El Tribunal Supremo de Israel avala que los ultraortodoxos sean llamados a filas y pone en peligro la coalición de gobierno
Los partidos que representan a esta facción y forman parte del Ejecutivo de Netanyahu se oponen a la inclusión de los hombres ultraortodoxos en el ejército
El Tribunal Supremo de Israel ha puesto fin a un largo contencioso que ha elevado la tensión en el seno del Gobierno del país y establece que los ultraortodoxos pueden ser llamados a filas. Hasta el momento, los seguidores de esta creencia que se dedicaran a tiempo completo al estudio de la Torá estaban exentos de ser citados mientras que el resto de israelíes son reclutados en algún momento desde el instante en que cumplen 18 años.
Esta excepción se estableció en 1948, quedó anulada en 2012 y ya el parlamento hebreo dio luz verde al cambio en 2014, pero los distintos gobiernos posteriores han evitado crear una nueva legislación. Sin embargo, en los últimos tiempos, en plena invasión de Gaza, grupos laicos y ciudadanos particulares han exigido que estas personas también pudieran ser alistadas, lo han elevado ante el Supremo, y han despertado una reacción inmediata en contra de los partidos que representan a los miembros de esta comunidad religiosa radical. Alguno de ellos, como Shas, representante de los sefardíes ultraortodoxos, forma parte del gobierno de coalición que encabeza Benjamín Netanyahu.
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Debido a sus costumbres respecto a la natalidad, las familias ultraortodoxas son especialmente numerosas y representan alrededor del 13% del total de la población de Israel. Esto ha provocado que decenas de miles de personas, más de 60.000 en el momento actual, estén exentas de servir en el ejército cuando el país ha iniciado una larga operación militar contra la Franja de Gaza. El propio ministro de Defensa, Yoav Gallant, explicaba hace unas semanas que su inclusión en las levas no era para él ya una cuestión de religión o de ética, sino "de simples matemáticas" porque el ejército necesitaba más soldados.
Protestas en las últimas semanas
Miles de ultraortodoxos han protestado en Israel en las últimas semanas ante el temor de que finalmente el Tribunal Supremo avalara el camino marcado ya previamente por los tribunales ordinarios. El líder de Shas ha escrito de hecho en X que esta decisión "destruye los fundamentos de la identidad judía del Estado de Israel" y avisa que conducirá a "una guerra fraticida".
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Si este partido y el que lleva el nombre de Judaísmo Unido de la Torá, que representa a los ultraortodoxos askenazíes, decidieran salir del Gobierno, este no tendría mayoría suficiente para sostenerse. Un Ejecutivo que ya tiene otros frentes abiertos como las acusaciones por corrupción contra Netanyahu o su decisión de disolver el gabinete de guerra formado después de los ataques de Hamás y en el que el primer ministro había recibido ya críticas por parte de dirigentes de la extrema derecha que exigen una mayor violencia en la ofensiva que ha dejado cerca de 37.000 palestinos muertos.
La orden judicial determina además que en caso de que estas personas no obedezcan la obligación de ser llamados a filas, estas comunidades perderían también el derecho a recibir subvenciones para la educación o para proyectos de asistencia social que ahora mismo se financian con ayudas públicas.
Antonio Martín
Redactor de la sección de Internacional. Se incorporó a la Cadena SER en 2005 y desde entonces ha formado...