Dejar Alicante por Santander: el cambio climático empuja a los turistas al norte
Fenómenos extremos como las olas de calor o las noches conocidas como tórridas - de 25 grados o más - están haciendo que los destinos de playa más famosos y visitados de España, como la Comunitat Valenciana o Andalucía, pierdan fuelle frente a costas menos cálidas
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MADRID
10 de agosto de 2023. En Valencia los termómetros alcanzan una temperatura récord: 44,5 grados en la ciudad, 46,8 en el aeropuerto. Mientras tanto, en Santander registran casi 20 grados menos: 25 de máxima a las 18:00 de la tarde, según la previsión de la AEMET. Aquel día España atravesaba su tercera ola de calor del verano, así que estamos hablando de un fenómeno extremo en el caso de la Comunitat Valenciana. Pero lo cierto es que los termómetros tienen cada vez más trabajo en las costas españolas en general. Más olas de calor, más extremas y con más días de duración. Noches tórridas en las que se hace difícil conciliar el sueño. Y eso está provocando que algunos veraneantes habituales del sur o del Levante se atrevan con el norte en los meses de julio y agosto.
Casa en Denia, veraneo en Pontedeume
"Lo notamos desde hace ya un tiempo, y cada vez más, que llama gente del sur", nos cuenta Juan Rodríguez, al frente de una inmobiliaria que lleva su nombre en Sanxenxo, destino estival por excelencia de Galicia. Y los veraneantes "de toda la vida" de la zona, como esta periodista, lo pueden confirmar: los gritos de los niños y las niñas que juegan en la orilla y los de los mayores que intentan avanzar, entre exclamaciones casi de dolor, hasta zambullirse en el Atlántico, tienen acentos más variados que nunca. "Ahora mismo tenemos tres matrimonios de Tenerife, un par de Málaga, también de Alicante, de Valladolid viene cada año más gente, de Salamanca...", va enumerando Juan Rodríguez que asegura, además, que la mayoría de los que prueban, repiten, "algunos van por el tercer año ya" alquilando una casa con Juan Vende.
"Tenemos tres matrimonios de Tenerife, un par de Málaga, también de Alicante, de Valladolid viene cada año más gente"
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Para Cristóbal y Ana, afincados en Madrid y que acaban de jubilarse, va a ser su primera vez veraneando en Galicia: van a dejar durante 15 días la casa que tienen en propiedad en Denia (Alicante) para disfrutar del tiempo más fresco de Pontedeume (A Coruña), en las Rías Altas. "Tenemos casa en Denia y tradicionalmente hemos veraneado en Levante y nos encanta. Pero sí que es cierto que en los últimos años las temperaturas cada vez son más extremas. Si hace 15 ó 20 años entre julio y agosto había 10 días con un calor muy extremo, pues ahora han pasado a ser 20. Y pensamos que podría estar bien pasar parte de las vacaciones en un sitio fresquito", explica Cristóbal, que se apresura a apostillar que también la gastronomía y el paisaje gallegos les han animado a tomar la decisión.
No es la única motivación que está empujando cada vez a más personas a probar los veranos del norte. La familia de Tasio - "somos ocho ya, con un bebé entre nosotros", cuenta este jubilado madrileño - va a pasar por primera vez quince días en Galicia. En su caso, han elegido una casa particular con terreno en las Rías Baixas, en la playa de Foxos, muy cerca de La Lanzada. Ha sido su hija Yoli - "que es muy activa", explica Tasio - la que se ha encargado de buscar un sitio a donde poder ir todos juntos - la pareja de abuelos, sus hijos con sus respectivas parejas y sus nietos -, y se ha decidido por Galicia para disfrutar de unos días más frescos que los del verano madrileño. Pero hay razones económicas también detrás de este cambio de rumbo al norte: "este verano estamos en Galicia también por razones económicas. La costa mediterránea y la gaditana están imposibles, así como las islas [Baleares]", cuenta Tasio, un enamorado de un Cádiz que, en su opinión, ya no existe porque ahora está abarrotado, y que recuerda con nostalgia dormir la siesta con su pareja bajo un pino, en una playa de Menorca, prácticamente solos.
"Estamos en Galicia también por razones económicas. La costa mediterránea y la gaditana están imposibles"
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Viajar al norte para dormir bien en verano
Que los meses de julio y agosto son cada vez más cálidos en España no es sólo una percepción. Lo dicen también los datos que recopila desde hace décadas la AEMET. "Tanto en las zonas costeras tradicionalmente cálidas, como el Levante, Andalucía o los archipiélagos, como en las más frescas, las del Cantábrico o el Atlántico, los veranos actuales son más cálidos que en los años 70 ó 80 del siglo XX, y esto se nota tanto en las máximas como en las mínimas", explica Rubén del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología. Así que las estaciones de medición coinciden con las sensaciones de Cristóbal y Ana tras "toda la vida", insiste él, veraneando en Denia. "Había efectivamente días y, sobre todo, noches que resultaban duras. Y ahora lo que venimos observando en los últimos cinco o diez años es que hay más episodios de calor extremo", apunta Cristóbal.
"Tenemos casa en Denia pero pensamos que podría estar bien pasar parte de las vacaciones en un sitio fresquito"
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Esto ha hecho que la posibilidad de dormir con una manta, o de ponerse una chaqueta por las noches, se hayan convertido en un reclamo para las personas que pueden elegir dónde pasar unos días de vacaciones. "En el área mediterránea especialmente las noches tórridas, aquellas en las que no se baja de 25 grados, han aumentado su número de manera muy significativa" - confirma Rubén del Campo -, "y por lo tanto son muchos millones de personas las que tienen que conciliar el sueño con temperaturas altas junto con humedades relativas también elevadas. Esto incrementa la sensación de bochorno y dificulta el descanso nocturno". En julio de 2023, las masas de aire que sobrevolaron la Comunitat Valenciana, por ejemplo, fueron de récord en lo que se refiere a la humedad. Y tampoco hay precedentes de un verano con noches tan cálidas.
