La asquerosa manera de la que Dalí se despidió de su padre para siempre
El genio de Figueres era un personaje excéntrico y polémico con una historia familiar tormentosa
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Madrid
Salvador Dalí era, indudablemente, un artista polémico. Excéntrico como él solo, el pintor de Figueres "coqueteó" con el franqusimo y el nazismo, tenía actitudes machistas que no desentonaban en su época, un gran número de filias y gustos sexuales extraños. Un personaje especial que se convirtió en la figura principal del surrealismo pictórico con un tipo de genialidad difícil de repetir.
Como bien explican Nacho Ares y Jesús Callejo en 'El Cronovisor' de 'SER Historia', Dalí siempre ha tenido claro que quería ser un genio. "Puso en su diario personal que llevaba cuando era joven que sería un genio y el mundo le admiraría. Efectivamente acertó", indica Callejo, que apunta a que tan solo tenía 15 años cuando escribió eso, un adelanto de lo que siempre sería la ambiciosa visión de futuro del pintor. "Todo un profeta", suscribe Ares.
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Callejo ha explicado que Dalí siempre ha tenido muy claras dos cosas. "Primero, que sabía pintar y que sabía pintar por encima de los demás y, segundo, transgredir las normas", explica el investigador, que cuenta que "lo expulsaron de la Real Academia de San Fernando de Bellas Artes porque decía que él sabía más que sus profesores, que quién eran ellos para examinarle a él". Es verdad que tuvo la suerte de vivir la época de las vanguardias artísticas en Europa, un periodo de transgresión en el que surgieron corrientes como el futurismo, el dadaísmo, el cubismo o el surrealismo, el estilo al que se mantuvo fiel durante toda su vida y obra.
"Tenía muy claro que había que transgredir las normas, que había que hacer un arte totalmente diferente. Si a eso le unes que estaba muy interesado por el esoterismo y por la magia incluso ya desde su nacimiento", continúa Callejo, que cuenta que Dalí siempre ha estado predestinado a convivir con el mundo onírico que queda reflejado en sus cuadros.
"Él se llama Salvador y fue el segundo Salvador, el tercero contando a su padre. Nueve meses antes de él nacer había muerto el que hubiera sido su hermano mayor y a sus padres no se les ocurrió otra idea que llamarle a él también Salvador", explica el escritor, que remarca que encima sus padres le dijeron que era la reencarnación de ese niño que murió, lo que le hizo obsesionarse con que él era un Salvador que tenía que reivindicar la figura y el recuerdo de su hermano y "hacer mucho más que el resto de su familia", sentencia Callejo.
Salvador Dalí, el genio del surrealismo
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La asquerosa despedida entre Dalí y su padre
Callejo explica que Dalí siempre estuvo muy vinculado a su madre Felipa y que cuando murió en 1921 (el pintor tenía tan solo 17 años) tuvo un importante trauma. No era esto poco que encima su padre, Salvador Dalí i Cusí, se casó con la hermana de su mujer cuando esta murió. "Su madrastra era su tía, imagínate el follón familiar que hubo ahí", apunta el investigador.
"Su padre le llegó a desheredar con el tiempo por las declaraciones pomposas y surrealistas de Dalí diciendo que muchas veces pintaba y escupía sobre el retrato de su madre. Eso a su padre no le gustó nada que dijera esa estupidez y le desheredo", explica Callejo, que cuenta la asquerosa manera en la que el artista se despidió para siempre de su padres después de quitarle de la herencia.
"No se le ocurrió otra cosa a Salvador Dalí que un día ir a casa de su padre y llevar un preservativo usado con semen suyo diciendo ya no te debo nada y entregándoselo" cuenta Callejo, que describe a Dalí como una persona que "no era muy amiga de sus amigos", que tuvo "tratos con el franquismo" y "encontronazos con André Breton" (el padre del surrealismo), que le echó del movimiento. "Le echaban de todos los sitios donde iba", concluye el investigador sobre el excéntrico artista.