El Barça ha conseguido esta temporada un hito histórico. Ha ganado los cuatro títulos a los que aspiraba: Liga, Supercopa, Copa de la reina y la Champions, que se ha llevado este sábado en San Mamés al Olympique de Lyon por 2 a 0 con goles primero de Aitana Bonmatí y luego en tiempo de descuento Alexia Putellas. Hasta 40.000 aficionados se desplazaron a Bilbao en una movilización sin precedentes. Se batió otro récord, el de público asistente a una final de Champions: 50.827 personas. No quedan ahí los hitos. La final fue seguida por 1.098.000 de espectadores por La 1 de TVE, con un 13,8% de cuota de pantalla y se convirtió en la más vista de la historia. Su audiencia en todas las cadenas que lo emitieron sumó más de 1,7 millones de seguidores, un 21,4% de cuota y más de 3,7 millones de contactos. La final de la Champions fue seguida en directo en RTVE Play por 84.338 visitantes únicos, un 22% más de espectadores que en 2023. El minuto de oro se produjo a las 19.55 horas con 30.143 espectadores siguiendo el gol de Alexia Putellas que sentenciaba la victoria del Barça. La celebración del triunfo del FC Barcelona en el post partido concitó a 1.022.000 espectadores, un 13,4% y 2.062.000 espectadores únicos. En este contexto es fácil entender cómo cualquier gesto no ha pasado desapercibido como por ejemplo el momento en el que han bajado del avión con la Champions. Contra todo pronóstico no han sido las jugadoras las que portaban el trofeo al bajar las escalerillas del aparato. Es más, la única futbolista que se podía ver era una de las capitanas, Alexia Putellas, que iba detrás del entrenador Jonatan Giráldez y del presidente del Barça, Joan Laporta. Ambos llevaban la copa. La escena ha despertado numerosas críticas. Ha habido más momentos controvertidos. Durante la celebración, las jugadoras fueron primero al Palau de la Generalitat y luego al Ayuntamiento de Barcelona. En ambos escenarios hablaron Laporta, Giráldez y Putellas además del alcalde de Barcelona, Jaume Collboni y el president de la Generalitat, Pere Aragonès. También en los dos actos se regalaron camisetas al alcalde y al president. Fue en el Ayuntamiento donde se produjo una escena que no ha pasado desapercibida en redes: Laporta le daba la camiseta a Collboni mientras Putellas intentaba cogerla por un lado para que los medios gráficos pudieran dejar constancia del momento y realizar las fotografías pertinentes. No tuvo mucha suerte y el alcalde acabó cogiéndola sin dar tiempo a que la futbolista también la retuviera. «Suerte que Alexia Putellas tiene más categoría que muchos señoros», dice una de las usuarias de Twitter. «Cuando los machos en su ego interno se sienten superados por las mujeres, hacen estas mierdas. La cara y el gesto de ella lo dice todo», dice otra. «La paciencia que están teniendo estas chicas, de verdad», expresa otra.