Frente a las protestas del campo y el negacionismo de la extrema derecha: el reto de los partidos verdes en las elecciones europeas

Madrid

Los partidos verdes llegan a la cita electoral del 9 de junio con una misión complicada: recordar a los votantes el objetivo de cuidar el entorno natural y frenar el cambio climático frente a las protestas de los agricultores y el avance de la extrema derecha. Eso es lo que se proponen los grupos que hace apenas dos meses eligieron a sus principales líderes. "Para hacer todo lo que queremos hace falta coraje", dijo Terry Reintke, la eurodiputada alemana elegida recientemente como colíder del Grupo de Los Verdes/Alianza Libre Europea junto al neerlandés Bas Eickhoout.

Ambos tienen por delante una complicada tarea, levantar al partido de la debacle que le auguran todas las encuestas. El último sondeo del Parlamento Europeo, en el que se preguntó a 26.000 personas, sitúa un descenso de hasta 17 escaños con respecto a las anteriores elecciones. Si en 2019 los partidos verdes obtuvieron hasta 72 diputados, en esta cita electoral la cifra caería hasta los 55. Pero aún así podrían tener un papel decisivo a la hora de frenar a la extrema derecha.

Por países, dónde más apoyo perderían sería en Francia y Alemania. "El negacionismo que representa la extrema derecha está avanzando posiciones. Han utilizado las protestas en el campo y eso ha perjudicado a las políticas verdes", asegura Juan López de Uralde, coordinador general de Alianza Verde. Por eso en Europa ya hay voces del partido que apuntan a la posibilidad de apoyar a Ursula Von der Leyen en caso de que necesitara sus votos y evitar así una alianza del PP europeo con los ultras. Esto supondría un cambio con respecto a 2019, cuando los verdes votaron en contra de la presidenta de la comisión. "Es necesario que el conjunto de la izquierda se levante y reaccione", añade Uralde.

Los Verdes se han comprometido a transformar el sistema energético de la UE para que dependa al 100% de energías limpias. En su manifiesto, firmado a finales de febrero, ponen negro sobre blanco los principales objetivos para los próximos cinco años. Según ese texto, el objetivo es eliminar progresivamente las energías fósiles -como el carbón- para 2040. También apuestan por eliminar totalmente el gas y el petróleo fósiles ya en 2035 y no más tarde de 2040.