Los datos: el turismo veraniego se dispara en Cantabria, Asturias y Galicia
Si echamos un vistazo a la Encuesta de turismo de residentes que cada año publica el Instituto Nacional de Estadística vemos que, efectivamente, el número de pernoctaciones en el tercer trimestre de 2023 - el que incluye los meses de verano - se dispara en comunidades como Asturias (+22,69%), Cantabria (22,17%) o Galicia (16,03%) frente al mismo periodo de 2019 - antes de la pandemia -, mientras que baja en destinos como la Comunitat Valenciana (-8,01%), la Región de Murcia (-3,18%) o Andalucía (-1,27%). En cualquier caso, en números absolutos Andalucía sigue siendo la comunidad con más pernoctaciones entre julio, agosto y septiembre (67.935.395), seguida de la Comunitat Valenciana (47.400.642) y Cataluña (38.653.172), frente a cifras sensiblemente más bajas como las de Galicia (24.682.650), Asturias (12.526.516) o Cantabria (11.020.048).
A pesar de la recuperación total del turismo en 2023 tras el golpe que supuso la pandemia para este sector clave de la economía española, lo cierto es que una de cada tres personas en España no se pudo permitir ni una semana de vacaciones fuera de casa el año pasado. Y en este particular - que también se encarga de medir el INE en la Encuesta de Condiciones de Vida -, las variaciones van más lentas de lo que cabría desear. Ese porcentaje del 33,1% de población que no se pudo permitir ir de vacaciones fuera de casa al menos una semana al año fue - tan sólo - 0,4 puntos inferior al registrado en 2022.
A más calor, menos pernoctaciones: el calentamiento global amenaza el turismo
Cada vez más estudios advierten del impacto del calentamiento del planeta para el turismo o, lo que es lo mismo, para la economía en el caso de España, porque este sector supuso un 12,8% del PIB nacional el año pasado, según los cálculos de Exceltur, que agrupa a las grandes empresas turísticas. El último lo ha publicado el Banco de España y se fija en el turismo internacional que en 2023 fue de récord en nuestro país. Entre sus conclusiones, señala que el año pasado "las pernoctaciones hoteleras de extranjeros aumentaron con mayor intensidad respecto al período prepandemia en las regiones del norte de España, en comparación con los archipiélagos y el sur peninsular". También apunta a una desestacionalización cada vez mayor del turismo extranjero, lo que para el sector no es una mala noticia. "En 2023 y principios de 2024 - leemos en este estudio - las llegadas de turistas internacionales aumentaron con respecto al período 2016-2019 de manera más acusada en los meses de otoño e invierno que en el período estival". Y añade que "si bien aún es pronto para extraer conclusiones definitivas, el cambio climático podría estar originando desplazamientos de turistas hacia destinos con temperaturas más moderadas en verano, lo que reduciría la concentración en las zonas de mayor afluencia en los meses estivales y aumentaría la ocupación de los destinos de playa durante los meses de otoño e invierno".
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El presidente de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT), Jorge Marichal, pone el foco en esta desestacionalización del turismo de playa. "El cambio climático conlleva estas consecuencias, también algunas que si se aprovechan bien pueden ser positivas", explica Marichal, en referencia a "que se puedan estirar las temporadas en algunos destinos turísticos que tradicionalmente sólo abrían unos meses al año y con ello aliviar las altas demandas en ciertos momentos del año que a lo mejor repartidas son bastante más llevaderas, por decirlo así". Pero las previsiones del Joint Research Centre (JRC), el grupo de científicos que investiga para la Comisión Europea, no son optimistas. En su opinión, a medida que el cambio climático se abra paso irán cayendo el número de pernoctaciones en regiones del sur del continente. Entre ellas, en ocho zonas de España tan ligadas al turismo de playa como Baleares, Andalucía, la Comunitat Valenciana o Andalucía que, según esta investigación, se enfrentan a una bajada significativa de las visitas. A pesar de que esta previsión apunta también a que las regiones del norte se van a beneficiar de estos cambios, España, en su conjunto, va a salir mal parada: sería el cuarto país europeo que más visitantes perdería, sólo por detrás de Chipre, Grecia y Portugal.
Las altas temperaturas enfrían el gasto
Otro informe, en este caso de CaixaBank Research, abunda en la idea de que el aumento de las temperaturas está provocando un flujo de turistas en verano de zonas tradicionalmente cálidas a otras más frescas. Su conclusión es rotunda: "existe una correlación negativa entre el crecimiento del gasto turístico y la temperatura media en verano de 2023". La investigación se ha fijado en los datos de compra con tarjetas de débito y crédito tanto de visitantes extranjeros como de residentes en 2023 y los ha comparado con los de antes de la pandemia, en 2019. Y lo que observa es que el gasto crece mucho más (45%) en municipios en los que la temperatura media en verano es inferior a los 17 grados, mientras que en los que los termómetros marcan más de 23 grados, el crecimiento es mucho menor (entre el 25% y el 35%). El estudio acota también los datos por regiones, con estas conclusiones: "la costa atlántica tiene un crecimiento muy positivo, mientras que este es mucho menor en la parte sur de la costa mediterránea”.