"No pases de mí": Luis García Montero explica las cosas cotidianas en las que influye la política europea y por qué hay que votar el 9 de junio
Me llamo Europa, no soy amante de una noche, vamos a convivir más de una semana, un mes o un año

Luis García Montero: "No pases de mí"
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Madrid
Como me ocurría en los años perdidos de mi juventud, hoy me he despertado sin saber el nombre del cuerpo que dormía junto a mí. Perdona, ayer bebí mucho, ¿cómo te llamas? Pues no soy una parienta lejana ni el amor de una noche, me llamo Europa, ¿no te acuerdas de mí? Llevamos años viviendo juntos. Cuando salgas a la calle y entres en una cafetería, voy a desayunar contigo, porque el trabajo y el salario de los camareros dependen de mí.
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Y cuando pases por delante de un hospital o un colegio, las inversiones de los Gobiernos en Sanidad y en Educación dependerán de los límites que yo les fije para sus cuentas públicas. Y si lees un periódico y escuchas la radio, entre tantas noticias sobrecogedoras, la dignidad de tus respuestas sobre Ucrania, Palestina o las aguas Mediterráneo, dependerá también de mí. Como las apuestas por las energías renovables o los cuidados de tu naturaleza y del aire que respiras.
Y si hablas español, o un idioma del Sur, te conviene tratarme bien, porque tengo muchos pretendientes en el Norte, muy, muy luteranos, que quieren mirarte por encima del hombre y acusarte de derrochador y perezoso. Son amigos naturales de todos lo que quieren recortar los servicios públicos y la solidaridad en tus ciudades. Te has olvidado ya de la que armaron en la crisis anterior: despidos, bajadas de salarios, desahucios. No hace tanto, mejor, mejor que compares.
Así que trátame bien, no pases de mí. Me llamo Europa, no soy amante de una noche, vamos a convivir más de una semana, un mes o un año. Dame un beso, otro, nos queda tiempo todavía para lo que quieras.




