Reconstruido en 3D el rostro de una mujer neandertal de 75.000 años
Científicos de la Universidad de Cambridge logran reconstruir la cabeza de una neandertal de 40 años cuyo cráneo se encontró en una cueva-cementerio de Irak.
El trabajo de reconstrucción ha sido muy complicado porque el cráneo de esta mujer, de unos 40 años de edad, que murió hace 750 siglos, estaba descompuesto en cientos de fragmentos de hueso.
Pero, utilizando las más modernas técnicas de la ciencia forense, un equipo de arqueólogos dirigido por la Universidad de Cambridge ha conseguido reconstruir su rostro, en tres dimensiones.
Toda una hazaña científica, como destaca a la Cadena SER el paleoantropólogo español, Juan Luis Arsuaga, que ha trabajado con ellos también en Atapuerca: “ellos trabajan con mucho rigor científico partiendo de los esqueletos, pero, en suma, unen la ciencia con el arte, porque son unos grandes artistas paleocientíficos”.
Este equipo de científicos descubrió los restos de esta mujer, hace seis años, en el interior de una cueva, situada en el Kurdistán iraquí y que fue usada por los neandertales como una especie de “cementerio”, donde depositaban a sus muertos.
Todo un misterio
Los neandertales siguen siendo todo un misterio para la ciencia, porque, aunque fueron la especie más próxima a nosotros (los “Homo Sapiens”) se extinguieron hace unos 40.000 años, sin que se hayan encontrado aún las causas exactas de su desaparición.
Esta reconstrucción, en 3D, del rostro de esta mujer neandertal que vivió hace 75.000 años es la imagen estrella de un nuevo documental, que se llama los “Secretos de los neandertales”', que ha producida la BBC y que hoy se estrena en Netflix en todo el mundo.
El documental sigue al equipo dirigido por las universidades británicos de Cambridge y Liverpool mientras regresan a la cueva Shanidar para continuar las excavaciones.
"Los cráneos de los neandertales y los humanos tienen un aspecto muy diferente", afirma Emma Pomeroy, paleoantropóloga del Departamento de Arqueología de Cambridge.
En concreto, los cráneos de los neandertales tienen enormes arcos superciliares y carecen de mentón, con una parte media de la cara saliente que da como resultado narices más prominentes. Pero el rostro recreado sugiere que esas diferencias no eran tan marcadas en la vida.
"Quizás sea más fácil ver cómo se produjo el mestizaje entre nuestra especie, hasta el punto de que casi todos los vivos hoy todavía tienen ADN neandertal" añade esta experta.
Cráneo histórico
Los científicos creen que los neandertales se extinguieron hace unos 40.000 años y los descubrimientos de nuevos restos son escasos.
Esta mujer neandertal es el primero que sale de esta cueva-cementerio de Irak y es el individuo mejor conservado encontrado en este siglo.
Su cráneo fue aplastado, posiblemente por un desprendimiento de rocas, poco después de la muerte , y después de que el cerebro se descompusiera, y luego fue compactado aún más por decenas de miles de años de sedimento.
De hecho, cuando los arqueólogos lo encontraron, el cráneo estaba aplanado hasta alcanzar unos dos centímetros de grosor y, según su opinión, parecía “una galleta mojada”.
Técnica complicada
El equipo utilizó un producto consolidante, similar a un pegamento, para fortalecer los huesos y el sedimento circundante y, en una segunda fase, sacaron el cráneo de “Shanidar Z” en docenas de pequeños bloques envueltos en papel de aluminio de menos de siete metros y medio de tierra y roca dentro del corazón de la cueva.
En el laboratorio de Cambridge, los investigadores analizaron cada bloque antes de diluir gradualmente el pegamento y utilizar las exploraciones para guiar la extracción de fragmentos de hueso.
Mientras tanto, la conservadora principal, Lucía López-Polín, reconstruyó más de 200 fragmentos de cráneo a mano alzada para devolverle su forma original, incluidas las mandíbulas superior e inferior.
"Cada fragmento de cráneo se limpia suavemente mientras se vuelven a agregar pegamento para estabilizar el hueso, que puede ser muy blando, similar en consistencia a una galleta mojada en té", explica Pomeroy.
Al final, es como un rompecabezas en 3D en un solo bloque que se tardó quince días en poder procesar.
Ciencia forense
El equipo incluso recurrió a la ciencia forense (técnicas sobre cómo los huesos se desplazan después de un traumatismo contundente y durante la descomposición) para ayudarlos a comprender si los restos habían sido enterrados y las formas en que los dientes habían salido de las mandíbulas.
El cráneo reconstruido fue escaneado en superficie e impreso en 3D, formando la base de una cabeza reconstruida creada por dos paleoartistas, que son líderes mundiales en este campo: los gemelos Adrie y Alfons Kennis, quienes construyeron capas de músculo y piel fabricados para revelar un rostro.
Un nuevo análisis sugiere firmemente que Shanidar Z era una mujer mayor, quizás de unos cuarenta años, según los investigadores, una edad significativa para llegar tan profundamente en la prehistoria.
Nuevos hallazgos
Sin huesos pélvicos, el equipo se basó en la secuenciación de las proteínas del esmalte dental para determinar su sexo.
Los dientes también se utilizaron para medir su edad a través de los niveles de desgaste, con algunos dientes frontales desgastados hasta la raíz. Con algunos de los huesos del brazo de un adulto más pequeños en el registro fósil neandertal, su físico también implica el de una mujer.
Si bien ya han salido de la cueva restos de al menos diez neandertales distintos, “Shanidar Z” es el quinto que se encuentra en un grupo de cuerpos enterrados en un momento similar en el mismo lugar: justo detrás de una enorme roca vertical, de más de dos metros de altura en la hora, que se encuentra en el centro de la cueva.
La roca se había caído del techo mucho antes de que los cuerpos fueran enterrados. Los investigadores dicen que pudo haber servido como punto de referencia para que los neandertales identificaran un sitio particular para repetidos entierros.
Mala imagen
"Los neandertales han tenido mala prensa desde que se encontraron los primeros hace más de 150 años", añade el profesor Graeme Barker, del Instituto McDonald de Investigación Arqueológica de Cambridge, que dirige las excavaciones en la cueva.
Sin embargo, sus descubrimientos muestran que los neandertales de la cueva Shanidar pueden haber estado pensando en la muerte y sus consecuencias de maneras no muy diferentes a las de sus primos evolutivos más cercanos: nosotros mismos.
Los otros cuatro cuerpos del grupo fueron descubiertos por el arqueólogo Ralph Solecki en 1960. Y uno estaba rodeado de grupos de polen antiguo.
Por lo tanto, este hallazgo es una evidencia de la realización de rituales funerarios, en los que el difunto descansaba sobre un lecho de flores.
Este trabajo arqueológico fue uno de los primeros en sugerir que los neandertales eran mucho más sofisticados que las criaturas primitivas que muchos habían supuesto, basándose en sus estructuras robustas y sus cejas de simio.
Javier Gregori
Periodista especializado en ciencia y medio ambiente. Desde 1989 trabaja en los Servicios Informativos...