Pasta de dientes, limón, miel y otras "salvajadas": los remedios caseros de "toda la vida" que pueden "abrasar" o "desgarrar" la piel

Madrid

El yogur, la miel o el limón son algunos de los ingredientes que generación tras generación se han utilizado más allá de la cocina para, entre otras funciones, el cuidado de la piel. Hay algunas recetas que se han mantenido en el tiempo y que se han considerado efectivas, como, por ejemplo, los exfoliantes con base de azúcar o cremas elaboradas con aceite de oliva. Son remedios que se usaban cuando la cosmética no era tan avanzada ni había tantas posibilidades como sí ocurre a día de hoy. Sin embargo, las redes sociales han vuelto a poner de moda estas lociones que ni tienen base científica y, todo lo contrario a lo que se piensa, pueden incluso acarrear problemas severos en la dermis.

"Mi madre tiene 60 años y parece que tiene 20. Quita las arrugas y las manchas usando una cucharada de aceite". Así comienza uno de los cientos de vídeos que circulan en redes como TikTok. La receta "mágica" que promueve este usuario, además del aceite de oliva, usa bicarbonato de sodio porque, agrega, "ayuda a limpiar el rostro y le devuelve el brillo que muchas veces se pierde debido a la contaminación", y, por último, le añade agua hasta crear una pasta que se supone que ya estaría lista para usarse sobre el rostro. Este tipo de ungüentos para Juanma Revelles, dermatólogo y director de la clínica Le boost en Madrid, suponen un riesgo para la salud de la piel.

"Los remedios caseros pueden ser tentadores, especialmente cuando se promueven en redes sociales como alternativas naturales o porque son más económicos. Sin embargo, muchas veces carecen de evidencia científica y pueden ser arriesgados para la salud de la piel. No podemos controlar ni la concentración, el pH, la caducidad del producto... así que me decanto por la cosmética testada", sostiene el experto. Tampoco comparte estas cremas el cosmetólogo Arturo Álvarez-Bautista, aunque la creencia popular sea pensar que son buenas por haberse hecho "toda la vida". "Te diría que prácticamente el 80% son auténticas salvajadas", indica.

La variedad de remedios que se recomiendan en plataformas digitales son muy extensos. Aparte del uso de aceite en la cara, que podría, por ejemplo, obstruir el poro o en zonas como los ojos generar blefaritis —una afección ocular que hace que los párpados se enrojezcan, inflamen o irriten—, tampoco son aconsejables otros ingredientes básicos. "El azúcar y otros exfoliantes caseros pueden ser demasiado abrasivos para la piel, causando incluso micro desgarros que finalmente acaben en un empeoramiento o en un daño de la barrera cutánea", afirma el doctor Revelles.

El limón, por su parte, también es controvertido. "Los cítricos son altamente ácidos, lo que puede causar una irritación o incluso quemaduras", sobre todo, si se expone la piel al sol. Tampoco se escapa de estos malos resultados, algo aparentemente tan inocuo como el yogur. "Pueden contener bacterias que no sean deseadas para la zona en la que les estamos utilizando y que cambien la flora o la microbiota". Algo que, remarca Revelles, puede favorecer al desarrollo de infecciones cutáneas. Y tampoco se queda atrás la miel, que podría dar alguna reacción alérgica, especialmente, a personas con la piel sensible.

El acné, una de las afecciones cutáneas que más preocupan a la población, especialmente a los más jóvenes, tampoco se libra de estas supuestas soluciones milagro. "Desaparece granitos en solo un día con este super truco. Lo primero es usar un poco de pasta dental, le agregamos un poco de bicarbonato de sodio y mezclamos bien", reza otro de estos vídeos que cuenta con más de 2,5 millones de visualizaciones y casi 100.000 me gustas. Para los expertos es también un rotundo no. "La pasta de dientes lleva otra serie de activos que pueden ser irritantes para la piel, como el mentol, laurel, sulfato de sodio o incluso fragancias. Este tipo de sustancias lo que puede hacer es empeorar esa inflamación", asegura Revelles.

El cosmetólogo Arturo Álvarez-Bautista, por su parte, no entiende que se sigan usando estos remedios, en el caso de la pasta de dientes muy extendidos, cuando hay soluciones testadas mucho más eficientes. "Teniendo en el mercado productos económicos con ácido salicílico que reduce la inflamación, el enrojecimiento, el sebo... Para qué vamos a estar poniéndonos pasta de dientes, que es para los dientes. No tiene sentido", remarca contundente. El bicarbonato tampoco lo aconsejan, ya que es una sustancia "con un pH muy alcalino" que puede ser "abrasivo" para la piel.

Remedios caseros para el pelo

Las soluciones hechas en casa no solo se quedan en la piel, también llegan al pelo. Una tendencia que se ha extendido cada vez más es la de meter el cabello en un cubo con hielo. Son generalmente chicas, con una larga y bonita melena, las que incitan a usar esta técnica porque, insisten, tiene "muchos beneficios" que los expertos no respaldan. "No tiene ninguna base científica sólida hacer esa recomendación y, además, corremos riesgos, como podría ser provocar una quemadura por congelación del tejido", asevera Revelles. "Lo ideal —para el lavado— es usar agua tibia", apostilla Álvarez-Bautista. Y en cuanto a los tónicos capilares o uso de aceites esenciales que prometen un crecimiento del cabello, frenar la caída o mejorar el brillo natural, el dermatólogo avisa que podrían "favorecer que se obstruyan los folículos y finalmente generar una foliculitis".

Ante esta nueva realidad, los expertos son muy claros. Lo primero es que no hay ningún remedio de este tipo que aconsejarían porque "existen alternativas eficaces que han demostrado su valor para las diferentes condiciones o problemas de la piel", remarca Revelles. "Tenemos a una cosmética que tiene una ciencia bastante avanzada detrás y siempre hay personal científico avalando, testando y velando por la seguridad de un producto y, sobre todo, por su eficacia", agrega Álvarez-Bautista. Como conclusión, los dos recuerdan que antes de usar cualquier truco que pueda generar un problema evitable, lo más sensato es acudir a un experto que evalúe las necesidades reales de cada tipo de piel.