Javier Aroca: "La derecha no tiene líderes, tiene mandados: alguien preside el PP y hace lo que puede hasta que lo tiran por la ventana"

El periodo de reflexión de Pedro Sánchez y su apuesta por continuar al frente del Gobierno han provocado una oleada de reacciones. De hecho, Sánchez abrió la puerta a la reelección para un mandato más en una entrevista el martes en Hoy por Hoy. Tanto el PSOE como Sumar han arropado al presidente y han celebrado su continuidad. En este sentido, han abrazado que Sánchez haya puesto en el centro del debate la regeneración democrática -tal y como él expresó- y que haya pasado a la ofensiva contra los bulos.

La reacción del PP y Vox ha sido atacar a Sánchez, al que han criticado por "montar un teatrillo" y de usar las instituciones de manera electoralista. El PP ha convocado varias manifestaciones y han asegurado que van a aprovechar sus comparecencias en el Congreso o el Senado para preguntarle por el caso Koldo y su mujer.

Las consecuencias del anuncio de Sánchez dentro del PSOE, como en el resto de partidos y la campaña catalana han sido analizados por Javier Aroca, Carlos Navarro Antolín y Cristina Monge en El Abierto de Hoy por Hoy de este jueves.

Aroca ha hablado sobre los liderazgos: "La derecha no tiene líderes, tiene mandados: alguien preside el PP y hace lo que puede hasta que lo tiran por la ventana". En este sentido, ha añadido que la izquierda debería actuar de manera distinta: "Si fuera militante del PSOE o de otro partido de izquierdas me preocuparían dos cosas: el fulanismo y el cesarismo".

Navarro Antolín ha criticado la estrategia de Sánchez y ha ironizado: "Personalismo rima con cesarismo. Después de la reflexión ha podido contemplar quién se ha movido de la foto y esto tiene consecuencias". Además, le ha recriminado su falta de autocrítica: "El problema nunca es él, siempre está en otras partes como en la ultraderecha. No debería apropiarse del concepto de la democracia".

Finalmente, Monge ha comentado la popularización de los liderazgos fuertes en toda Europa y ha avisado de sus problemas: "El hiperliderazgo erosiona las estructuras de los partidos y al final acaban tomando las decisiones una cúpula muy reducida". Así, ha advertido de que este tipo de manera de hacer política puede tener repercusiones en la democracia.