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Así será la nueva prueba de acceso a la universidad (PAU): las faltas de ortografía penalizarán al menos un 10% y un único modelo de ejercicio para cada asignatura

El Consejo de Ministros tiene previsto aprobar este marte el real decreto que regula el acceso a las enseñanzas universitarias a partir de 2025

El Gobierno tiene previsto dar este martes el último paso para poner en marcha la nueva prueba de acceso a la universidad que empezará a aplicarse el curso que viene 2024-2025. El primer cambio es nominal: la prueba recupera el nombre que ya tuvo con la LOE y volverá a ser la PAU, prueba de acceso a la universidad en todo el Estado. Se acaba así con las distintas denominaciones - Ebau, Evau, Pevau...- que recibe desde 2017.

El texto que regula la prueba apenas ha recibido cambios tras su paso por el Consejo de Estado con respecto al borrador que se conoció el pasado octubre. La prueba mantiene su estructura con una parte de acceso, con exámenes de las asignaturas obligatorias troncales y de modalidad, y otra de admisión, que abarca las materias optativas y que permitirá subir la nota hasta 14 como hasta ahora. El ministerio de Educación ha introducido modificaciones para tratar de hacer la prueba más homogénea entre las distintas comunidades autónomas que son, junto a las universidades, las que tienen la competencia final de su diseño siguiendo este marco general.

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La corrección gramatical, ortográfica, la presentación y la coherencia van a suponer al menos un 10% de la nota en los ejercicios de la nueva prueba. El real decreto establece que: "En aquellos ejercicios en los que las preguntas o tareas propuestas requieran la producción de textos por parte del alumnado, la valoración correspondiente a los aspectos contemplados en el apartado b) ( la coherencia, la cohesión, la corrección gramatical, léxica y ortográfica de los textos producidos, así como su presentación) no podrá ser inferior a un 10 por ciento de la calificación de la correspondiente pregunta o tarea. No obstante, la aplicación de estos parámetros podrá flexibilizarse en el caso del alumnado con necesidad específica de apoyo educativo".

Otra novedad es que habrá un único modelo de ejercicio por cada una de las asignaturas. Ahora en algunos casos hay dos modelos distintos para que el alumno elija o que se reparten de forma aleatoria. Sí se mantiene la posibilidad de establecer opciones dentro de ese modelo único: "En cada materia se hará entrega de un único modelo de ejercicio. Sin embargo, si se estima conveniente, en algunos apartados, se podrá incluir la posibilidad de elegir entre varias preguntas o tareas. Esta elección no podrá implicar en ningún caso la disminución del número de competencias específicas objeto de evaluación". Con estos requisitos el ministerio pretende fijar un marco común más concreto y eliminar la disparidad, por ejemplo, en la penalización que cada comunidad aplica a las faltas de ortografía.

Diseñada bajo los criterios de la LOMLOE

La PAU 2025 será la primera diseñada siguiendo los criterios de LOMLOE, la ley educativa aprobada en 2020. El borrador pide tener en cuenta las características de la ley y establece que "los ejercicios tendrán un diseño competencial" y "requerirán del alumnado creatividad y capacidad de pensamiento crítico, reflexión y madurez en la resolución por escrito de una serie de preguntas o tareas adecuadas a las competencias específicas evaluadas". También se establece que "las preguntas o tareas se contextualizarán en entornos artísticos, científicos, humanísticos y tecnológicos y, preferentemente, en entornos próximos a la vida del alumnado".

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En los nuevos exámenes, como ahora, se podrán incluir distintos tipos de preguntas pero se obliga a que al menos un 70% tendrán que ser preguntas abiertas, que exigen desarrollo de la respuesta, o semiabierta. No cambia sin embargo la duración de cada examen que seguirá siendo de 90 minutos. En principio el ministerio barajó ampliar el tiempo hasta los 105 por la necesidad de incluir ejercicios más competenciales y menos memorísticos lo que provocó quejas de rectores y comunidades que argumentaban que eso iba a obligar a extender un día más la duración de la prueba. Entre cada exámen habrá un descanso de 30 minutos.

Además los alumnos, igual que este curso, podrán elegir si se examinan de Historia de España o de la Filosofía en la parte obligatoria, fase de acceso, para evitar tener que examinarse de una materia más que ahora al haber aumentado el número de materias en Bachillerato. En esa fase se seguirá evaluando de Lengua Castellana y Literatura, Lengua Cooficial en las autonomías que la tengan y Lengua extranjera junto con la materia específica obligatoria de la modalidad de Bachillerato que se haya cursado. Esta fase de la prueba puntuará hasta 10. En la fase de admisión, para subir la nota hasta 14, los alumnos podrán examinarse de tres asignaturas o cuatro si una de ellas es una Lengua Extranjera distinta a la obligatoria. El decreto establece que "los ejercicios de las materias Lengua Castellana y Literatura II, Lengua Cooficial y Literatura II y Lengua extranjera II deberán ofrecerse y responderse en la lengua correspondiente. Para el resto de los ejercicios, las administraciones educativas asegurarán al alumnado la posibilidad de elección entre las lenguas oficiales de sus territorios". También se autoriza el "uso de documentos o herramientas auxiliares, tales como diccionarios, calculadoras, formularios o tablas" aunque serán las "comisiones organizadoras de la prueba establecerán los materiales de los que el alumnado podrá hacer uso, y, en su caso, el material que, en ningún caso, podrá ser utilizado".

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El alumno tendrá derecho, si no está de acuerdo con la nota, a dos correcciones. La nota final será la media entre ambas salvo que exista una diferencia de dos o más puntos entre ambas. En ese caso el decreto establece que "un tribunal, formado por, al menos, dos correctores distintos a los anteriores, efectuará de oficio una tercera corrección. La calificación final será la calificación otorgada por este tribunal". Ahora la calificación final es la media de las tres correcciones lo que si la nota inicial es muy baja supone un lastre para los alumnos.

La nota de la EBAU seguirá computando un 40% para calcular la nota de acceso. El otro 60% es el de la nota de Bachillerato.

 
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