficit de buenos candidatos para mujeres con nivel educativo alto. Eso genera desajustes, hace que aumente la soltería entre estos grupos, entre los hombres de menos perfil laboral y educativo. Hay cambios importantes".

"Hay gente que dijo que esto era una cosa transitoria, no la igualdad de la mujer, sino el hecho de que el hombre se diera cuenta de que tenía que cambiar un poco el perfil y readaptarse a un mercado con otras exigencias. Decían: cuando se llegue a este nuevo equilibrio, a este hombre moderno que nacerá de esta presión, por interés se van a modernizar, van a volver a formarse parejas felices y cuando se hayan formado estas parejas felices van a volver a querer tener hijos", indica Albert Esteve.

El demógrafo nos cuenta que está aumentando el número de personas que han intentado quedarse embarazadas pero físicamente no han podido: "Como retrasamos la edad del primer hijo, lógicamente cada vez hay más personas que lo intentan a partir de los 33, 34, 35... Entonces, si tú preguntas a mujeres de, por ejemplo, 40 años si querían tener hijos, te dicen sí, pero no los han tenido. La mitad de ese grupo te dicen que es porque no se quedan embarazadas. Ya no te dicen no tengo pareja o no tengo trabajo o no tengo vivienda adecuada, a los 40 años eso ya lo tenemos más o menos resuelto, pero a esa edad sí que crece cada vez más el número de nacimientos por reproducción asistida".

¿Cuánto de certeza y cuánto de futurología hay en una proyección demográfica? "Nosotros nos equivocamos mucho, la verdad. La evolución de la mortalidad es bastante fácil de predecir. El tema de la fecundidad también es fácil de predecir. Ahora, la gran incógnita es el tema de la inmigración", responde el demógrafo.

Josema Jiménez

Periodista de Sanlúcar de Barrameda. Trabajo...