"Con la mano zurda": Maruja Torres ironiza sobre su 'affaire' con Begoña Gómez y lanza un mensaje muy claro para el domingo

Madrid

Esto que sigue es una confesión muy seria. Yo también he prevaricado con doña Begoña Gómez. He de deciros que tuvimos un lío. Qué digo un lío. Un affaire, una pasión, una locura. Un incesto.

Nos conocimos mirando el escaparate de una tienda de sarcófagos. Alguien, a mi lado, en las alturas, dijo: "Pssst, pssst" y yo, alzando el rostro desde su cintura a su cabeza, la reconocí. "Soy necrófila", me dijo y, añadió: "Me falta una vieja loca como tú para mi colección de embalsamamiento de amantes". Qué me dices, estuve a punto de contestar, y él, ¿no dirá nada?, estuve a punto de preguntar.

Pero doña Begoña es muy señora y se limitó a fijar las reglas. Prevaricaríamos en la parte posterior del Falcon, o si estaba ocupada, en la zona de equipajes. No, no me pondría un dúplex con reforma sin permiso y no, tampoco asesinaría a 7.291 ancianos por mí. Eso sí, tal como le pedí, cada vez que él se sacara, ay, la chaqueta, ella le sacaría una promesa. Acuerda con todo tu gobierno las mejoras sociales, el salario mínimo, las subidas de la pensión, intenta que no gane el tontolaba. En fin, cosas de mujer.

Lo nuestro ya ha terminado y es hora de confesar. Lo haría ante un tribunal, pero no conozco a nadie del PP (sólo a los votantes del barrio) que a su vez conozca a un juez que pueda convertir nuestra tierna aventura longeva en munición repugnante.

Eso sí. Sabéis dónde encontrarme. En mi colegio electoral, el próximo domingo, a pie de urna y votando con la mano zurda.