TikTok se ha llenado de vídeos de usuarios afirmando que congelar el pan lo hace más sano, aunque no aportan ninguna evidencia científica al respecto. No está del todo claro que esta práctica convierta al pan en un alimento más saludable, pero sí que hay algunos estudios que respaldan esta tendencia con diversos datos positivos. Para empezar, los componentes del pan se modifican al descongelarlo, ya que el calor del horno combinado con el agua de la masa hace que el almidón de la harina se expanda y gelatinice. Esto hace que el pan quede más blando de lo normal y los almidones «gelatinizados» que surgen sean más fáciles de digerir, lo que hace que las células humanas toleren mejor la glucosa o los azúcares que contienen estos elementos. Algunas pruebas científicas sugieren que este tipo de glucosa puede aumentar los niveles de insulina inmediatamente después de comer, lo que es muy importante para el cuerpo humano ya que ayuda a nuestras células a utilizar la glucosa para producir energía o almacenarla. La prueba más contundente de este proceso es un estudio científico publicado en el año 2008 que examinó el efecto de congelar pan blanco y tostarlo después. En él, los investigadores compararon el pan comprado en tienda con el casero (de masa madre) y llegaron a una contundente conclusión. Para la investigación utilizaron una muestra de 10 personas voluntarias a las que midieron sus niveles de glucosa antes y después del experimento. En el caso de las muestras de pan casero, la congelación y descongelación del pan redujo el aumento de azúcar en sangre en un 31% en solo dos horas. Este efecto fue aún mayor cuando se congeló el pan, se descongeló y se tostó después, reduciendo la respuesta del azúcar en sangre hasta en un 39%. Cuando se utilizaba el pan blanco comprado en tienda, por su parte, la congelación antes del tostado no mejoraba la respuesta del organismo al azúcar en sangre. Aunque este estudio afirma que congelar pan casero para descongelarlo y después tostarlo sí reduce la respuesta del azúcar en sangre es importante tener en cuenta que estos efectos solo duran un par de horas después de comer el alimento. Así pues, aunque congelar el pan puede ayudar a reducir los niveles de azúcar en sangre durante una comida, se desconocen los efectos a largo plazo sobre el apetito, el aumento de peso o el riesgo de padecer ciertas enfermedades como la diabetes tipo 2, y es probable que sean muy pequeños y casi insignificantes.