Una oyente de 'Hoy por Hoy' cuenta su verdad más incómoda en mucho tiempo: "Desde que me metí garbanzos en los zapatos…"
Hay sacrificios que merecen la pena y otros que no encuentran recompensa, como ha dejado claro una oyente en el programa dirigido por Àngels Barceló
Una oyente de 'Hoy por Hoy' cuenta su verdad más incómoda en mucho tiempo: "Desde que me metí garbanzos en los zapatos…"
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El sacrificio es una acción que nos acompaña en el día a día, aunque no seamos conscientes. Todos tomamos decisiones a diario y, en ese momento, renunciamos a tomar un camino para seguir otro. Elegimos comer carne en vez de pescado, vestir blusas en vez de camisas, ir al trabajo en transporte público en vez de en coche… A veces, esos sacrificios son más trascendentales para nuestro futuro y se ajustan más al significado de la palabra: elegimos estudiar una carrera u otra, continuar o no una relación, apostamos
En la sección El rincón y la esquina de 'Hoy por Hoy', programa que dirige por Àngels Barceló, se trataba hoy ese tema, el de los sacrificios, y se quería saber la opinión de los y las oyentes. Conocer si habían hecho sacrificios o si habían sido sacrificados alguna vez y si esas decisiones habían tenido alguna recompensa en su vida o si, por el contrario, habían sido en vano.
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Y ha sido Concha, desde Murcia, quien ha contado una anécdota de su infancia por la que decidió no sacrificarse nunca más por nadie ni por nada, al menos de corazón. De pequeña, con apenas ocho años, las monjas carmelitas en las que estudiaba le hicieron meterse garbanzos en los zapatos "por los negritos de África".
"Desde que me metí garbanzos en los zapatos, no me he sacrificado nunca más por nadie", ha insistido Concha, aunque sí ha matizado que, a lo largo de su vida y hasta los 80 años que tiene, sí que ha hecho las cosas "de buen grado" por la gente a la que quiere: sus hijos, sus nietos, su marido… "Pero cuando tú te sacrificas por alguien, tarde o temprano se lo echas a la cara", ha lamentado.
No solo por su familia sigue realizando acciones de buena voluntad. También por acciones en las que cree: "Ahora soy yayoflauta y me paso la vida en la calle peleando por la sanidad, por la educación y, ahora, por Palestina". Eso sí, no considera que esas manifestaciones sean sacrificios, sino actos "de corazón".
Sacrificios, sacrificadores y sacrificados
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