Tiene un pronóstico peor que algunos tipos de cáncer pero hay tratamiento: así es la insuficiencia cardiaca

"Al final de la tarde no eres persona. Me pesan tanto los brazos y las piernas que no puedo ni hacer la cama. Me cuesta mucho atarme los cordones de los zapatos. Si me tumbo en la cama me cuesta respirar, siento que me ahogo". Son algunas de las frases que más pronuncian quienes sufren insuficiencia cardiaca, una enfermedad cardiovascular poco conocida pero que afecta a cerca de 800.000 personas en toda España, el equivalente a todos los habitantes de la provincia de Córdoba. Conocer esos síntomas es fundamental para acudir al médico a tiempo, porque la mitad de los pacientes mueren en 5 años si no se les hace un diagnostico precoz e inician un tratamiento que durará toda la vida y que deben seguir con disciplina para evitar que empeore el pronóstico.

"La insuficiencia cardiaca provoca que el corazón no pueda bombear la sangre suficiente para llevar los nutrientes al resto del cuerpo. Se considera una auténtica epidemia y es la primera causa de ingresos hospitalarios en pacientes de más de 65 años", señala el doctor Alejandro Recio, presidente de la Asociación de Insuficiencia Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y cardiólogo en el Hospital Virgen Macarena de Sevilla.

Dos tercios de los pacientes son mujeres

Dos tercios de los pacientes que la tienen diagnosticada son mujeres. Y aunque los síntomas son muy similares en ambos sexos, en las mujeres el pronóstico es algo peor y el deterioro de la calidad de vida es "mucho mayor que en hombres".

La hipertensión y los problemas coronarios explican el 70% de los casos y otras causas que no se conocen demasiado son las genéticas. Es el caso de Pepe, que era arquitecto técnico y la insuficiencia cardiaca derivada de un infarto que sufrió hace 17 años le obligó a dejar de trabajar, tiene una incapacidad permanente. "Cuando llegué al hospital me hicieron un cateterismo y durante 10 minutos estuve muerto. A mi mujer le llegaron a decir que había fallecido. Si no fuera por la medicación, yo no estaba aquí". Pepe explica que una enfermedad crónica como esta pasa factura a nivel psicológico, "muchos días sientes que eres una rémora porque no puedo ni hacer la cama, me mareo".

Coincide en eso la escritora Soledad Galán, que también vive con insuficiencia cardiaca. Tanto ella como Pepe toman, de media, 10 pastillas al día. Pero son fundamentales para mejorar su calidad de vida. "A otros pacientes, en concreto a las mujeres, me gustaría decirles que tomen las riendas de la enfermedad. Que dejemos de quedarnos en casa culpándonos y que acudamos a las asociaciones con información científica contrastada y a los médicos en busca de ayuda".

En el caso de Soledad el origen fue otro: la quimioterapia que le pusieron por un cáncer de mama. Y es que ese tipo de tratamientos para el cáncer son cardio tóxicos y pueden dañar el corazón. De hecho el doctor Recio señala que "una mujer con cáncer de mama tiene más probabilidades de morir por insuficiencia cardiaca que por el cáncer".

Las unidades de insuficiencia cardiaca, claves para abordar la enfermedad

Muchos pacientes no siguen con disciplina el tratamiento porque se desconoce la dimensión de la enfermedad y lo que los medicamentos disponibles pueden hacer para ayudar a tratarla y frenar su avance. Por eso el doctor Recio señala que algo que ha cambiado por completo la forma de ver la enfermedad y tratar a los pacientes es la creación de unidades de insuficiencia cardiaca en los hospitales. "Sirven para explicar mucho mejor en qué consiste esta patología y cómo controlarla en cuestión de pocos meses. No todas las comunidades autónomas tienen, y debería ser algo al alcance de todos los ciudadanos".