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La guerra comercial con China: de los aranceles a los vehículos, a la investigación por posible competencia desleal contra las importaciones de carne

El gigante asiático ha respondido a los aranceles impuestos a los coches eléctricos chinos con una investigación sobre la influencia de las exportaciones de cerdo al país por parte de la UE

Guerra comercial: la factura española

Madrid

El Ministerio de Comercio de China ha anunciado este lunes una investigación por posible competencia desleal contra ciertas importaciones de carne de cerdo y derivados procedentes de la Unión Europea (UE). La decisión llega días después de que la UE decidiera imponer aranceles a los vehículos chinos por considerar que reciben subvenciones excesivas por parte del gobierno chino. De esta manera avanza una guerra comercial, que empezó en Estados Unidos y que se está extendiendo. Mientras, el BCE advierte que este tipo de decisiones ponen "en riesgo grave" la economía mundial.

Esta decisión afecta especialmente a España, que es el principal exportador de cerdo a China dentro de los veintisiete. El 14% de la producción española de cerdo tiene como destina el país asiático, lo que supuso más de 1.200 millones de euros en 2023. Le siguen Francia, con el 12% de la producción, e Italia, con el 9%.

Según indicó Comercio en su página web, la petición para investigar las importaciones de cerdo europeo a China fue presentada el pasado día 6 por la Asociación China de Ganadería. Las pesquisas se centrarán en los productos importados en 2023 y en los daños que estas compras provocaron al sector chino entre 2020 y 2023. A pesar de esta demanda, el mercado chino lleva años cerrándose a las exportaciones españolas. Si en 2020 este comercio supuso 3.135 millones de euros para España, en 2023, ha supuesto 1.223 millones de euros, un 60% menos.

La patronal y el Gobierno buscan rebajar la tensión

Desde la patronal del sector, Inteporc, apuntan a que su relación con las autoridades y operadores chinos es, y seguirá siendo, excelente. Además, añaden, en un mensaje a las autoridades europeas, que esperan que la relación entre la Unión Europea y China siga también esta buena sintonía. El ministro español del ramo, Luis Planas, también confía en el entendimiento con China para evitar una guerra comercial "que afectaría directamente a los consumidores".

El ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, ha añadido que el proceso de revisión de aranceles del Gobierno chino para las importaciones de productos como carne de cerdo o casquería "no puede suponer una carrera o una guerra comercial". Cuerpo ha rechazado medidas "de represalias de una parte y otra". "Tenemos que evitar estas medidas o esta escalada de medidas de represalias en el ámbito comercial", ha añadido.

Sobre este mismo asunto, se ha pronunciado el Banco Central Europeo a través de su vicepresidente, Luis de Guindos. "Hay que tener cuidado, pues una guerra comercial es fragmentación, que se sabe cómo empieza, pero no como acaban". De Guindos ha explicado que, cuando un país sube un arancel lo ve "desde un punto de vista aislado", Sin embargo, ha dicho, el otro país "no se va a quedar quieto y siempre se produce una medida de respuesta, como ocurrió los años 30 con la ruptura de las reglas internacionales de comercio, que no son benefician a nadie".

Una guerra comercial que escala

Ante el empuje de la industria del motor chino, que está consiguiendo disputar a Tesla el liderazgo en el sector, el gobierno de Biden decidió cuadruplicar los aranceles a los coches eléctricos que llegaban al país. Del 25% pasaron al 100%. Esto en la práctica significa que el precio de estos vehículos se va a duplicar. Con esto, el gobierno estadounidense busca mantener la cuota de mercado de las empresas americanas. A esa decisión se incorporó la semana pasada la Unión Europea, que ha aumentado los aranceles hasta el 25%

Según datos de ACEA, la patronal de fabricantes de automóviles europeos, la Unión Europea importó más de 438 mil coches eléctricos con batería china por un valor de 9.700 millones de euros. Con estos datos, sabemos que el año pasado la cuota de ventas en la UE de los coches eléctricos con origen chino ha pasado del 3% a más del 20% en los últimos tres años. En cuanto al año corriente, el último informe de Schmidt Automotive Research, que analiza también las ventas de coches en Europa, señala que la matriculación de estos vehículos ha aumentado un 23% en el primer cuatrimestre del año hasta las 119.300 unidades. En general, Europa es el gran destino de los coches eléctricos chinos, ya que acumula el 37% del valor total de los vehículos eléctricos exportados por el país de Xi Jinping.