David Trueba conversa con las internas de Alcalá Meco

Madrid

El origen de esta obra, empezó explicando Trueba, viene de algunos elementos biográficos. Yo crecí en un barrio de Madrid que se llama Estrecho y que algunas conocereis. Mis padres eran emigrantes venidos de otras partes de España, no conocían a nadie, tuvieron ocho hijos y crecimos todos juntos en una casa muy pequeña. El barrio tenía mucha vida de calle y ese paisaje de personas que he conocido en mi infancia me ha acompañado toda mi vida. Es un barrio en el que había desde gente que tuvo suerte y, a través de los estudios o de su proyección profesional, pudo salir o mejorar, a otros, como lo que le pasa a Nuria, la protagonista de la obra, que se quedaron ahí sin poder echar a volar. A partir de estos primeros minutos en los que el autor hablaba de su vida y también de su obra se ganó el interés de todo el auditorio compuesto por unas 200 internas de Alcalá 1 entre las que se encontraba el grupo, de unas veinte, que había asistido a la representación de "Los guapos" en el teatro María Guerrero.

La de David Trueba es una obra que interpela a muchas de estas mujeres porque habla de un barrio, de reencuentros después de muchos años, de las drogas y de justicia. Aquí dentro, comentaba una de las presas, se habla mucho de la justicia. Yo, seguía diciendo, me identifiqué con el personaje de la protagonista, con Nuria, creo que aquí hay muchas Nurias, venimos de venimos de familias desestructuradas, tenemos muchas adicciones y pocas oportunidades ¿Tu crees que hay una justicia para ricos y para pobres?, le pregunta a Trueba. es evidente, responde este, que las posibilidades de defensa que tiene una persona rica son mayores en la medida que su estatus económico le protege y el entorno social también le es más favorable. En este país hay una abogacía de oficio, el derecho a la defensa, pero están saturados. Todo esto lleva a que el mundo sea muy desigual y en lugar de corregir la desigualdad lo que vemos es que la desigualdad está aumentando. Las mujeres reaccionan a estas palabras asintiendo con la cabeza y sigue el coloquio. Se habla del Sida, el hermano de la protagonista murió por el VIH, y se llega a la conclusión de que el mundo ha respondido de forma absolutamente distinta frente a la pandemia de la COVID. La diferencia, hay consenso entre las internas y el autor, es que el VIH se estigmatizó porque se acotó a drogodependientes y homosexuales y en lugar de generar una alarma social lo que generó fue un estigma social.

David Trueba, en las respuestas, fue salpicando detalles de su vida personal, anécdotas que arrancaron la risa y hasta las carcajadas del auditorio. Explicó, por ejemplo, que el premio que más ilusión le había hecho no eran ni el Goya ni el de la crítica sino el "estás invitado" de una camarera que le agradeció, con ese gesto, el buen rato que le hizo pasar la lectura de uno de sus libros cuando estaba atravesando un momento muy difícil en su vida. Al acabar unas cuantas mujeres se acercaron para pedirle a Trueba y preguntarle por el título de ese libro, pero él decidió no desvelarlo. "A cada una le puede servir uno diferente", fue la respuesta, y todas estuvieron de acuerdo. Este encuentro forma parte de un programa de actividades entre Instituciones Penitenciarias y el Centro Dramático Nacional. En primer lugar un grupo elegido de internas e internos de Alcalá 1 y de Valdemoro se desplazan al teatro para ver una representación y después son los directores, autores y actores quienes entran en la cárcel para comentar la obra representada. Un ejercicio que que se benefician las dos partes, el intercambio siempre es enriquecedor, es una opinión compartida por todos.