La extrema derecha logra un acuerdo para gobernar Países Bajos

Madrid/ Ámsterdam

Las ONG's que atienden a inmigrantes o las organizaciones ecologistas holandesas han visto cumplirse su peor predicción después de la victoria del ultraderechista Geert Wilders en las últimas elecciones celebradas en los Países Bajos. Aunque el propio Wilders tuvo que renunciar a dirigir el país para poder alcanzar un pacto con otras formaciones, al final ese acuerdo se ha hecho realidad y uno de los países más enraizados en la Unión Europea, fue uno de sus fundadores en los años 50, va a quedar en manos de la extrema derecha.

Otros tres partidos de centroderecha han llegado finalmente a entenderse con la formación de Wilders bajo la premisa de plantear una oposición total a las políticas de asilo e inmigración de la Unión Europea. El acuerdo reduce también los objetivos climáticos de un país que hasta ahora ha sido ejemplo en el uso de energías limpias o de una movilidad no contaminante y permitirá a los agricultores no tener que someterse a estrictas reglas de protección del medio ambiente.

Los cuatro partidos se negarán a participar en la política de asilo común y eliminarán el permiso de asilo indefinido. También plantean reducir el número de personas que pueden unirse a sus familiares que hayan emigrado hasta Holanda. Wilders no ha dudado hoy en un acto en La Haya en prometer la "política más estricta" de la historia del país en materia de inmigración.

Un frenazo en seco a las políticas integradoras del país que llega además a fructificar a un mes de las elecciones europeas en las que también la extrema derecha parte como favorita en las encuestas.

La Comisión a la espera

Los portavoces de la Comisión Europea que han reaccionado hoy al pacto de gobierno en los Países Bajos han preferido optar por la cautela ante la posibilidad de que desde Ámsterdam se rompa con la política migratoria comunitaria. "Tendremos que esperar a ver lo que proponga de modo oficial el nuevo gobierno neerlandés", ha argumentado Eric Mamer desde Bruselas.

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El portavoz ha recordado en todo caso que "trabajamos desde la base de que tenemos tratados y legislación vigentes". En ese sentido, ha destacado la vigencia del último pacto que se acaba de alcanzar en el seno de la Unión, el Consejo lo ha aprobado esta misma semana, que establece la obligación de cada país de aceptar el asilo de un número determinado de inmigrantes. En todo caso, esa obligación podría ser esquivada mediante el pago de una cantidad determinada por cada persona necesitada de protección.

División social

En una conversación en Ámsterdam con el reconocido periodista neerlandés Rob Fraesen, una de las estrellas televisivas de los últimos años en el país, nos detalla a qué se debe esta orientación en el voto de sus compatriotas y cuál es el perfil de quienes respaldan a esta formación: "son de origen neerlandés, la mayoría de cierta edad, aunque también hay gente joven que cree que debe ponerse freno a la inmigración y que se priorice el acceso a la vivienda para los locales".

Esta situación genera todo un choque interno considerando que alrededor del 15% de la población neerlandesa ha nacido en otro país y el porcentaje es aún mayor si sumamos a los nacidos en Holanda que tienen al menos un progenitor de origen extranjero. Fraesen argumenta que "ha cogido fuerza un argumento según el cual somos demasiado internacionales y nos hemos olvidado de nuestro propio país, que ayudamos más a los de fuera que los de casa".

La izquierda neerlandesa ha admitido su preocupación por la deriva del país. "Es un acuerdo desastroso", ha explicado Frans Timmermans, cabeza de la lista conjunta de Verdes y Socialdemócratas y líder de la oposición. Según Timmermans, el pacto supondrá un empujón para los más ricos y dejará sin protección suficiente a quienes lo están pasando peor.