Ginés García Millán: "Vivir en un hotel, entre clientes tan diversos, me abrió el mundo"

Madrid

Está ahora degustando el placer de no tener casi nada profesional a la vista. Descansa en la localidad en la que nació y se crio (Puerto Lumbreras, Murcia), en la que fue durante años un pequeño y coqueto hotel familiar, el Hotel Salas, centro neurálgico de la localidad porque "en Puerto Lumbreras no había plaza del pueblo y el lugar donde todos se encontraban era el bar del hotel". Y en ese lugar, del que ya sólo queda en pie el edificio, empieza esta conversación. "Viví en un hotel familiar y mis hermanos y yo nos criamos con los empleados que trabajaban allí. Mis recuerdos tienen que ver con los olores de los guisos que se preparaban en la cocina", recuerda el actor Ginés García Millán.

"Los recuerdos son importantes, nos explican y conforman -señala el actor echando la vista atrás- sobre todo porque la vida también sucede cuando se la recuerda". Una vida que también en los lugares más pequeños se ensancha enseguida, tal y como se encargó de enseñarle el hotel al protagonista de series como 'Periodistas' o 'Amar en tiempos revueltos'. "Allí, siendo pequeño, vi el primer turismo, a gente que entraba y salía del hotel, que eran diferentes, que vestían distinto... Y eso me hizo comprender que el mundo es muy diverso, aquel lugar me ensanchó la mirada y de alguna forma me fue explicando de qué iba la vida".

Lo de querer ser actor se explica desde un abuelo y una espada. "Mi abuelo me hizo una espada y recuerdo perfectamente alzarla y pensar que yo iba a ser actor, pero ocurre que en el pueblo sólo se podía jugar al fútbol", una actividad ociosa que iba a ser mucho más importante de lo que entonces García Millán podía imaginar. Porque de aquellos juegos empezó a sobresalir un portero en ciernes. "Yo tenía unas condiciones muy buenas para el fútbol, como las tenía mi padre, quien si no hubiera tenido que trabajar y echar tantas horas en el hotel habría sido un gran portero e incluso también un gran bailarín" Y el fútbol lo sacó del pueblo y lo llevó a jugar en las categorías inferiores del Murcia primero y el Valladolid después. Alcanzó la titularidad en el equipo promesas del Real Valladolid y, aunque lo de interpretar no se lo quitaba de la cabeza, recuerda ahora con una sonrisa que "me habría gustado jugar en el Barça y en la selección española".

Y bien por la ensoñación de querer ser intérprete o porque se topó con un entrenador que le dijo algo que todavía no ha olvidado... "Tú Millán, no tienes sensibilidad de futbolista", los guantes dejaron paso a los escenarios. ¿Qué le faltaba como estrella del balón?, sobre todo en aquellos tiempos, más que faltarle, le sobraba atrezo: el de llevar a todos lados un libro o un periódico en las manos. "Claro, eran otros tiempos, cuando jugar estaba reñido con tener otras inquietudes, de ahí lo de la carente sensibilidad suficiente".

El teatro ha sido su ámbito natural junto a la televisión. "El cine me encanta, recuerdo perfectamente la primera vez que fui al cine acompañado de mi padre a ver un western. Es verdad que desde el punto de vista interpretativo en el cine todavía no ha llegado ese papel, ese personaje, pero bueno, ya vendrá, todavía estamos a tiempo". De la televisión agradece siempre la popularidad, donde "la gente se acerca a ti siempre con mucho respeto para saludarte o pedirte una foto". De esa popularidad destaca su doble interpretación para la pequeña y la gran pantalla llevando a su terreno el papel del presidente Suárez. "Nunca habría imaginado hacer de Adolfo Suárez. La clave siempre es intentar comprender la esencia de un personaje histórico y no caer en su imitación".

Tiene previsto el próximo 20 de mayo participar en un espectáculo colectivo en el Ateneo de Madrid en una obra que reivindica los olores y sabores del pasado, esos que empezaron a definir nuestra personalidad y que nos acompañan con el paso del tiempo, como los que ahora tiene tan mano en este periodo de descanso en Puerto Lumbreras, al lado de ese hotel en el que empezó todo.