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¿Por qué hay tantas mujeres desnudas en el arte?

Como casi todo, viene de la antigua Grecia y Roma

¿Por qué hay tantas mujeres desnudas en el arte?

Cuando entramos en un museo de arte nos llaman la atención muchas cosas: los colores, paisajes impresionantes, retratos… Pero hay algo que, aunque es muy sorprendente, lo damos por normal: ¿por qué en el arte hay tantísimas mujeres desnudas? En cualquier otro lugar, el cuerpo femenino debe estar tapado. Incluso en la publicidad o las redes sociales está prohibidísimo que se vean pechos. Sin embargo, en los museos están por todas partes y no nos parece mal, porque el contexto nos hace mirarla de forma distinta: ya no es algo sexual, sino una representación de la belleza, algo superior.

Y esto, como casi todo, viene de la antigua Grecia y Roma. Para ellos, las esculturas de hombres desnudos hermosísimos con cuerpos maravillosos simbolizaban a seres perfectos, física e intelectualmente. El desnudo idealizado era la forma de representar el ideal de la belleza, inteligencia y virtudes humanas.

Y, ¿qué pasaba cuando representaban mujeres desnudas? ¿Simbolizan también el ideal de virtud igual que los hombres desnudos? Automáticamente pensamos que sí. Y eso es lo que nos han hecho creer. Pero se nos olvida un pequeño detalle: los autores de esos desnudos eran siempre hombres que creaban esas mujeres desnudas para otros hombres, generalmente heterosexuales. Así que no es lo mismo. Cuando un hombre heterosexual esculpe un desnudo masculino para otro hombre heterosexual, lo hace para hablar de la virtud intelectual y belleza ideal. Pero cuando un hombre heterosexual esculpe un desnudo de mujer para otro hombre heterosexual, puede que lo haga para hablar de la virtud… pero sin duda lo hace también para transmitir erotismo. Un hombre compra antes un desnudo sensual de mujer que uno que no lo es.

Solo hay que comparar esculturas clásicas desnudas de hombres y de mujeres. Aquí tienes una escultura del emperador romano Octavio, en el Louvre. Y otra de la diosa Afrodita. Él es heroico y todopoderoso, nada de sensualidad en sus músculos o genitales. Ella es pudor, sensualidad, se tapa los pechos y el pubis con ingenuidad…

Los desnudos femeninos siempre han sido una excusa de los artistas hombres para poner cachondos a los observadores hombres. Durante siglos se ha camuflado bajo una capa intelectual. Nos han contado que esas mujeres desnudas son el símbolo de la belleza, más allá de lo físico, que sólo los hombres más cultivados saben ver. Por eso los museos están llenos de desnudos y no pasa nada: se supone que no son eróticos, sino bellos. Y si te seducen sexualmente y solo las ves desde el punto de vista sexual es que eres un poco paleto.

Y es más: si protestas contra esto y dices que mostrar tantas mujeres desnudas (y no hombres) en los museos es otra forma de cosificar a la mujer, muchos te tratarán de radical. Y te dirán que no entiendes la belleza sofisticada que representan esos cuerpos.

Mujeres artistas que protestan contra la sexualización encubierta

Hoy en día hay mujeres artistas que protestan contra esta sexualización encubierta. Empezó en los 70 con historiadoras del arte feministas como Linda Nochlin y su libro ‘¿Por qué no ha habido grandes mujeres artistas?’. En él dice que no las ha habido hasta tiempos recientes porque no se las permitía pintar, básicamente.

En los 80 un colectivo de mujeres llamadas las ‘Guerrilla girls’ denunciaron esa cosificación con carteles como este. En él se lee la gran pregunta: ‘¿Tienen que estar desnudas las mujeres para entrar en el Met?’ Y responden: en ese museo menos de un 5% de las artistas expuestas en la sección de arte moderno son mujeres, pero el 85% de los desnudos son femeninos. Y es aún peor hoy en los grandes museos de arte antiguo: casi todos los desnudos son de mujeres, pero más del 95% de autores son hombres. O mejor dicho: casi todos los desnudos son de mujeres porque más del 95% de autores son hombres.

Otras artistas han dedicado su obra a sexualizar a los hombres igual que los hombres sexualizan a las mujeres. ¿Que los pintores retratan a mujeres recostadas desnudas como objetos sexuales? Pues ellas pintan a hombres recostados desnudos como objetos sexuales. Lo hace Sylvia Sleigh, por ejemplo, en sus famosos retratos de Paul Rosano.

Pinta a un hombre joven entregado al espectador, sensual, para que los hombres sientan lo que es que les vean como objetos. Pero además tiene un cuerpo deseable y un pene bien grande, para que los hombres sepan lo que es que te marquen el canon de belleza, lo que se supone que las mujeres desean. Que sientan la presión. Creo que es una de las obras que mejor nos ayuda a los hombres a entender lo que es que te observen y juzguen continuamente por tus apariencias. Son una serie de fotografías de Jemima Stehli.

Sienta a varios hombres en una silla de frente a una cámara de fotos. Ella se coloca de espalda a la cámara pero frente a ellos. La obra consiste en desnudarse delante de estos hombres mientras la cámara va haciendo fotografías de la reacción de esos hombres al ver a la artista desnuda. Los hombres son todos profesionales del mundo del arte que tienen poder sobre ella: críticos, galeristas, comisarios… que pueden hundir o levantar su carrera con sus opiniones. Y lo mejor: son ellos mismos los que hacen la foto. Tienen en la mano un pulsador que activa la cámara cuando ellos quieran.

El resultado es que se sienten incomodísimos al ver cómo la mujer se quita la ropa. Para que no se olviden de que hay una cámara mirándoles. Si te pones delante del objetivo y te hacen fotos, puede que te evadas y te olvides del espectador que te está observando a ti. Al tener que hacerte tú mismo las fotos eres consciente todo el rato de que te van a ver. Sientes el ojo de los demás analizándote, juzgándote. Te sientes observado y juzgado igual que como se sienten millones de mujeres cada día.

Y eso es lo que en última instancia quiere hacer la artista aquí. Quiere que los hombres vivan en su propia piel lo que es que te estén mirando y juzgando continuamente. La mayoría de hombres no sabemos lo que es eso porque las mujeres no vais por ahí mirando de arriba a abajo a los hombres. Esta obra intenta que los hombres seamos conscientes de lo que es tener el ojo de los demás encima todo el tiempo, juzgándonos por nuestra apariencia.

Te sientes completamente vulnerable al saber que cualquier cosa que hagas va a ser juzgada. Y eso te pone tenso, da una imagen de ti que no quieres. Son hombres sintiéndose por primera vez como se sienten muchas mujeres cada día. El arte se ha usado para cosificar, pero también sirve para ayudar a entender a los hombres lo más que sienta cuando te pasa a ti.

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Pablo Ortiz de Zárate

Educador de arte, colaborador de 'Hoy por Hoy'...