Hora 14 Fin de Semana
Sociedad | Actualidad

Costa Rica se convierte en el primer país del mundo en cerrar sus zoológicos estatales: "Ya no tienen sentido en el siglo XXI"

En el país de Centroamérica aún quedan 18 zoos privados frente a los más de 60 -entre públicos y privados- abiertos en España

Costa Rica se convierte en el primer país del mundo en cerrar todos sus zoológicos: "Ya no tienen sentido en el siglo XXI"

Tras 30 años de lucha de activistas y ONGs, el Gobierno costarricense ha decidido no renovar el contrato que mantenía abiertos los dos últimos zoológicos públicos del país. Con esta decisión, más de 250 animales serán puestos en libertad o internados en santuarios, donde se recrearán sus hábitats naturales. Este último destino es el reservado a los animales que llevan más de 30 años en cautividad.

La sentencia celebra la vida silvestre en libertad. Juan Carlos Peralta, director de la Asociación Para el Bienestar y Amparo Animal, califica la noticia como un hito histórico: “Costa Rica se convierte en el primer país del mundo sin zoológicos estatales”.

En consecuencia, el zoo Simón Bolívar, que llevaba abierto desde 1921, y el Centro de Conservación de Santa Ana se convertirán en un jardín botánico y en un parque natural urbano respectivamente.

Los animales se encuentran actualmente en el centro de rescate Vida Silvestre Tropical. Según Peralta, es como “un hospital de animales salvajes. Allí no se exhiben, sino que se les realizan exámenes médicos, ultrasonidos y radiografías para determinar la condición en la que está cada uno”. Después de este periodo de cuarentena médica, el Sistema Nacional de Áreas de Conservación de Costa Rica (SINAC) determinará a qué centros serán trasladados.

Reapertura del debate

Aunque aún quedan 18 zoos privados en Costa Rica, el cierre de estos dos centros públicos ha vuelto a poner sobre la mesa el debate sobre la función de estos establecimientos. Al respecto, los veterinarios afirman que los zoológicos son importantes para la conservación y el estudio de la fauna, pero también subrayan que “no todo vale”.

Alberto Díez, portavoz de la Coalición Info Zoos, explica que las consecuencias de un animal en cautiverio dependen mucho de si se cumple o no un punto clave de la ley de zoos.

Ese punto se llama “enriquecimiento”, tiene como objetivo reducir el estrés del animal en cautividad y puede ser de cuatro tipos: medioambiental, social, alimentario y conductual. Se trata de que el hábitat del animal, los alimentos que ingiere, las pautas de conducta y los animales con los que convive sean lo más similares posibles a lo que se encontraría esa especie si estuviese en libertad.

Díez denuncia que, en muchas ocasiones, los zoológicos se centran solo en el enriquecimiento medioambiental, porque es lo que el ojo humano percibe: “Si el animal está solo y no se alimenta correctamente, por muy grande y maravillosa que sea la instalación, estará fallando en los otros enriquecimientos”.

Los expertos en fauna silvestre señalan que cuando no se cumplen estos enriquecimientos, “los animales desarrollan estereotipias, que son comportamientos viciados compulsivos por estar en cautividad”. “Por ejemplo, el típico vídeo de un tigre que está dando vueltas en círculos. Eso es una estereotipia”. Aún así, los expertos recuerdan que si un zoológico cumple con rigurosidad la ley de zoos, los animales pueden llegar a vivir hasta los 30 años, frente a los 15 años en la naturaleza.